Que más había para mi?

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Después de conocer cada una de esas habitaciones creí que ya no quedaba mas por descubrir, mi vida se había convertido en una fiesta de sexo y excesos, creí que lo había vivido todo, en tan poco tiempo, sabia que existían mas habitaciones pero creía que estas eran quizá lo mismo que se repetía una y otra vez, después de todo había mucha gente que iba a este lugar y seguramente querrían vivir lo mismo que yo, pero estaba equivocada, aun había habitaciones que explorar y aventuras que vivir, sin embargo no podía evitar preguntarme si lo que hacia estaba bien o quizá estaba mal, al final creo que no le hacia daño a nadie, pero, y si vivir de esta manera era algo malo? como saberlo? pero la realidad es que mi dilema moral no me detenía para seguir aceptando las invitaciones de los hombres para ir a esta casa.

Una de tantas veces que visite esta casa después de algún tiempo, pude conocer una nueva habitación, en esta ocasión era diferente pues no había hombres, solo mujeres, al principio me sentí extraña, sin embargo no era difícil irse adaptando al ver como jugueteaban entre ellas, todas ellas chicas hermosas, con bellos cuerpos, lencería muy sensual, besándose y tocándose; pronto me uní a ellas.

Si bien no era a lo que estaba acostumbrada, se sentía bien, tocar un par de pechos, sentir una mano suave y linda recorriendome, los besos eran aun mas cálidos que con un hombre, pronto comencé a excitarme, no solo por la nueva experiencia, sino por lo bien que se sentía acariciar un cuerpo femenino, como yo era la chica nueva, pronto me hicieron sentir el centro de atención, aran dos chicas mas ademas de mi, ambas comenzaron a tocarme y a besarme, después comenzaron a quitarme lentamente la ropa, era muy diferente su forma de desvestirme a la manera en que lo hacia un hombre, todo parecía en cámara lenta, pero las sensaciones eran aun mas explosivas, cuando tocaban o besaban mis pechos mientras la otra me besaba suavemente, cuando sentía una mano recorriendo mis partes mas intimas, al hacerlo bajo mi ropa interior, vaya que se sentía bien, sentir sus dedos suaves y largos, tan delgados pero que sabían bien como tocar; de pronto yo me veía besando y lamiendo sus pechos también, al fin comprendía porque los hombres pasan tanto tiempo ahí, pero la gran sorpresa fue cuando ambas decidieron ya desnudas hacerme sexo oral. 

No imaginaba el mundo de sensaciones que existían al estar ahí, ellas sabían bien como y donde y aunque no puedo negar que disfrutaba cuando un hombre lo hacia, el sentir a una mujer era otro mundo, yo no sabia si también me atrevería a hacerlo, me asustaba un poco no ser tan buena como ellas, sin embargo al estar ahí, fue algo que fluyo de forma tan natural que de verdad lo disfrute como nunca pensé. No se cuanto tiempo estuvimos ahí pero a mi me pareció una eternidad, una dulce y deliciosa eternidad, recorrer las curvas de una mujer es muy rico, sentir su piel, acariciar sus pechos, saborearlos, sentir su trasero firme y delicioso, la humedad de su intimidad, penetrarla con los dedos y sentir como lo disfruta es indescriptible.

Al salir de ahí no pude evitar preguntarme porque lo disfrute tanto si a mi me gusta el sexo con los hombres, que me estaba pasando, sera que estaba equivocada y que no había nada mejor que hacerlo con otra mujer o es que me encontraba en un punto en que en realidad disfrutaría el sexo con cualquier genero?. Me sentía confundida, pero al salir de ahí mi acompañante estaba tan excitado (ya que el lo había visto todo) que tuvimos sexo en el auto de regreso a casa, nos detuvimos por ahí y lo hicimos en el asiento delantero, primero le hice sexo oral y después me monte sobre el, también lo disfrute.

Por extraño que parezca quería volver a sentir a una mujer pero no estaba dispuesta a renunciar a los hombres después de todo que mejor que poder disfrutar del sexo sin importar con quien cuando y donde.

Confesiones de una chica cualquieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora