Capítulo 36

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Sí, la vida continuaba, pero… ¿Qué había pasado con Luna? Después de verse envuelta en esa brillante y cegadora luz, había perdido la noción de todo por un pequeño lapso de tiempo. Cuando la luz disminuyó y pudo adaptar su vista al ambiente, sé dio cuenta que ya no estaba en su punto de partida, pero ¿En dónde estaba? Se suponía que debía regresar a si casa, al mismo instante al que se fue. Veía a los lados un poco confundida, por las ventanas podía ver los brillantes rayos del sol, algo que no debería ser, si estaba en su mundo el día que se fue, el sol no brillaba así, en realidad el sol ni brillaba. Salió de la habitación en donde estaba, en esta especie de ático, y fue escaleras abajo, era evidente que era su casa, pero, todo era diferente a como recuerda haberlo dejado. Estaba un tanto temerosa caminando por aquel pasillo, todo estaba muy silencioso, tanto que le asustaba. Hasta que logró escuchar una voz desde el piso de abajo, era la voz de su madre.

–¡¿Mamá?! -Expresó muy bajo mientras iba hacia las escaleras. Poco a poco la voz se hacia más cercana. Mientras bajaba logró divisar a Darcy, caminando por la da la principal y hablando sola- ¿Mamá? -Preguntó incrédula. Darcy vio hacia donde ella estaba-

–Ahí estás… Tengo casi media hora llamándote… - Al apenas escuchar esto, Luna terminó de bajar corriendo por aquellas escaleras- ¿Qué pasa? -Preguntó confundida Darcy al sentir ese abrazo desesperado de su hija-

–Mamá, eres tú de verdad. – Se separó y le miró de frente para nuevamente volver a abrazarle- Eres tú. – Le dio varios besos en la mejilla-

–¿Qué pasa contigo? ¿Porqué tan cariñosa? -Darcy le tomó por el rostro para verle de frente- ¿Estás llorando? – Luna asintió con lágrimas en los ojos- ¡No! ¡No! -Dar pareció captar algo- ¿De dónde vienes? ¿Vienes de uno de esos viajes verdad? – Luna sonrió y volvió a abrazarle- Ay no puede ser. – El abrazo que recibió de su madre era todo lo que necesitaba en ese momento. Era el abrazo que estaba necesitando desde hacia meses-

–Te extrañé mucho. – Estaba tan emocionada que apenas lograba hablar bien-

–Yo tendría que decir lo mismo, pero… Apenas tengo una hora que no te veo. – La rubia asintió a las palabras de su madre, entendía que eso iba a pasar- ¿En donde estabas?

–Es una historia muy, muy larga, pero ahorita sólo quiero abrazarte. – Le volvió a abrazar. Al separarse le observó con una gran sonrisa- Estás tan linda.

–Ay, sabes que siempre lo he sido. -Ninguna de las dos pudo contener la risa, sobre todo Luna, esa era su madre. Darcy le secó las lágrimas- No llores, me vas a hacer llorar a mi. -Empezó a acariciarle el cabello- ¿Cuánto tiempo estuviste afuera?

–Mucho, y tengo muchas preguntas -Veía alrededor- ¿Qué pasó?

–¿Con qué? -Luna le tomó la mano a su madre y volvió a mirar a su alrededor-

–Con todo, con el mundo, todo… - De pronto se interrumpió de golpe, algo pasó que le contuvo, No pudo terminar de hablar. Una voz proveniente del estudio y que se iba acercando, hizo que el corazón de Luna empezara a latir con una rapidez increíble. Apretó fuertemente la mano de su madre. Y entonces lo vio, era él, era él frente a ella-

–¿Qué sucede aquí?

–¡Papá! – Fue lo único que logró decir Luna antes de correr hacia los brazos de Stephen, él. Al sentir ese abrazo sintió que todo lo que estaba roto se unía. Al inicio está demostración espontánea de amor sorprendió a Stephen, pero al sentir que Luna lloraba desconsolada, notó que había algo más- Estás aquí, estás así. – Se le era imposible contener las lágrimas, el llanto.-

–Sí mi amor, estoy aquí. – Le separó para verle de frente- Lo hiciste, lo lograste. – Luna asintió pero sin dejar de llorar y volviéndole a abrazar- Lo hiciste bien. Sabía que podías hacerlo. – Le acariciaba la cabeza. Darcy sintió un nudo en la garganta y fue hacia ellos para unirse a aquel abrazo-

–Lo extrañé, los extrañé. -Tomó la mano de su madre y la de su padre- Pensé que te había perdido para siempre.

