Capítulo 27

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Ahí, en medio de todo el caos, seguían ellos dos viéndose, hablándose con la mirada. Lo único que expresó a vox populix Jor fue una pequeña frase, que hizo a todos voltear hacia ellos.

–¡Estás Loca! – Luna le miró recriminándole-

–No tienes que gritar. – Le gritó ella-

–Pero es una locura.

–Bueno, te dije que era peligroso.

–No puedo creerlo.


Mientras ellos dos discutían, Mephisto empezó a crear una atmósfera bastante terrorífica, además del cielo rojo, una gran humareda del mismo color, empezó a devolverlo.

–¡Una Locura! -Gritó Mephisto- Todo lo que ustedes están haciendo es una “Locura”, como le llaman. Una pérdida de tiempo, porque no les va a servir de nada. – Mientras iba hablando, su tamaño iba aumentando. La cara de todos fue más allá del asombro-

–Tiene que ser una broma. -Murmuró Jor-

–Yo soy indestructible. Enfrentarse a mi es cotejar a la muerte. -El ambiente se sentía perdido, ya era como si estuviesen haciendo el último esfuerzo y que fuera lo que fuera. Ya a nadie le importaba nada, sólo importaba terminar con esa abominación. Todos iban atacandole, atacaban a Mephisto mientras se quitaban de encima a los demás demonios, pero era prácticamente imposible, con pequeños movimientos prácticamente mandaba a volar a los chicos. Wanda, le atacó directamente, pero él ataque fue contraproducente, él se lo regresó. Lo mismo pasó con Loki y Stephen, era agobiante. El último ataque que realizaron Jor y Luna, también terminó en nada. Los dos quedaron estampados en el suelo. Luna fue la primera en ponerse de pie, estaba tan decidida  a terminar con eso. Fue hacia Jor que se había quedado viendo hacia el cielo sin moverse.-

–Ya no puedo más. Esto es una causa perdida. – Le decía a su hermana sin moverse-

–No es momento para lamentaciones. Tu mismo me lo dijiste, tenemos que hacerlo. – Extendió la mano para que él se levantara. Cuando lo tuvo al frente le miró fijamente- Hay que hacerlo. -Él respiró profundo y asintió con pesar.-
Los dos caminaron con una mirada desafiante, Mephisto se detuvo sólo para mirarles de manera divertida. Sí, se burlaba de ellos.

–¿Y ustedes? ¿No van a dar su brazo a torcer? Ya se acabó, no hay nada que hacer.

–No, estás equivocado. Esto no ha terminado, y no termina hasta que tu estés derrotado. – La voz de Luna era serena, pero llena de determinación. Mephisto reía maliciosamente-

–Si están tan seguros. -Respondió riéndose, pero automáticamente lanzó un ataque. Mismo que Jor contuvo. Ahí empezaron nuevamente, pero esta vez los dos chicos resistían muy bien, repelían cada uno de los ataques de Mephisto. Este se detuvo para “aumentar” su poder, quizás sólo lo hacía para presumir, pero de algún modo se veía mucho más intimidante, algo que no afectó en lo absoluto a los dos jóvenes. Mientras Mephisto hacia alarde de su poder y de todo el control que tenía, Luna y Jor se elevaron en completo silencio, observando fijamente al demonio. Si no hubiese sido porque estaban considerablemente lejos, los chicos, todos, hubiesen podido asegurar que los ojos tanto de Jor como de Luna, estaban brillando, pero no un brillo normal. Los de ella brillaban con un potente color naranja, mientras los de él de color verde.  Mephisto estaba tan distraído o tan confiado en su victoria que no les estaba prestando mucha atención. Fue cuando esas vibrantes luces empezaron a envolverles, cuando él  volteó. Pero ya era bastante tarde para accionar.

–¡Ahora! – Le gritó Jor a Luna, ella en cuestión de segundos resopló cuestionándose la idea que se le había ocurrido, pero como ella misma dijo, no era momento de lamentarse. Fue hacia él y unieron sus manos-
Sí la llamarada de hacia un rato había sido potente, esto dejaba todo aquello en ridículo. Los dos colores se unieron en uno, era una enorme esfera de color que tenía cegados a todos. Pero esto no era lo importante, lo realmente importante sucedía adentro de esta esfera. Luna tenía un plan, uno del que estaba muy consciente sería peligroso para los dos, pero era una opción más que factible. Y ¿En qué consistía esto? En tomar la ventaja con eso que les hacia extraordinario, que aunque odiaban, serviría de salvavidas. Tenían que fusionarse, pero no como Luna y Jor, eso era prácticamente imposible. Cada uno debía aportar algo más allá de su persona, Luna tenía su agonía, esa que nunca había sacado, y Jor, él tenía ese gran mito nórdico, que tan fantasioso no era. Y eso hicieron. Era extremadamente doloroso, no era sólo transformar sus cuerpos, era fusionar ese dolor con el del otro. Los gritos de dolor de eran angustiantes y es que nadie sabía lo que estaba pasando, nadie más allá de Stephen y de algún modo Loki también lo sabía. Pero no podían hacer nada. Cuando está luz cesó, dejó ver algo que nunca alguien había visto. Encontrar una forma perfecta para describir lo que estaba ahí, frente a todos, era muy difícil. Lo que estaba ahí era enorme, hasta mas grande que el mismo demonio, pero no había una forma exacta para aquella imagen. Sí, tenía alguna forma de serpiente en lo que era la cabeza, pero toda la parte baja era una masa amorfa que se movía tomando diversas formas. Y dentro de todo esto, las conciencias de Jor y Luna. Cuando el primero cayó en sí, no pudo evitar expresarse.

