Ellos no saben de nosotros. -(Cancelada) Josh Hutcherson & __________ -Daany

Capítulo 9

Capítulo 9 

Despierto, pero me doy cuenta que aún no ha amanecido. Veo a mi lado, Nathan no está. Bueno, si estaba, pero más alejado. Miraba las estrellas, y estaba despierto. 

– ¿Sigues despierto? –le pregunté. 

–No, estoy dormido con los ojos abiertos. – dijo sarcástico y reí. Me dolía la espalda, y además tenía picaduras de mosquitos por toda la piel.

–Oye Nathan, creo que mejor iré a la tienda de acampar. 

–Sí, está bien. 

–¿Tú no te irás a la tuya? –dije levantándome. 

–No, estaré aquí un momento más. 

–Bien, que duermas bien. –le dije yéndome. No me importó dejarlo allí, sólo quería irme a la tienda de acampar. Hacía frío, me dolía la espalda y tenía a los mosquitos rodeándome. 

Caminé hasta llegar a las tiendas, entro a una y veo a Daryl. Creo que entré a la tienda equivocada. 

–Hola, ¿qué haces por aquí? –dijo. No me había fijado bien, sólo estaba en ropa interior. 

–Ay Dios, perdón. –me tapo los ojos. –Lo siento, me 

equivoqué de tienda. 

–No te preocupes. –siento que se acerca a mí y me quita mis manos de mis ojos. –Todos nos equivocamos. –trata de besarme y huelo el olor a cerveza. 

–Estás ebrio, Daryl. Déjame en paz, ¿dónde está Carl?

–Él fue a… no lo sé. Anda por allí, o quizás con Sarah. 

–¿Ellos son novios?

–Claro que no. 

–¡Aléjate de mí, Carl! –escucho la voz de Sarah. 

–Son unos idiotas. –le digo a Daryl y voy hacia la otra tienda de acampar. 

– ¡Sarah! –grito cuando veo que Carl trata de follarse a Sarah. –¡Carl! ¡Aléjate de ella! 

–Oh, hola ___. –se separa de Sarah y viene hacia mí. –Pues… tú también estás muy buena. –miraba mi cuerpo. Me voy alejando y veo que Carl se sale de la tienda de acampar, siguiéndome. 

–Ven acá. –le digo y él sonríe. 

–¿Así que eres de las fáciles? –me toma de los hombros, pero antes de que me besara, lo empujé, dejándolo en el suelo. 

–Ya quisieras. – lo dejo allí, tirado. Me voy a la tienda de acampar y veo a Sarah, totalmente en shock. –Sarah, ¿estás bien? ¿Te hizo daño?

–Sí, estoy bien. –dijo y sus lágrimas empezaron a salir. La abracé. 

–Son unos idiotas… Sarah, además estaban ebrios. 

–Lo sé… pero… yo… soy… tan… idi… idiota… –dijo apenas entendible y tartamudeaba al llorar. 

–Mira, tú no eres idiota. Los idiotas son ellos. Ya, intenta dormir. 

–Gracias, ____. –me dice. –Por salvarme de él. 

–No hay de qué, y mañana hablamos, descansa. –le dijo sobándole el cabello y tratando de calmarla. 

Empieza a cerrar lo ojos. Cuando finalmente se duerme, la acomodo y yo me siento a un lado. 

Poco a poco, me fui durmiendo, pero una voz evitó que lo hiciera.