Capítulo 16

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Inmersos todavía en el incómodo momento. Jor leía aquella circular citatoria. Estaba indignado, dentro de todo lo que pasaba, lo que menos imaginaba era que Luna iba a meterse en un problema así.

–No entiendo, te lo juro no entiendo. Con tantas cosas que están pasando, en las que nos estamos mentalizando, vas a venir a meterte en un problema tan mundano como este ¿Ahora qué? ¿Tienes tan siquiera idea de quién es tu representante?

–No, no lo sé.  -Respondió ya con los humos un poco más bajos- ¿Tu sabes?

–No Luna, no lo sé. – La respuesta de Jor fue pedante. Empezaba a caminar de un lado a otro- Tengo que hacer algo, sí, yo me encargo de eso.

–¿Qué vas a hacer? ¿Vas a avisarle a mamá? -Ante la pregunta de Luna, Jor negó con rapidez-

–No, no, no. En ese lugar todo el mundo sabe que ella es mi mamá, y no conviene.

–¿Todo el mundo sabe? -Preguntó intrigada, mientras Kate al fondo se reia- ¿Porqué?

–Porque Jor era muy solicitado en la oficina de la directora. Digamos que era bastante popular en su etapa estudiantil. -Él le lanzó una mirada de esas que matan- Vamos, eso tampoco es un secreto. Así que por la misma razón, tu madre es muy popular por allá.

–¡Ya! ¡Ya! Vamos a dejar el punto así. -Trató de restarle importancia mientras las dos chicas se reían- Vamos a lo importante, tengo que ver cómo arreglar esto. – Le pasó por un lado pero antes de salir de ahí, se devolvió- No entiendo como no pensaste en lo que iba a pasar. Que impulsiva porfavor. -Negó y salió del lugar murmurando- Ahora tengo que pensar que hacer para resolver esta locura, por favor…


Del tema no se habló más, Luna no tenía idea de lo que pasaría al día siguiente. Esa noche Jor estabas encerrado en su habitación, sólo murmuraba cosas inentendibles. Parecía que leía algo, que recitaba algo. El punto era que no salió en ningún momento de esa habitación, por más que Luna le insistió. Y en la mañana, salió mucho antes que ella se despertara. Este comportamiento tenía de los nervios a la joven Strange ¿Qué se suponía que haría cuando llegara a la escuela? Y la verdad es que mucho no podía hacer, primero el ataque de nervios no le dejaba concentrarse, sólo esperaba que en cualquier momento alguien enviado por la directora o ella misma, le sacaran de clase. Luego estaba el asunto de Dinah, no sabía si en algún momento tomaría represalias, aunque eso no le importaba mucho, le mantenía es ascuas porque no quería hacer algo peor a lo que había hecho el día anterior. A media mañana, todo seguía igual, era una calma tensa, demasiado tensa. Pero a todas estas ¿En dónde estaba Jor? Él también estaba ahí, en la escuela, intentaba escabullirse y poder entrar al archivo escolar. Luego de un par de trucos y artimañas logró entrar.

–Ok, ok, estoy adentro. Pensé que sería más fácil. – Se hablaba a si mismo – Bien, hay que hacer esto rápido. -Empezó a buscar la S en los estantes- Yo no debería estar aquí, no debería estar arreglando las metidas de pata de una adolescente, no señor. S, Aquí es. -Abrió el estante y empezó a buscar el expediente de Luna.- Vamos, vamos. -Pasaba las carpetas con rapidez buscando la “ST", pero cuando llegó a ahí, el apellido no estaba.- Ay por favor, esto tiene que ser una broma. – Estaba un poco nervioso, volteaban hacia la puerta de rato en rato- Strange, Strange… No, no está.  Ok, Cálmate, tu no eres así. – Se detuvo- No está el expediente aquí ¿En dónde podría estar? – Estaba sostenido del gran archivo, con la vista paneaba todo el lugar, hasta que se detuvo en la mesa- ¡Claro! Llamaron a su representante, el expediente tiene que estar aquí. – Fue hacia la mesa y buscó entre las no más de seis carpetas que ahí estaban- ¡Bingo! Luna Strange. Y me decían que no me iba a servir de nada haber pasado tanto tiempo por estos lares. – Esto lo dijo con orgullo, como si estuviese bien lo que había hecho. Abrió la carpeta- Ahora a lo que realmente me importa ¿Quién es el representante de la pequeña rubia? -Pasó a la siguiente página, en donde estaban esos datos, su rostro cambió completamente, esa sonrisa juguetona se había convertido en la imagen de la ¿Derrota?- Ay no puede ser, existiendo tantas opciones, tenía que ser justo esta.  -Suspiró resignándose, porque mucho tiempo para algo más, no tuvo. La puerta se abrió dejando entrar a la secretaria de la directora, pero instantes antes de que la mujer entrara completamente, un destello entre verde y azul alumbró el espacio. ¿Había dicho que la cara de Jor reflejaba derrota? Que va, esa palabra no existía en su vocabulario.

–¡Ay! – Se sobresaltó la mujer al encontrarse a alguien ahí adentro- ¿Qué hace aquí señor? -Preguntó amablemente pero intrigada. Y a todo esto ¿Qué estaba viendo está mujer? – No veía al Atlético Jor, no, ella veía a un hombre mayor, alto, de cabello oscuro pero con una gran cantidad de canas, y unos ojos penetrantes. Sí, ella estaba viendo a Stephen.- ¿Puedo ayudarle en algo?

–Lo lamento, estaba buscando la dirección y al parecer me extravié. -Vamos, que acento tan marcado se estaba lanzando-

–Sí, la dirección es hacia la izquierda. -Buscaba algo en la mesa, pero no lo encontraba. Entonces notó la carpeta que él tenía en la mano- ¿Me permite? Creo que eso es justo lo que estoy buscando.

–Lo siento. – Se la entregó- Entré aquí y vi el nombre de Luna, pensé que era algo que tendría que ver.

–¿Usted es el representante de la joven Strange?

–Sí, mucho gusto. Stephen Strange -Extendió la mano y le dio un apretón-

–Mucho Gusto. Justo la directora le está esperando. Acompáñeme por favor. -Abrió la puerta y le dio paso.  Durante el recorrido por el pasillo, los nervios estaban empezando a atacarle, sólo intentaba mentalizarse, aguantar un poco más y ya. – Espérame aquí por favor. – Le pidió la mujer para entrar a la oficina de la directora. -Señora, Aquí tiene el expediente de pidió. – Le colocó la carpeta en el escritorio- Y aquí afuera está el señor Strange.

–Ay, por favor. Hazlo pasar. – La mujer salió e inmediatamente entró él. La directora se puso de pie- Doctor Strange, que gusto tenerle aquí – Le dio la mano- Una pena las circunstancias, sé lo ocupado que debe estar así que… - La directora le habló a su secretaria- ¿Podrías llamar a Luna?

–¡No! -Gritó “Stephen”- Perdón, no me parece una buena idea. Lo que haya que hablar lo haremos entre nosotros. Luego ya retomaré la conversación con ella. No hagamos que pase por este mal trago. Suficiente mal lo está pasando. Se lo puedo asegurar.

–Bueno, si usted lo dice. Tome asiento. Gracias. – Se despidió de su secretaria con una sonrisa para luego tomar asiento.-


Por poco más de media hora, estos dos estuvieron hablando sobre el suceso, sobre lo ejemplar que había sido Luna hasta el momento, incluyendo sus calificaciones. Hubieron excusas sobre cosas que realmente no estaban pasando, pero que se tenían que decir para evitar la verdadera locura. Hasta llegaron a hablar de las consecuencias, es decir, el castigo que le venía ala joven. Mientras tanto, ella salía de una clase, era increíble como la mayoría de las personas con las que se cruzaban los pasillo, se quedaban viéndole. No sabía si era por bien o por mal, pero le hacia sentir muy incómoda. Caminaba sola por el pasillo principal, en ese momento como deseaba que Kate estuviese ahí con ella. Debido a la hora, este estaba repleto de estudiantes. Este pasillo era el mismo que daba hacia la dirección, pero ella pasó de largo, intentaba ignorar el hecho que nadie vendría a su citación. Cuando ya se había alejado varios metros de ahí, la puerta de la misma se abrió, claro, ella no estaba pendiente de ello, y al igual que muchos de los chicos que estaban por ahí, no notó aquel destello brillante.  Sorteando a la gran marea de estudiantes, Jor caminaba por todo el pasillo buscando a su hermana.

