Al poco tiempo de terminar con ese chico quien había sido el primero en tocarme, conocí a alguien más, no era un chico atractivo pero creo que eso nunca me importo, nos conocimos un día en la calle y unos días después nos hicimos novios.
Era un chico amable y lindo conmigo, besaba bien aunque ahora se que no era el mejor, sin embargo en ese tiempo era algo que disfrutaba, un día estábamos en mi casa, mis papás no estaban y mi hermano estaba en otra habitación, él y yo estábamos sentados en mi cama, comenzá a besarme y me recostó sobre la cama, sus manos comenzaron a acariciar mi abdomen, me acariciaba lentamente y yo podía sentir como mi temperatura corporal subía, mis poros se dilataban, una sensación extraña recorría todo mi cuerpo, era una mezcla extraña entre nervios y emoción, pero, me gustaba lo que sentia; el movía su mano poco a poco, por una costado de mi cuerpo bajaba su mano hasta mi pierna, después la subía buscando acariciar mi trasero, y lo hizo acariciaba suavemente y después apretando un poco, y yo, yo sentía algo que me hacía querer más, de repente el alejo su mano de ahí y comenzó a llevarla hacia arriba, pasando por mi abdomen se abría paso, yo sabía hacia donde iba y aunque estaba muy nerviosa quería que llegara.
Aún recuerdo sus manos, eran grandes y suaves, así que abarcaba gran espacio en mi cuerpo, la mano llegó a su destino, mispechos, en ese momento pequeños pues aun no terminaba de desarrollarme, pero eso no le importaba, compensó a acariciar me apretando ligeramente, con su mano lo abarcaba por completo, se sentía tan bien que, sinceramente no quería que parara, pero en mi mente sabía que estaba "mal" así que frene abrubtamente aquellas caricias y le pedí que se fuera.
Cuando se fue me quedé fantaseando con que hubiera pasado de haber continuado, lo que había sentido al el tocar mis pequeños pechos era algo totalmente nuevo, así que no podía dejar de pensar en eso, repetía la escena una y otra vez en mi cabeza, me acariciaba yo misma tratando de imitar sus caricias aunque claro, no era lo mismo.
Pero esa no fue la única vez que esto sucedió, repetimos lo mismo una y otra vez, pero, un día ya no nos fue suficiente.
Estábamos en la habitación de mis papás, el estaba acostado boca arriba y yo por un lado besandolo, yo traía el uniforme de la escuela, por lo que traía falda, una falda corta sin un short por debajo, me subí un poco en el y comenzó a acariciar mi trasero por debajo de la falda, la sensación de sus manos tibias sobre mi piel es algo que no podría explicar, me encantaba como se sentía, y cuando apretaba mis nalgas era tan exitante, me hacía sentir que quería cada vez más, como si fuera una droga que no quieres dejar, que necesitas más y más, ese roce era algo tan diferente, pero cuando menos lo esperaba dejo de acariciarme, llevo su mano lejos de mi, yo no veía lo que hacía pues seguíamos en nuestra sesión de besos, de repente tomó mi mano y la deslizo desde su pecho que era donde yo la tenía recargada pasando por su abdomen y llegando hasta su pene que ya estaba fuera de su pantalón.
Yo no sabía que hacer y solo lo agarre, mi mano se quedó completamente quieta y yo estaba demasiado nerviosa, que se sentía? Se sentía caliente, delgado, fueron solo unos segundos los que mi maño estuvo ahí pero fue suficiente para recordar esa sensación por mucho tiempo más.
Después de eso mi mente seguir diciéndome que lo que hacía esta "mal" así que de nuevo lo detuve y me aleje, apartando la vista para no ver su pene pues me daba mucha vergüenza, el se levantó y lo metió en su ropa interior y abrocho su pantalón, yo acomode mi falda y lo acompañe a la puerta, nos despedimos con un beso y se fue.
Dios! Había tocado un pene, uno de verdad y yo aún nisiquiera sabía bien para que servía, pero sin duda despertó mi curiosidad, ahora ya también había tocado yo a un hombre íntimamente, que seguía? Porque algo que todo mundo decía que era malo se sentía tan bien? Porque no podía dejar de pensar en ello? Porque mi cuerpo quería más? Acaso estaba lista para dar el siguiente paso? Sería con él? Todo eso rondaba mi mente después de aquel encuentro.
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Confesiones de una chica cualquiera
FantasíaUna historia llena de desamor y sexo en la que una chica narra su travesía de cama en cama buscando algo que ya veremos si logró encontrar o no.