Esa no fue la única vez que estuve con otro antes de casarme, hubo alguien más, una semana antes de mi boda religiosa, les contaré un poco de él; él era mi mejor amigo, nos habíamos conocido muchos años atrás en una fiesta, pues su abuela y la mía eran amigas, por lo que coincidimos ahí, yo tenía como 11 o 12 años y el se acerco y me invitó a bailar, yo le dije que no y entonces mis primas, el y yo nos fuimos a jugar.
Después de aquella fiesta dure un par de años sin volver a verlo y cuando cumplí mis 15 años nos encontramos de nuevo, esta vez por medio de un amigo en común. Recuerdo que desde aquel primer día fue muy evidente la atracción que el sentía por mi.
Unas dos semanas después de volver a vernos y de frecuentar nos un poco más, me pidió que fuera su novia, sin embargo no era el único que me pretendía, el que pronto se convertiría en mi esposo también lo hacía al mismo tiempo, y bueno al final me decidí por él. A mi amigo tuve que rechazarlo, algo que sinceramente nunca había hecho y me sentía bastante mal; después de eso nos hicimos bastante buenos amigos, constantemente me buscaba y él siempre me escuchaba, me aconsejaba, siempre estaba ahí para mi, incluso recuerdo que un día me invitó a comer y me compró los libros que tanto quería en ese momento, yo sabía que lo que él sentía por mí no era amistad y hasta cierto punto creo que me aprovechaba de eso, me gustaban sus atenciones, me gustaba saber que pasara lo que pasara siempre había alguien ahí para mi, sin embargo yo siempre traté de dejarle las cosas claras, al menos hasta aquel día.
Ese día él fue a visitarme a casa de mis papás, solo estábamos mi mamá y yo en casa, así que lo recibí en mi habitación, la puerta siempre estaba abierta y mi mamá entraba y salía como quería por eso no había problema, recuerdo que estábamos viendo la televisión y estábamos sentados en mi cama, la verdad la pasábamos muy bien, nos reíamos mucho y ese día no era la excepción, reíamos y jugueteabamos haciéndonos cosquillas, recuerdo haberle dicho que si yo me concentraba entonces no sentiría cosquillas, a lo que el respondió que claro que me haría reír.
Yo crerre mis ojos y le dije que estaba lista, el trato de hacerme cosquillas en la ciutura y no me reí, después lo intento en la pierna y no me reí, después se acerco a mi y comenzó a besarme el cuello, yo pase saliva y le pregunte que, que erá lo que hacía? Pero el siguió besando, después se paso hacia mi oído, yo podía sentir como mi temperatura corporal se elevaba, como el corazón me latía más y más rápido, de repente, reaccione y me retire, le dije que no hiciera eso y jugando le dije que si seguía no respondería de mi, eso fue como decirle sigue y quizá terminemos en la cama teniendo sexo.
Así que sin dudarlo el siguió, se que pude quitarme pero me gustaba esa sensación, era esa misma sensación que tenia cuando fantaseaba o antes del sexo, esa que se vuelve adictiva, sentía que mi cuerpo no quería quitarse; de repente escuchamos a mi mamá y nos separamos y nos sentamos como si nada pasara, mi mamá pasó a despedirse pues ya se tenia que ir a trabajar, por lo que nos quedamos solos en casa.
Cuando mi mamá se fue, el siguió con lo que estaba haciendo y yo, yo no podía detenerlo, me gustaba, me gustaba mucho esa sensación, la exitacion no solo de como me besaba sino también la sensación de que no era mi novio, era alguien con quien no debía de hacerlo y eso, eso me gustaba, él siguió y de repente sus manos comenzaron a deslizarse a otras partes de mi cuerpo, él sabía que yo ya estaba exitada, acariciaba mis nalgas principalmente, jugueteaba también con mis pechos, y de pronto se acerco a mi boca y comenzó a besarme, me recostó en la cama y me levanto la blusa, dejando así al descubierto mis pechos para comenzar a chuparlos, yo estaba tan exitada que mi cuerpo no respondía, para este momento estaba tan húmeda que podía sentirlo sobre mi ropa, y de repente, desabroche mi pantalón le dije que cerca de mi cama había un condon que lo tomará, el lo busco y yo le ayude a ponérselo, después de tantas veces con mi novio ya había aprendido; yo baje mi pantalón y mis calzones y ahí en mi cama él comenzó a penetrarme.
Se sentía bien aunque no fue para nada el mejor sexo, de hecho el nisiquiera tarmino, después de un rato se canso y me dijo que no podía terminar y lo dejamos así.
Después de eso yo no tenía cara para verlo de nuevo, me sentía tan mal, no quería perder su amistad pero tampoco podía cancelar mi boda, yo no estaba enamorada de él, él era mi mejor amigo; no sabía que hacer así que le escribí una carta, en ella fui sincera y le dije que fue lindo pero que no pasaría a más, que era quizá un pequeño regalo antes de casarme, el se sintió mal por ello pero afortunadamente lo entendió y seguimos siendo amigos, aunque sí les soy sincera no fue la última vez.
Me case, por fin llegó el día de mi boda, después mi ahora esposo y yo nos fuimos a vivir a una casa solo para nosotros dos, allá estaba muy sola, no tenia amigas, no conocía a nadie, me pasaba el día entero en casa, era muy aburrido, aunque me pasaba los días fantaseando, con el del agua o el gas, en fin se me antojaba tanto al ser una ama de casa, tener sexo con hombres mientras mi esposo se iba a trabajar, pero no lo hacía, solo lo imaginaba, un día mi amigo fue a visitarme, a conocer mi casa, ese día yo traía una falda, lo recuerdo porque es importante, llego a casa, lo deje pasar, estuvimos platicando y demás, después tuve que ir a la cocina por algo, el entró se me acerco, me recargo en la pared y comenzó a besarme, yo respondí aunque no se porque, me tenia ahí arrinconada, exitada pues esa era una de mis fantasías, comenzó a acariciarme la pierna, metió su mano bajo mi falda y yo comencé a humedecerme, se sentía tan bien, dicen que las caricias prohibidas son las mejores, después comenzó a acariciar mi vagina así sobre mi ropa interior, después me llevo a la mesa del comedor, subió una de mis piernas a una silla, hiso a un lado mi ropa y comenzó a penetrarme con su dedo, si bien el no era muy bueno en el sexo, con sus manos era el mejor, se sentía tan bien, me penetraba lento y después más y más duro, mies tras me besaba el cuello, después movía su dedo dentro de mi y eso también se sentía bien, yo disfrute tanto aquel encuentro, me sentía en una de mis fantasías, cuando logró hacerme terminar, nos separamos y seguimos como si nada hubiera pasado, esa fue la única vez que tuve un encuentro furtivo en aquella casa, al poco tiempo me mude de nuevo con mi abuela sin saber todo lo que me esperaba.
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Confesiones de una chica cualquiera
FantasyUna historia llena de desamor y sexo en la que una chica narra su travesía de cama en cama buscando algo que ya veremos si logró encontrar o no.