Ellos no saben de nosotros. -(Cancelada) Josh Hutcherson & __________ -Daany

Capítulo 6

Capítulo 6 

Después de platicar un rato sobre la infidelidad de Spencer, decidimos no decirle nada a Josh. Él se ve tan entusiasmado con Spencer, está loco y no queremos deshacerle su felicidad. 

Nos fuimos a la cocina a preparar galletas. 

–Bien, ¿de qué quieres las galletas? ¿Chocolate o de 

nuez? –le pregunto. 

–Chocolate. –me dice y asiento. 

Saco todos los ingredientes y los moldeadores de galletas. 

– ¿De qué figurilla quieres las galletas? ¿Florecitas o maripositas? –río, él me mira con una ceja arqueada. 

– ¿En serio? –ríe. –No lo sé… ¿florecitas? –me dice y asiento. 

–Florecitas serán. –digo. 

Empezamos a preparar las galletas. Le pusimos el chocolate encima y ahora lo teníamos que meter al horno. 

–Bien, guarda esto en la alacena de arriba mientras yo pongo las galletas en el horno. –le entrego una vasija llena de harina. Él asiente y voy por las galletas. Me dirijo al horno y lo abro. Me agacho y guardo con lentitud las galletas para que el chocolate no se tire. Las guardo y cierro el horno. 

Cuando apenas me iba a levantar siento como algo cae encima de mí. Algo blanco. Un polvo. Me levanto y miro a Nathan. 

–Lo siento, lo siento, fue un accidente, se me cayó la harina, lo siento. –lo miro fingiendo estar enfadada. 

Voy por el chocolate en liquido y aprieto la botella. Le cae todo en la cara y el me mira enfadado. Oh Dios. Creo que sí se enfado, o tal vez no. 

–Si quieres jugar, así juguemos. –me dice con una sonrisa. Suspiro aliviada, pensé que si se había enojado. Toma un huevo y me lo avienta en la cara. 

Hago una mueca de asco y me limpio la cara. Tomo la leche y le aviento un poco. Él tiembla, ya que la leche estaba helando. Yo río. 

Y así estuvimos hasta que realmente parecíamos galletas. 

Abrí el horno y tomé las galletas, juntos después de limpiarnos un poco, nos fuimos a la sala. 

–Después de comerme unas ricas galletas, te ayudo a limpiar la cocina. –me dice Nathan y sonrío. 

–Ya dijiste. –le digo y empiezo a comer galletas. –

Oye, después de todo, no están tan mal. 

–No, están buenísimas. –comió una y sonrío. – ¿No tienes leche?

–No, acuérdate que te la aventé toda. –dije y él río. 

Después de terminarnos las galletas y charlar un poco, nos miramos a los ojos. 

Nathan es un gran chico, un gran amigo. Le he tomado mucho cariño. 

En eso, él me acaricia mi mejilla. Tomo aire, Dios. ¡Qué nervios! Me acaricia mi cabello y se acerca a mí. Sonreímos. Dios, estamos apunto de besarnos. No sé si sea lo correcto. 

En eso, escucho el timbre. Me alejo de él y me pongo de pie. En parte me sentía aliviada, y en parte enfada. Estúpido timbre. 

Abro la puerta y veo a Josh. 

–Hola Josh, ¿qué pasa? –le digo y me abraza. Escucho cómo él solloza. –¿Qué pasó Josh? –lo separo de mí y lo miro. Tenía los ojos cristalizados. –Josh, ¡dime! 

–Tu padre. 

– ¿Qué hizo ese desgraciado? –le digo y me desespero. Tengo ganas de llorar, pero aun no se de que se trata. No me quiero imaginar lo peor. 

–Él… él… le disparó a mi mamá. –dice cabizbajo. No lo puedo creer. ¡No puedo! Comienzo a sollozar y me tiro al suelo. Nathan corre hacia mí. 

–Apenas llegaba hoy, apenas hoy la vi. ¿Cómo está? ¿Sigue viva? Por Dios Josh. –comienzo a llorar de tanta desesperación e impotencia. 

–Ella… sigue viva… ____, no te preocupes, ella está bien, es solo que… 

– ¡Es mi culpa! –grito y comienzo a golpear mi cabeza contra la pared. –Es mi culpa, y tú me odias. Lo sé. –digo y Nathan se acerca a mí. 

–___, no llores, Dios, no sé mucho de que se trata esto, pero sé que no es tu culpa. –me dice quitándome las lagrimas de mis mejillas. 

–Oye, Nathan, quítate. –le dice Josh enfadado. 

–No Josh, ella es mi amiga, y la quiero apoyar. –dice. 

–____, tu padre no solo le disparó a mi madre. –me dice y me sorprendo. 

– ¿Qué? –me quedó en shock. ¿Por qué a mí?

–También le disparó a tu madre. –me dice y no puedo hablar. –Y ella… ella murió. 

No puedo creerlo. No entiendo por qué la vida me quita todo lo que amo. Y lo único que amaba era mi madre. Y ahora me lo han quitado. Me limpió las lágrimas y me levanto. 

– ¿Cómo pasó? –pregunto seria. 

–Tu padre fue a buscar a tu madre a su trabajo y la encontró… con su jefe. –me dice Josh. –Él se enojó, mato al jefe y a tu madre le disparó, dicen que hace poco falleció. Ella les dijo lo que ocurrió, pero ya… no está. –me dice y asiento, seria. Ya no lloraré más. 

– ¿Y tu mamá? –le pregunto. – ¿Cómo es que le pasó? 

–Le disparó a mi madre porque ella fue la que le consiguió ese trabajo. Pero sé que mi madre no sabía que el jefe era… malo. 

–Sí, no fue su culpa. –digo.

–Ni tampoco la tuya. –me dice Josh.

–Solo fue la de tu padre. –intervino Nathan. 

– ¿Dónde está él? –le pregunto. Josh me mira extrañado. –Mi padre. 

–Él… escapó. –me dice y suspiro. Tengo tanta rabia. No puedo creer que mi padre se haya salido con la suya. Ahora puede estar en cualquier lado, mierda. 

–Bueno… chicos, necesito estar sola. Y no es porque te quiera correr Nathan, en serio, lo… lo siento mucho. –digo. 

–No importa, ¿nos vemos mañana? –me pregunta y asiento. Me da un beso en la mejilla. Le da una palmadita en la espalda a Josh y se va. 

–Bueno, Josh, adiós. –le digo empujándolo hacia la puerta. 

–Oye… ¡espera! No, no. Tú, te vas a dormir en mi casa. 

–No. –le digo. 

–Bueno, entonces no me voy. –me dice. 

–Josh, solo vete. 

–Tu padre puede estar suelto por allí. Puede venir por ti ____, entiende. 

–Lo sé, pero no me importa quiero estar sola. 

–____, si tú te llegas a… –se queda callado. –Si te pasara algo, yo… no… no sé qué haría. 

–Harías muchas cosas. Mejor déjame en paz. 

–Nunca. Para eso son los amigos, para molestarse, ¿no? –sonríe. 

–Los amigos son para apoyarse, no para molestar. 

–Bueno… es casi lo mismo. –dice y no puedo evitar reír. 

–Eres tan… tan tonto. –le digo y él me abraza. 

–____, te quiero mucho. 

Me dice y nos vamos a su casa. 

Allí dormí otra vez. Pero esta vez dormimos abrazados, como lo hacíamos de pequeños después de ver películas de terror.