–Luna! – Le gritó a lo lejos. Ella volteó sorprendida, al que menos esperaba encontrarse ahí era a el- Te encontré rápido. – Se detuvo frente a ella-

–¿Qué haces aquí?

–Vine a salvarte, deberías agradecerme.

–¿A salvarme? ¿Cómo? ¿Acaso te vas a presentar como mi representante legal?

–¿Qué? No, no podría llegar a tanto. -Sonreía- Además, que una persona se crea que yo soy representante de alguien, pues un grave problema debe tener. No tanto como la persona que me deje a cargo de ti. Aunque eso es entendible.

–¿De qué estás hablando?

–Olvídalo. Como te dije, vine a salvarte y a buscarte para irnos. -Cuando dijo esto, el timbre sonó-

–Mira, acaba de sonar el timbre, tengo que entrar a clase. -Iba a pasarle de largo, pero él la tomó del brazo y el negó-

–No, espera un momento. No vas a entrar a clase, nos vamos a ir, pero hay que esperar un momento. – Luna frunció el ceño- Un momento, ya vas a ver. -Cuando ya casi todos los estudiantes fueron abandonando el pasillo, la directora salió, parecía muy decidida para ir hacia un lugar en específico. Pero cuando vio a Luna en el pasillo fue como si se alumbrara-

–Señorita Strange, justo iba a buscarla. -Ella misma se interrumpió cuando vio a Jor-

–Señor Lokison ¿Qué hace aquí? – Jor sonrió con malicia-

–¿Me extrañó? -Preguntó sarcásticamente, pero al no ver reacción de la mujer se puso serio- Vine a buscarla a ella.

–¿Se conocen?

–Luna es como mi hermanita menor. – Le tomó por los hombros desde la espalda y sonrió. Luna asintió pero si  decir nada. De pronto en su cabeza, escuchó la voz de Jor.- “Sígueme la corriente"

–¿Qué? -Preguntó sorprendida-

–No he dicho nada todavía señorita Strange. -Comentó la directora-

–“No puede ser, funcionó” -Volvió a hablar telepáticamente, Luna volteó a verle- “Síguele la corriente, síguemela a mi también”

–Ok, obviamos este hecho, bastante perturbador. Quería hablar con usted sobre…

–Yo quería disculparme por…

–Hablé con su padre. – La directora le había interrumpido y dejado en blanco-

–¿Con mi qué?

–Con tu papá. – Jor le abrió los ojos y volvió hablarle- “Te dije que siguieras la corriente”.

–“¿Cómo hace eso?” -Pasó sin la intención de que él le escuchara-

–“Te estoy escuchando. Presta atención que esto es importante". Prosiga –

–Como te decía, Luna, hablé con tu padre y me explicó todo por lo que has estado pasando. Que no es fácil el cambio de ciudad, estar lejos de tu madre. – Luna sintió un nudo en la garganta, Jor se dio cuenta y le apretó suavemente el hombro- Todas estas cosas son difíciles, lo entiendo. Pero eso no quiere decir que puedes golpear a una persona de la forma que lo hiciste. Y gracias a Díos, la familia de Dinah dijo que no iban a demandar.

–No van a demandar, eso es genial. -Exclamó Jor emocionado-

–¿Puede hacer silencio señor Lokison? -Jor asintió- Como te decía, no podemos aceptar ese tipo de comportamientos, sin una sanción. – Luna asintió con pesar- Así que con mucho pesar, y con el consentimiento de tu padre, estás suspendida, por una semana.

–¿Qué? ¿Por una semana? -Gritó frenética, pero no viéndola a ella, veía a Jor. Él encogió los hombros.- Me parece una exageración.

–Lo siento mucho. Toma este tiempo para reflexionar, para relajarte y aceptar tu nueva realidad. Te veo en una semana. – Le sonrió y le dejó junto a Jor-

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