–No puede ser ¿Qué cosa es está? -Esto sólo lo podía escuchar Luna-

–Podría preguntar lo mismo. Nunca me dijiste que está cosa era tan grande.

–Y tu no me dijiste que tu agonía era tan fea.

–¡Oye! Más respeto con la señorita agonía, se puede molestar.

–¿Qué? No le digas que tratas a esto como una persona, hazme el favor. – Jor trató de menospreciarle-

–Es un ser pensante que…

–Que siempre perfectamente el dolor y el miedo que te aqueja. – La voz cálida de la señorita agonía interrumpió a Luna, dejando petrificado a Jor-

–Ya ella lo dijo.

–Y ustedes deberían hacer silencio y terminar con todo esto de una vez por todas. -Esta vez les regañó a ambos. Mephisto que por un momento había quedado paralizado, empezó a reírse nuevamente-

–No tienen idea de lo que hacen. Ni creando al monstruo más grande de todos van a poder frenarme. Ya deberían darse por vencidos si aprecian su vida.

–Ay ¡Ya cállate! -Logró gritar Luna instantes antes de ir hacia él.-
Mephisto intentó atacar, pero no logró hacerlo, había sido inmovilizado por esta enorme fusión. Stephen desde su posición alzó vuelo para acercarse, dejó a contener a los chicos, sabía que esto era difícil, doloroso y muy peligroso. Entonces, mientras ellos hacían fuerza contra Mephisto, Stephen los contenía a ellos. Era increíble lo fuerte que era aquel demonio, pero ellos no se quedaban atrás.

–Yo soy indestructible. -Gritó Mephisto instantes antes de ser completamente envuelto por ellos. Algunos huesos tronaron, pero él seguía haciendo fuerzas para zafarse. Fue ahí cuando Jor le impregnó con una leve, pero considerable a nivel de efecto, dosis de veneno. Se sintió como el demonio iba recuperando su estatura normal, ellos le soltaron, pero no porque quisieran hacerlo, era porque ya no podían más. Loki fue hacia ahí, contuvo a Mephisto que todavía murmuraba cosas como ser indestructible, que nadie le vencería y cosas por el estilo.-

–Ya mejor cierra la boca. Porque por lo que veo, un par de niños, acaban de vencerte. – Lo inmovilizó y cerró su boca. Todavía en el aire, Stephen intentaba contener a los chicos. La luz volvió a brillar esta vez para dejar ver a los dos jóvenes cayendo al suelo. Strange creó un escudo con el que evitó un fuerte golpe en ambos. Cuando soltó el escudo, los dos golpearon levemente el piso. Por parte de los demás chicos, ellos corrieron hacia donde estaba este grupo, sí, los pequeños demonios se habían detenido apenas contuvieron a Mephisto. Stephen se detuvo frente a Mephisto y le brindó una irónica sonrisa –

–Se acabó.  – Le dijo bajo antes de invocar a los huéspedes de Hoggoth para expulsarle a él junto a sus lacayos a la dimensión oscura.-

–¿Y ya? ¿Ganamos? -Preguntó confundido Teddy. Desde el suelo, Luna empezó a reírse nerviosamente, pero era una gran carcajada nerviosa. Stephen extendió la mano para ayudarle a levantarse, estaba temblando, pero no dejaba de reírse. Loki hizo lo mismo con Jor, pero este se quejaba por el dolor.-

–¿Qué te pasa? – Le preguntó a Luna al ver que no dejaba de reírse-

–¿Te duele?

–Cada maldito hueso. -Respondió riendo levente, pero se detuvo al ver el temblor irregular en la risa y en el cuerpo de Luna- ¿Te sientes bien?

–¿Yo? ¿Qué si me siento bien? -Su voz era temblorosa y entrecortada- Claro -Asintió y cayó inconsciente  en los brazos de Stephen-

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