Capítulo 7

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Darcy se quedó de pie en la puerta viendo la cara de su hijo

–¿Cómo que qué hago aquí? Vine a saber de tu vida. -Respondió con la naturalidad que le caracteriza, entrando al departamento.-

–Pero ¿Cómo entraste? ¿Por qué tienes una copia de mi llave?

–Porque soy tu madre. -Observaba que Jor veía mucho hacia atrás- ¿Qué te pasa? Estás muy nervios ¿Te molesta que esté aquí?

–No, claro que no. Sólo que… Eso ¿Por qué tienes una llave? Esto es invadir un poco mi privacidad. Sabes que no tengo nada en contra de que vengas, pero avísame.

–Ah, es que ya te entendí. -Darcy le sonrió pícaramente- Con razón no tengo noticias de ti desde hace una semana. Entonces es cierto… Estás saliendo con alguien, con la rubia que te han visto.

–¿Qué? No, no es lo que crees…. -Darcy alzó las manos, como expresando desentendimiento- Además ¿Quién te dijo eso? Mamá ¿Tu le dijiste a alguien que me vigilara? -Preguntó casi acusándole. La mirada de Jor era penetrante, mientras la de Darcy era juguetona- ¿De verdad le pediste a alguien que me vigilara?

–No exactamente. Fue por lo que te dije, tienes una semana que no das señales de vida, sólo pedí que me dijeran si te han visto. Y pues, me dijeron que te han visto con una rubia casi todos los días. Y ya, tampoco es que quiera meterme en tu vida privada, sofocar tu intimidad, pero… entiéndeme. No fácil andar por ahí esperando a que no pase otra vez lo de….

–¡Mamá! – Le interrumpió haciéndole gestos para que hiciera silencio-

–¿Qué? ¿Estás con alguien? -Él sólo le movió los ojos- ¿De verdad? -Se emociono- ¿Es la rubia con la que te han visto? -Jor sonrió incómodamente metiendo sus manos en los bolsillos- Lo lamento, ya me di cuenta por tu cara. Es que a veces me cuesta aceptar que ya no eres un niño y… Ya eres un hombre, que puede hacer con su vida lo que quiera, bueno, no lo que quieras, sabes que no puedes hacer lo que quieras. Pero me cuesta.

–Yo te entiendo mamá, pero esto tampoco es lo que tu estás pensando ¿Sí? Es un poco complicado.

–¿Estás en problemas?

–No, no todavía. -Encogió los hombros abriendo muchísimo los ojos- Pero… antes de que te vuelvas como loca, no tienes que preocuparte, no nada malo. Eso creo. – Esto último lo dijo muy bajo-

–¿Eso no tiene que ver con…?

–¡No! Claro que no. Sí fuera por eso, ya te hubieses enterado, por las noticias o por la gente de SHIELD. Pero no. -Respiró profundo- ¿Por qué no nos vamos? Te invito a cenar, tenemos algunas cosas de qué hablar. Sí, vamos.

–¿Me vas a contar lo que está pasando? -Insistió Darcy-

–Te lo voy a contar en su momento. Ahorita no puedo, no puedo hacerlo, tampoco estoy listo para eso.

–¿Sobre qué? Me dejas con ansias ¿Qué? ¿Vas a salir del closet? Porque tu sabes que yo no tendría problemas con eso y…

–¿Qué? No -Empezó a reír- Yo sé que no tendrías problemas, pero ese no es el punto. Nadie tiene que salir del closet aquí. – Le dio un abrazo- Esto tiene que ver con otra cosa. Va un poquito más allá de lo cotidiano. -Volvió a reírse- ¿Sabes que te adoro? -Darcy encogió los hombros y Jor le volvió a abrazar. Él era un poco más alto que ella, así que aprovechó y le dio un beso en la frente- Ay, te quiero muchísimo. – Le tomó la mano- Vamos, de verdad te invito a cenar.

–¿Y vas a dejar a la persona que está aquí a solas?

–Mamá, la persona que está aquí sabe cuidarse sola y va a estar bien ¿Sí? Vamos. -Abrió la puerta, no sin antes hacer un pequeño movimiento en sus manos para quitar el seguro de la habitación en donde estaba Luna.- No te voy a quitar la llave del departamento, pero tienes que avisarme la próxima vez que vayas a venir. – Se escuchaba ya del otro lado de la puerta.-


Cuando ya no escuchó más ruido, Luna salió de aquella habitación. Su corazón palpitaba a mil por hora, sus ojos lloraban. El impacto había sido tremendo, si no hubiese sido quizás por el hecho de que Jor le cerró la puerta, hubiese salido corriendo. Era volver a escuchar la voz de su madre, aunque no fuese exactamente la misma mujer que le dio la vida. En todo el tiempo que llevaba ahí, había evitado llorar, no quería verse débil, pero apenas el sonido de la voz de su madre, la rompió. Lloraba en silencio, mientras mentalmente se lamentaba el no escuchar la voz que siempre le hablaba.

–Ay Luna, mira como estas. No puedes ponerte así, esto no te ayuda. -Hablaba sin dejar de llorar- Pero a quien puedo engañar, extraño a mi mamá.  Y tú, seas quien seas, me dejaste sola. – Le hablaba al aire, pero con la esperanza de una respuesta- Tengo tanto, pero a la vez me falta lo más importante. No sé cómo voy a continuar. – Al momento, sintió un frío tremendo y vio que toda la sala se volvía oscura. De pronto estaba sola en medio de la nada. Y fue cuando escuchó nuevamente esa voz-

–No debes sentirte así. Eres muy fuerte, más de lo que imaginas. Esta es sólo una prueba más en tu camino. Pero hay que resistir. Esto apenas empieza.

–Sé que apena empieza, pero si me puse así escuchando su voz ¿Crees que voy a poder con esto?

–Creo que Wong te lo dijo, si hay alguien que puede lograr esto, eres tú. Junto a tu hermano. Y ahora tienes un equipo.

–Y sí, pero no dejo de sentirme mal. -Seguía llorando- Y tú, no sé quién eres, pero te siento tan familiar. 

–Por mi no te preocupes, yo sólo estoy aquí para guiarte, para cuidarte. Pero no es importante saber quién soy.

–Para mi lo es.

–Luna, vas por un buen camino. Confía en ti. -Esa voz cambió el tema y poco a poco se fue difuminado hasta desaparecer, sacando a Luna de aquella oscuridad. Cuando cayó en sí, respiró profundo y secó sus lágrimas. Estas palabras se suponía que debían hacerle sentir mejor, pero no, no lo hicieron, la dejaron con muchas más dudas. Agregando esa duda que nacia sobre aquello que cayó Jor,  eso que le preocupaba a Darcy.


Algunas horas pasaron, Luna estaba recostada en el sofá viendo la televisión, estaba cubierta con una frazada, con una cara de muy poco amigos. Cuando escuchó la puerta abrirse, ni intentó voltear. Jor cuando la vio, suspiró y se acercó lentamente para sentarse junto a ella.

–¿Cómo estás? – Luna apenas volteó a mirarle-

–¿Cómo me ves?

–Terrible. – La rubia asintió- No sabía que ella vendría. Sé que es duro para ti, no puedo imaginar cómo te sentiste con sólo oírla. – Luna volvió a mirarle pero amenazante- Sí, no hace falta que me veas así, tuvo que haber sido duro.

–Ya ni sé qué pensar. Me siento terrible, este día ha sido el más duro desde que llegué. -Jor torció la boca y pasó sus manos por sus ojos-

–Luna, estuve pensando ¿Y si le cuento todo a mamá? -Ella volteó se golpe- Yo entiendo que es algo tremendamente grande y que al principio le va a costar asimilar, pero no yo estoy acostumbrado a ocultarle nada a mi mamá. Aunque la decisión es sólo tuya.

–No sé si es una buena idea, ni para ella, ni para mi. Además, no sé si lo vaya a entender.

–Lo sé, pero ella también es parte de esta historia. Es la parte que une todo. – Luna tragó fuerte mientras tocaba su colgante ¿Era buena idea hacer eso?- Tu tienes la última palabra.

–Déjame pensarlo ¿Sí? – Dijo nerviosamente a la vez que se acomodaba nuevamente con la frazada. Estaba de espaldas a su hermano. Él la sentía, estaba triste, así que se acercó un poco más y le acarició el cabello-

–¿Necesitas algo?

–Quería helado, pero no tenías. Así que solo me hice un chocolate. -Hablaba sin mirarle, pero le señaló la taza que estaba en la mesa. Jor la tomó y con un simple apretón, convirtió aquel simple chocolate, en helado-

–Helado de chocolate instantáneo. – Luna volteó y sonrió emocionada-

–Owww, muchas gracias. -Tomó la cuchara que estaba ahí mismo, en la mesa. Luego volteó hacia Jor y se acomodó a su lado, compartió su frazada y se acurrucó en su hombro. Jor sonrió y le abrazó. Sí, había tensión por lo que había pasado hacia un rato, pero se tenían el uno al otro.-


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