Ellos no saben de nosotros. -(Cancelada) Josh Hutcherson & __________ -Daany

Capítulo 46

Capítulo 46.

<Especial de Ellos no saben de nosotros>.

~Parry~ (Paola & Harry).

*Narrado por Harry*

-Paola, ¿quieres venir? -Le pregunté a ella, cuando ella dejaba los platos en el fregadero y yo estaba en el sofá, mirando su belleza.

-Sí, ya voy -dijo y luego de unos minutos vino conmigo. -¿Qué pasa?

-Siéntate, conmigo -dije y ella se acurrucó junto a mí. Empecé a acariciarle el cabello y ella sonreía. -Paola, ¿recuerdas cuando nos conocimos?

Reímos.

-Sí, fue horrible -dijo ella. -Pero mira, terminamos siendo novios.

Sonreí.

-Sí, soy demasiado afortunado de tenerte -dije, siendo totalmente honesto.

-¿Tú, afortunado de tenerme? Aquí la afortunada soy yo -dijo y sonreí.

-No tienes idea de cómo me siento cuando me miras, me besas... me abrazas. Me tienes loco Paola Weasley. Loco.

-Eres un amor -me dijo y me agaché para besarla.

-¿Recuerdas nuestro primer beso? -Le pregunté.

-Sí, fue horrible, ¡todo por un carrito chocón! -Exclamó y reímos.

-Oye, pero fue genial... nunca nadie se había besado así -le dije y sonreímos. -Todavía recuerdo cuando entraste a la panadería. Yo miraba los apuntes. Y luego se escuchó que abrieron la puerta. Y un ángel, literal, un ángel entró por ahí. Fue como... mirar a una persona muy bella con luces alrededor y...

-Harry, no soy un ángel, sólo era un día que yo traía ropa nueva. La ropa era un ángel, ¡hasta que se echó a perder!

-Lo sé -dije riendo. -El piso estaba resbaloso. No había barrido, y la harina estaba todavía en el piso. Tú llegaste y me hablaste... pero en serio, no te entendí nada. Estaba cegado por tu belleza.

Ella sonrió y se sonrojó.

-Sí, yo te dije... "hola, disculpe, ¿me podría dar un kilo de pan?" Lo recuerdo bien porque era para una fiesta en mi casa, por eso estaba bien vestida. Y tú no respondías. Pensé que estaba con un loco, o algo así -dijo riendo.

-Sí, estaba cegado... entonces, vi que trataste de acercarte más, pero tropezaste y caíste. Entonces reaccioné, corrí, literalmente, hacia ti. Te tendí la mano y te pregunté: "¿Estás bien?" Y tú sólo mirabas tu ropa, manchada de blanco por la harina.

-Oh, sí... y luego, me preguntaste de nuevo, "¿estás bien?" Y te respondí que no. No le hice caso a tu mano, simplemente quería levantarme e irme a casa. Y cuando traté de levantarme, me volví a caer. Y estaba tan enojada. ¡Quería ponerme a llorar ahí mismo! Y entonces, me levantaste y nos miramos a los ojos y pensé: "¡vaya! Este chico está guapísimo", pero sabía que no era tiempo de pensar eso. Así que sólo dejé de mirarte, avergonzada.

-Dios, ¿en serio pensaste eso? -Asintió. Sonreí. -Y luego recuerdo que te tuve que llevar a tu casa, abrazados, literalmente, porque iba a ver una fiesta con tus amigos y no querías que te vieran así. ¡Hasta entré a tu casa para asegurarme que no te viera nadie! Te llevé a tu recámara y dijiste que te ibas a cambiar.

-Sí, ¡Harry, eso fue tan tierno! También recuerdo que dijiste que me traerías el pan que quería, ¡y lo hiciste! Aunque me trajiste más de lo que pedí. Y luego te quedaste a la fiesta -dijo y sonreí.

-Sí, exacto, me quité mi delantal y me quedé contigo. La fiesta fue buena, aunque no conocía a nadie, pero por dejar el trabajo me despidieron -reí. -No trabajé ni un mes ahí.

-¡Sí! Y cuando todos se fueron, me pediste una cita, ¡y por supuesto que acepté! Me llevaste al boliche, y fue lindo.

-Sí, luego... fuimos a la pizzería en nuestra segunda cita.

-Todas fueron buenas citas, menos la del parque de diversiones -dije.

-Sí, luego fuimos al parque de diversiones. Y jugamos a todo, te compré comida, te gané un peluche y yo quería que ese día fuera el primer beso. Y lo fue, pero no como me lo esperaba -reímos.

-Sí, estábamos en los carritos chocones. Chocábamos mucho, hasta que un carrito de por atrás me chocó y salí volando. Yo tenía ganas de vomitar, en el aire. En serio. Caí en el suelo, y cuando volteé, vi mi carrito chocón solo, y luego, vi otro que venía hacia mí. En serio, me iba a aplastar, pero luego otro carrito lo chocó y lo desvió. Ese carrito era el tuyo. Saliste de tu carrito y viniste hacia mí. Me salvaste, en serio.

-Tu héroe.

Reímos.

-Y luego, un carrito chocón te golpeó las piernas, haciéndote caer, justo mi boca con la tuya, y ¡bam! Estábamos a nada de besarnos, yo creí que te levantarías y saldríamos de ahí, pero no. Empezaste a besarme, y fue como... hilarante -dijo riendo.

-Lo sé -dije sonriendo.

-Sólo a ti se te ocurre besarme en una zona de peligro.

-Lo bueno fue que no te pasó nada -le dije y sonrió.

-No, sólo algunos moretones y ya -me dijo. -Harry, en serio, nuestra relación, lo que nos ha pasado ha sido... hilarante. ¡En serio! Somos una pareja anormal.

-Pero eso es genial, ¿no? -le dije.

-Sí, oh... Harry, eres tan... especial, ¿sabes? Te quiero tanto -me dijo y sonreí. Ella se levantó y se sentó. Yo me puse a su lado y la besé.

-Si tú me quieres... yo te quiero más -admití.

-Harry, lo nuestro ha crecido y... estoy empezando a sentir algo por ti. Fuerte. Estoy empezando a amarte -me confesó y me quedé helado.

¿En serio me está amando? Dios mío, gracias. Soy tan afortunado.

-Paola... me alegro que me digas eso, porque yo sí estoy cien por ciento enamorado de ti -confesé.

-Harry, yo también... te amo tanto -me dijo.

-Te amaré hasta el infinito y más allá -dije y la besé.
La besé como nunca. Le acaricié la mejilla, y su pelo. Mi respiración iba acelerada. Me casaría con ella ahora mismo. Viviría con ella todas mis aventuras y desventuras. Dormiría, y soñaría con ella. Y si tengo pesadillas, sabré al despertar, que ella está ahí. Amándome. Tendría una familia con ella, pasaría obstáculos por ella. Moriría con ella o por ella. Estoy enamorado. Locamente enamorado de Paola, de alguien que sí me corresponde.

-Hasta el infinito y más allá -le susurré entre besos.