A mis cortos doce años tuve mi primer novio, un chico muy tierno y respetuoso pero que por azares del destino tuvimos que separarnos.
No fue sino hasta que cumplí trece que tuve mi primer experiencia Hot con un chico real; fue una experiencia extraña pero sinceramente fue algo que disfrute, recuerdo que fue durante un viaje al mar, este chico y yo nisiquiera nos hablábamos, apenas si nos conocíamos, nos habíamos visto ya un par de veces, pero yo nunca me había fijado así en él, sin embargo, en el camino de regreso a casa por una cosa u otra nos tocó sentarnos juntos, era de noche y estaba todo bastante oscuro; yo me hacía la dormida pues no sabía que hacer, que decir, o como actuar, de repente sentí como su mano se acerco a mi pierna y comenzó a acariciarme, claro que no era la pierna lo que estaba buscando, pronto llegó de alguna manera a tratar de tocarme el trasero, yo no sabía que hacer pero por alguna razón disfrutaba lo que estaba pasando, era como en mis fantasías, alguien real quería tocarme y me estaba gustando.
Como se suponía que yo estaba dormida, me acomode en el asiento para "dormir" de lado y así dejar mi trasero más libre para que el pudiera tocarlo y así fue, sentía como su mano disfrutaba acariciando, frotando, aparentando y yo? Yo solo lo disfrutaba, aún cuando sabía que eso estaba mal.
No duró mucho tiempo, sin embargo el recuerdo de ello a mi si me duró, ahora sabía lo que era una caricia real, y cuando fantasíaba ya sabía lo que se sentía que te agarraran ahí. Tiempo después de eso, un amigo de ese mismo chico y él nos invitaron a mi amiga y a mi a una casa que en ese momento tenían sola, ella y yo fuimos por supuesto, nerviosas como nunca pero con cierta emoción pues no sabía que nos esperaba en esa casa.
Llegamos los 4 y decidieron jugar a la botella, mi amiga estaba enamorada del mismo chico con el que yo había tenido esa pequeña aventura, y cuando la botella dijo que el tenía que besarme ella se molesto y prefirió irse dejándome sola, si, estaba en una casa sola con dos chicos, ambos se me acercaron acorrala dome en un rincón de aquella casa, por un lado yo sabía que eso no estaba bien y estaba muerta de miedo, por el otro quería que algo pasara, quería sentir que me tocarán ambos, pero ganó mi miedo y preferí retirarme, después muchas veces imagine que hubiera pasado si ese día hubiera llegado más lejos, tristemente nunca lo sabría.
Tiempo después ese mismo chico, el del camión y de esa casa, me pidió que fuera su novia, claro que le dije que si, aunque en el fondo sabia que yo no le interesaba romanticamente, pero la realidad era que él a mi tampoco, el solo quería acostarse conmigo y yo, yo solo me dejaba llevar; solo pudimos vernos una vez en el tiempo en que fuimos novios, pero eso basta para descubrir una nueva sensación.
Ese día yo quería verme muy linda para él, me encantaba ponerme faldas pues siempre me parecieron lindas y sexys, llegué a donde él me esperaba, platicamos un poco y comenzó a besarme, mientras me besaba comenzó a deslizar su mano hacia mi trasero y yo, claro que lo permití, eso me gustaba, me hacía sentir algo que desconocía pero que me gustaba y mucho, pero de repente bajo su mano hacia mi pierna y comenzó a subirla pero esta vez bajo mi falda, de repente sentí algo muy extraño, él llegó a un lugar que nadie había tocado antes; comenzó a frotar con su dedo por encima de mi ropa interior, en ese momento descubrí un mundo de sensaciones que desconocía, se sentía tan bien, podía sentir como su dedo se deslizaba de un lado a otro acariciando mi vagina, comencé a temblar, era una sensación tan diferente a todo lo demás, una sensación difícil de describir, se sentía como cosquillas pero no me hacía reír, me hacía sentir, esa era la palabra, me hacía sentir, sentir algo rico, algo que en verdad estaba disfrutando, de repente comenzó a tratar de entrar entre mi ropa interior para acaricie sin ningún intermediario, apenas lo logró y tuvimos que separarnos, me estaban buscando y tenía que irme.
Esa fue la única vez que salí con él, después de un tiempo sin poder vernos terminamos nuestra relación y nos dejamos de ver.
Pero sin duda el se quedó en mis recuerdos, ahora tenía más sensaciones para fantasear, ya sabía que se sentía cuando un chico acariciaba tu trasero y ahora también lo que se sentía que acariciaran tu vagina, sin duda un par de sensaciones que había disfrutado, pero no sabía lo que vendría más adelante y el mundo de sensaciones que aún me faltaba por descubrir.
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Confesiones de una chica cualquiera
FantasyUna historia llena de desamor y sexo en la que una chica narra su travesía de cama en cama buscando algo que ya veremos si logró encontrar o no.