Cuando comencé a experimentar el sexo sin duda descubrí un mundo totalmente nuevo en muchos sentidos, comencé a ver cosas que antes no notaba o que no veía de la misma forma.
Comenzaba a sentir cosas cuando veía situaciones que evocaban sexo, cualquiera que tuviera ese contexto sexual que antes jamás hubiera notado, lo veía en televisión, en revistas, lo sentía cada vez que había una caricia, que se veía un escote o la ropa interior de una chica etc.
Sentía esas ganas de que alguien me acariciara de nuevo, pero no siempre había alguien conmigo.
Alguna veces cuando estaba sola, me acariciaba sobre la ropa, acariciaba mis pechos, mi vagina, imaginaba que alguien más lo hacía pero, eso ya no era suficiente.
Un día mi novio me presto una película, me dijo que la viera cuando estuviera sola, así lo hice.
Era una película de sexo, en ella había varias historias, la primera era sobre dos chicas en una piscina, era tan exita te verlas, ver como se acariciaba, la segunda historia era sobre una chica porrista que estaba con dos amigos, fue la primera vez que supe que el sexo no solo era para dos, ver como entre ambos la tocaban, eso en verdad me exitaba tanto y fue entonces que mis fantasías comenzaron a cambiar.
La tercera historia era sobre una chica que trabajaba como niñera y a cambio de dinero extra tenía sexo con su patrón, wow, que se sentiría hacerlo con un hombre mayor? Y si además te dan dinero por ello, comenzaba a fantasear también con eso.
Vi esa película un par de veces a solas pero sentía una gran necesidad de sexo, me sentía muy exitada, un día se me ocurrió una locura, tomé un pequeño peluche, estaban muy de moda, jalabas un lazo y el pequeño tigre vibraba; lo tome y lo acerque a mi vagina sobre mi ropa, lo active para que vibrará y se sintió muy bien, entonces me pregunté que pasaría si lo hacía bajo mi ropa y me dispuse a descubrirlo, se sentía tan bien, era una sensación tan deliciosa, una sensación que nisiquiera teniendo sexo había sentido, conforme lo repetía se sentía aún mejor, no podía parar, de repente la sensación fue tal que mi cuerpo se tenso por completo y una sensación desconocida pero adictiva recorrió todo mi cuerpo, al pasar mi cuerpo se relajo totalmente, fue tan extraño pero a la vez tan rico pero adictivo también, quería repetirlo una y otra vez, después entendí que a eso se le llama masturbarse y que aquella sensación fue algo llamado orgasmo.
Yo podía ver las películas una y otra ves todos los días mientras estaba sola, y me masturbaba dos o tres veces al día, no podía parar, y cuando veía a mi novio que en ese momento no era mucho, buscábamos la forma de tener sexo.
Al ver aquellas películas, veía como esas personas tenían sexo y yo iba aprendiendo de ello, así aprendí a hacer sexo oral, un día mi novio y yo estábamos en casa, en mi cuarto mi familia estaba en el otro cuarto y como así no podíamos tener sexo pues decidí hacerle sexo oral por primera vez.
Nos besabamos y el me acariciaba, me encantaba cuando acariciaba mi trasero eso me exitaba mucho, me senté en la cama, desabroche su pantalón y el saco su pene, levantó mi blusa dejando al descubierto mis pechos y mientras el acariciaba mis peones yo comencé a lamer su pene, después lo metí en mi boca y comencé a chuparlo, eso me gustó y me éxito pues sentía como si fuera una de esas chicas de la película que había visto, desde entonces los encuentros sexual es se hicieron cada vez más frecuentes.
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Confesiones de una chica cualquiera
FantasyUna historia llena de desamor y sexo en la que una chica narra su travesía de cama en cama buscando algo que ya veremos si logró encontrar o no.