La Casa De Los Deseos

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Desde luego que volví a aquella casa, sus fiestas y todo lo que en ella sucedía llamaban tanto mi atención, sentía como si no fuera yo, como si ella pudiera ser un personaje distinto cada noche, pero eso sí siempre un personaje erotico, apasionado, llena de deseo y deseada por todos también, eso me gustaba, las miradas, las caricias, el deseo.
Quería saber que sorpresa se escondía detrás de cada una de las puertas de madera vieja que protegían cada habitación, que nueva experiencia y que nueva fantasía se encontraba en ellas.
Me decidí a descubrirlo por lo que comencé a aceptar invitaciones de distintos hombres y con ello tener nuevas y diferentes aventuras.
El primero llegó, era un tipo bastante atractivo y con mucho dinero, pero tenía un problema que sólo podía solucionar de una manera y eso lo podía lograr en una de las primeras habitaciones que pude conocer, a él le gustaba ver, por lo que aquella noche nos dirigimos a la habitación V01.
Una vez que estuvimos ahí descubrí que había una cama y una silla que se encontraba muy cerca, el me pidió que me recostar a en la cama y cerrará mis ojos, así lo hice, al abrirlos de nuevo teníamos compañía, era otro hombre de complexión atlética pero con una cara poco atractiva, sin embargo el fue quien se acercó a mí y comenzá a acariciarme, mientras tanto mi compañero se sentó en la silla y comenzó a observar.
El tipo que estaba conmigo comenzó a desnudarme mientras besaba mi cuello, yo solo me deje llevar; recorría mi cuerpo lenta pero apasionadamente, a mi me gustaba lo que sentía y cuando por alguna razón veía a mi pareja ahí observando me exitabas aun más, sentía que tenía que darle una función, por ello comencé a disfrutar más de las caricias, gemia en un tono cada vez alto, y disfrutaba cada momento, cada expresión de mi pareja al ver que disfrutaba verme y escucharme.
Una vez desnudos, el tipo comenzó a hacerme sexo oral y yo gemia y me retorcía de placer, buscando que mi pareja disfrutará cada movimiento y cada sonido también, sentía como mi cuerpo se exitabas al verlo agitarse mientras nos observaba, el sexo era bueno pero la realidad es que pasaba a segundo plano pues la exitancion de sentirme observada era mucho más grande, cuando me tocó a mí hacer sexo oral, lo hice como nunca, como si estuviera grabando una película, voltea a a ver a mi pareja para ver si eso le gustaba, me acomodaba de forma que el pudiera ver cada detalle de aquel miembro dentro de mí boca, como pasaba mi lengua por él y como aveces llegaba hasta mi garganta.
Era de verdad increíble ver como llegaba a disfrutar tanto el vernos, su cara era la misma que si fuera el mismo el que estuviera conmigo, cuando comenzó la penetracion, el sacó su miembro también y comenzó a acariciarlo, creí que en cualquier momento se uniría a nosotros para poder penetrarme también, pero no fue así, seguimos teniendo sexo, de distintas formas y cambiando constantemente las pocisiones, pero el solo se seguí masturbando, yo disfrutaba, cada momento, estaba más exitada de lo que pude estar en algún tiempo, tengo que aceptar que me gusto como me veía.
Al finalizar terminamos prácticamente los 3 juntos, pero mi pareja lo hizo en su silla, después de eso nos vestimos y nos retiramos, fue la primera vez que tuve sexo con un hombre sin siquiera tocarlo, fue una experiencia bastante extraña pero muy exitante, me enteré de que en esa habitación todos los hombres que entran es porque les gusta ver, para eso está la silla, fue la primera habitación "no convencional" que conocí y aun me esperaban muchas mas, la primera experiencia no me defraudó, por el contrario eso me gustó, me preguntaba si las demás serían tan placenteras como esa?, pronto lo descubriría.

Confesiones de una chica cualquieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora