Después de saber que había más que solo sexo casual con chicos estaba decidida a buscar que más podía encontrar en Internet, que otros Fetiches o cosas "raras" busca la gente para exitarse y disfrutar del sexo y en verdad aveces los deseos son tan extraños.
Navegando por una sala de chat un día me encontré con un tipo que llamó mi atención pues preguntaba si había en la sala alguna chica a la que le gustara ser monoseada en el trasporte público, eso me dio mucha curiosidad y le escribí diciéndole que a mi.
Comenzamos hablando sobre si era verdad, cual había sido mi primera experiencia y demás cosas, claro yo nunca había vivido algo así pero le respondía cualquier cosa que se me venía a la cabeza, el era de la misma ciudad donde yo vivía, por lo que comenzamos a coordinar nuestras rutas para poder encontrarnos fuese en un camión o en el tren.
El sabia ya los horarios en que las rutas iban llenas, así que quedamos en un horario y una ruta, durante el trayecto nos mensaje amos para estar seguros de estar en el mismo autobus yo llevaba una minifalda tipo escolar y debajo llevaba una pequeña tanga, el subió e inmediatamente me ubicó, como el camión iba lleno se acercó poco a poco hasta que se desocupo el asiento a una lado de mi, no nos saludamos ni nada, de hecho yo nisiquiera me atreví a voltear a verlo, en mis piernas llevaba una mochila de las que se cuelgan de lado y no atrás, con eso me cubría las piernas, el comenzó a mover su mano discretamente para tocar mi pierna, poco a poco llevaba su mano más al fondo y de verdad nadie se daba cuenta, el acariciaba la parte interna de mi pierna, yo sentía su mano tibia tocando mi piel, acercándose lentamente a mi vagina y eso era exitante, podía sentir como mi ropa interior se humedecia conforme esa mano se iba acercando, de pronto logró llegar y sobre la ropa me acariciaba pasando su dedo, se sentía tan bien, así jugeteo un rato y después se fue.
Al día siguiente quedamos de nuevo pero ahora en el tren, el cual siempre va completamente lleno y en el íbamos de pie, cuando nos encontramos el se acercó, yo llevaba la misma falda y una blusa un poco ajustada pues no llevaba sujetador, así me lo pidió el, se fue acercado hasta quedar junto a mi, iba tan lleno que todos quedábamos demasiado juntos, en ese trayecto el comenzó a acariciar mi pierna nuevamente y poco a poco subía su mano, la verdad si era muy exitante, pero esta vez al llegar a mi vagina no se conformó con acariciarla sobre mi ropa interior, la movió hacia un lado y comenzó a meterme el dedo, si, ahí en pleno trasporte público y delante de muchísima gente un desconocido estaba metiéndome el dedo en la vagina, se sentía muy bien aunque obviamente no podía hacer ningún gesto, yo iba recargada en un tubo donde el tenía su otra mano pues ahí se sujetaba, yo tenía ahí mismo recargados mis pechos y el muy discretamente los acariciaba mientras continuaba metiéndome el dedo, por momento lo sacaba y acariciaba mi vagina y mis nalgas, después regresaba y volvía a meter su dedo, yo estaba demasiado exitada, tenía ganas de más, pero al vaciarse el tren el se fue.
Repetimos la experiencia un par de veces más, y aunque me gustó creo que no era lo mío pues al estar tan exitada yo quería mas.
Descubrí que experiencias a medias no era lo mío, yo necesitaba sexo, necesitaba las caricias, la penetracion, las nalgadas y demás.
Me gustaba el sexo y me gustaba el sexo duro eso es una realidad así que comencé a buscar eso, un día me encontré con un chico que decía que buscaba a una chica que le permitiera hacerle sexo oral pues el decía que le gustaba mucho y que él podía pasarse el día entero haciéndolo y resultó que vivía cerca de mi casa, así que le dije que a mi podía venir a hacérmelo cuando él quisiera, me tomo la palabra y nos vimos al día siguiente, llegó a mi casa, nos saludamos, entró platicamos un poco y comenzamos a hacerlo, el era más directo, no había besos ni muchas caricias, directamente comenzó a acariciar mi vagina para que se fuera mojando, me quito el bikini que traía puesto y comenzó a lamer; la verdad si lo hacía bastante bien, el podía hacerme tener un orgasmo solo con su lengua, me lo hacía en la sala, en el cuarto, en el comedor y yo la verdad es que disfrutaba sentir la humedad de su lengua y como recorría mi vagina de un lado a otro, o cuando la metía pero nada se comparaba con sentirla acariciar mi clitoris, eso me volvía loca totalmente, el era excelente para el sexo oral pero nunca teníamos sexo, así que un día invite a mi primo, el estaba en la habitación mientras el otro chico me hacía sexo oral en la sala, mi primo nos espiaba desde la habitación, y cuando él otro chico terminó, yo entre a la habitación y tuve sexo con mi primo, el si me penetraba y lo hacía como a mi me gustaba, pero yo creí que el otro chico se había ido, pero no era así, el había regresado por algo antes de salir y como dejé la puerta medio abierta, se asomo y nos vio, se desnudo y entró a la habitación, donde fue bien recibido y ese día lo hice con los dos, nuevamente estaba con dos chicos a la vez, me gustaba sentirlos, me gustaba hacerle sexo oral a uno mientras el otro me penetraba, sentir sus manos tocandome, mientras uno me penetraba y me daba nalgadas el otro me agarraba del cabello para que su pene entrara Hasta mi garganta, en verdad lo disfrute, después de esa experiencia comencé a preguntarme que pasaría si en lugar de dos fueran tres o más chicos? , si eso me gustaría? , como sería o que se sentiría? Y ello se convertiría en otra de mis fantasías.
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Confesiones de una chica cualquiera
FantasyUna historia llena de desamor y sexo en la que una chica narra su travesía de cama en cama buscando algo que ya veremos si logró encontrar o no.