Con el tiempo fui aprendiendo que cuando tienes sexo sueles descubrir un lado de las personas que no muestran comúnmente, desde lo más extraño, hasta un lado más sentimental.
Después de aquella tóxica relación, un chico llegó a mi vida, pero, nunca fuimos pareja, nos conocimos porque nos presento una amiga, aunque nos habíamos conocido en la secundaria solo que no nos recordábamos, en fin recuerdo que nos conocimos aquel día, estábamos varias amigas y dos de nosotras nos fijamos en el, no es que fuera atractivo pero si era el típico chico que con su seguridad y forma de ser atraía a las chicas, sin embargo el volteo a verme a mi, ese primer día solo nos conocimos y platicamos un poco, el segundo día que nos vimos me invitó a "salir" y si lo pongo así es porque en realidad me llevo a su casa directamente, ahí bebimos algo, jugamos un juego de mesa, escuchamos música y bailamos y claro terminamos en la cama, todo era parte de su juego.
El se veía muy caballero, me hablaba y trataba muy bien, sin embargo el sexo con el fue bastante extraño, no estuvo mal, por el contrario sin embargo durante el sexo el gemia más que yo, y no, no es que eso estuviera mal, solo era un poco extraño, pues yo no estaba acostumbrada a escuchar a un hombre gemir así, casi al finalizar el sexo el me tomó del cuello y lo apretó, esto lo hacía mientras el terminaba, para ello me apretaba cada vez más y gritaba al mismo tiempo, yo me quedé inmóvil, no sabía que hacer o decir, gritaba cómo si aquello le doliera y a la vez le gustara, pero también me asfixia a al punto de que si hubiera tardado un poco más quizá yo no estaría contando esto.
Esa fue una experiencia extraña pero que también me hiso entender que todos tenemos fantasías y fetiches, cosas que no hacemos en la vida común pero que nos vuelven locos en la intimidad. Pero hasta donde puedes llevar esos fetiches o cada fantasía? Creí que solo duraban mientras duraba el acto sexual pero estaba muy equivocada.
Después de esto volví al Internet a conocer más personas, y fue entonces que descubrí que aveces puedes llevar la fantasía a tu vida real, sé que quizá es enfermizo pero hacerlo me gusto; comenzó a llamarme la atención el ser sumisa, tener un amo dominante, claro en la cama, alguien que me dijera que y como hacerlo, por tanto busque a alguien que me enseñará al respecto y pronto lo encontré, era un hombre mayor, el me dijo que podía enseñarme el arte de la dominación y hasta donde se puede llegar, me dijo que iba más allá de un acto sexual, que primero debía prepararme, así que me pidió mi teléfono para poder hablar, yo acepte y se lo di, me dijo que tenía que estar dispuesta a todo y hacer todo aquello que él me pidiera cuando lo pidiera, nuevamente acepte.
El me llamó la primera vez para conocer nuestras voces, me dijo que la preguntas las hacía el sí así lo deseaba, que sólo tenía que responder y hacer lo que él dijera, siempre respondiendo "si amo" fue la primera vez que respondí de esa manera.
Comenzamos hablando de mi, me preguntó que hacía, que quería estudiar y se ofreció a pagar mi escuela si yo aceptaba estar con él, a todo le decía "si amo" así que no me quedaba más, a él le gustaba decir que yo era su perra y siempre que me pedía algo me decía - quiero que te desnudes perra- y yo siempre respondía - si amo-
Así fue cada llamada, me pedía desde que me desnudara hasta que me masturbara, cuando lo hacía me pedía que jadeara como lo hacían los perros después de todo yo era su perra, en más de una ocasión me pidió incluso que ladrara y yo lo hacía, en verdad obedecía todo lo que me ordenaba, si el quería que saliera sin ropa interior a la calle yo lo hacía, cada era mas fácil hacerlo y decir si amo se convertía en la frese mas dicha por mi en el día, aveces me pedía que me metiera a bañar y al salir no me secara y así mojada hablara con él, otras veces me hacía masturbarme y cuando estaba a punto de llegar al orgasmo hacia que me detuviera, el me decía como vestir para salir a la calle, me decía que comer, tengo que confesar que era exitante e incluso se sentía cierto alivio ya que no tenías que tomar decisiones, sin embargo eso no próspero y un día me canse y lo dejé, fue sin duda una buena experiencia, sin duda me gustaba que me dominarán aunque no a ese extremo.
Ahora sabía un poco más de mí, del sexo, de los hombres y aunque aún me faltaba mucho me gustaba pensar en que más había allá afuera que yo no conocía.
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Confesiones de una chica cualquiera
FantasyUna historia llena de desamor y sexo en la que una chica narra su travesía de cama en cama buscando algo que ya veremos si logró encontrar o no.