–No princesa, ya ves que no. – Le acarició la mejilla- Ya estamos juntos otra vez. – Luna asintió aunque con lágrimas en los ojos, una enorme felicidad- Sabes que te amamos.

–Y yo a ustedes. -Con estas palabras los tres se fundieron en un cálido abrazo.-

–Amor -Darcy tomó la palabra- Tienes que contarnos todo.

–Sí, hay muchísimo que contar. Sólo que, quiero disfrutar este momento. No tienen idea de lo que añoraba esto. -Unió las manos de sus padres y colocó la suyo encima- Pero hay tiempo, tenemos tiempo. -Secó una lágrima que corría- Ay, no sé cuántas veces he llorado hoy. Pero este es el mejor motivo para llorar, se los juro.


Y ahí estaban, los tres juntos otra vez. Como una familia.  Sentados en el sofá, Stephen y Darcy en cada lado de Luna, le escuchan hablar de lo que había ocurrido. Los dos le escuchaban con mucha ilusión, aunque lo que estuviese contando no fuera tan bonito, se veía emocionada, feliz.

–Entonces, estaba ahí, sola en este lugar. Que sí, admito que la pasé muy mal al principio, no estaba acostumbrada a vivir así. Pero, al menos tenía un techo y un objetivo y… Era ilusionante, pero no en el buen sentido, me sentía perdida. Aunque ese mundo era igual a este, para mi era completamente extraño. Y Entonces lo encontré. -Darcy frunció el ceño, parecía no entender- Eh, sí, mamá, en ese otro mundo yo tengo un hermano. -Darcy alzó la ceja sorprendida y volteó hacia Stephen.-

–Miren al señor, no pierde tiempo. – Luna al escucharle negó-

–No, no, mamá.  Él no es hijo de mi papá. Es tuyo. – La cara de Darcy fue increíble, era una mezcla entre desconcierto e incertidumbre- Su nombre es Jörmundgander Lokison.

–¿Qué? Pero… ¿Quién le hizo esa maldad a ese niño? Imagino que el nombre no se lo puse yo. Pobre niño.

–No es niño mamá, él es mayo que yo.

–¡Es mayor! -Repitió alto- Es mayor que ella. -Miró a Stephen-

–Y es hijo de Loki. -Ante esto Darcy quedó fría, nunca mejor usada la expresión-

–Perdón ¿Qué? ¿Cómo que Loki? ¿Estás hablando del hermano de Thor? – Luna asintió- Es una locura, no lo puedo creer ¿Qué clase de mujer es la que vive allá con mi cara? -Tanto Luna como Stephen empezaron a reír-

–Una mujer maravillosa que adora a su familia. Igual que tu. Es que allá, algunos acontecimientos no pasaron, por lo mismo no conociste a mi papá.  Pero, está bien. Allá está una mujer fuerte y muy hermosa, sería, un poco más seria que tu y… En realidad todos son más serios, o sea, todos los que de pronto me encontré allá y… -Observó a su padre- Pero esto tu lo sabías ¿Verdad? -Él asintió- Tu me enviaste ¿No es así?

–Sí, yo lo organicé todo. Sabía que la única esperanza para que esto parara era que trabajaras con él.  Y aquí estás, lo hiciste genial.

–Pero, estás aquí también ¿Qué hizo que todo cambiara? Yo, yo tengo mi bitácora, lo grabe todo, pero, no sé qué pudo haber hecho esto… - Se quedó en silencio un momento- A menos que… Claro tuvo que haber sido eso, cuando estábamos en la ciudad, en la pelea, Blackheart abrió un portal y yo le seguí, pero sé qué pasó ahí.

–Lo cambiaste, cambiaste el pasado. Evitaste que llegara acá y que lo destruyeron todo. – Luna quedó con la boca abierta y poco a poco dibujó una sonrisa-

–Ok, perdón por interrumpir este momento importante. Pero ¿Estuviste en una pelea en la ciudad? -Preguntó Darcy como un regaño- ¿Contra quien? ¿Quién es Blackheart?

–Sí mamá, te dije que había muchas cosas que contar.

–¿Hay algo peor? No sé ¿Algo más grande que el hecho de haber salido a pelear contra lo que sea? ¿Algo más grande que decirme que allá tengo un hijo mayor que tu y con Loki? ¿Hay algo más?

–Creo que sí. -Darcy suspiró-

–Creo que tendré que tomarme un té de manzanilla. -Exageró ella.- Voy a pensar en lo mejor de todo esto. Que tu estás aquí, y estás bien. – Le tomó la mano y le dio un beso en ella. Stephen le tomó la otra e hizo lo mismo. Y eso era lo que importaba. Que estaban juntos al fin-


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