Ahora mi vida había cambiado radicalmente, tenía todo lo que podía pedir, dinero, un auto, lujos, joyas y más, todo esto gracias al sexo, jamás había podido imaginar lo que podía conseguir ahora, sin embargo estar con aquel hombre no era suficiente, nos veíamos una o dos veces a la semana, esto claro cuando él pudiera o quisiera estar conmigo, yo estaba siempre dispuesta ya que además de pagar bien el sexo era muy bueno, aún así yo necesitaba más, el sexo me gustaba tanto que necesitaba a alguien que estuviera conmigo todos los días, que me hiciera gozar noche tras noche pero que también entendiera mi trabajo pues no quería dejarlo.
Pero en lugar de eso un día alguien me mandó un mensaje por WhatsApp, era un número desconocido, el mensaje solo decía "Hola", por lo general no respondo a números desconocidos si no dicen más que eso, pero, ese día por alguna razón lo hice, cuando respondieron me dijeron que el doctor con el que salía le había dado mi número, que él era un compañero anesteciologo que trabajaba en el mismo hospital, me extraño un poco el mensaje y el hecho de que el tipo con el que salía le hubiese dado mi número a alguien más, aún así seguí la conversación, nos conocimos un poco y me invitó a cenar a un lugar muy lindo que está en el centro de mi ciudad, yo acepte y fuimos a cenar.
Ya en la cena platicamos, reímos, la pasamos muy bien y fue ahí donde comprendí de que se trataba esta cita; él me dijo que buscaba a una chica para pasarla bien pero también para que lo acompañará a algunos eventos pues a dichos eventos el no podía llevar a su esposa ya que estos eran un poco clandestinos, y que pues sabía de mi y le interesaba conocerme y saber si estaría dispuesta a ello, antes de que yo respondiera me ofreció una muy buena cantidad de dinero por cada encuentro, como plus él era bastante atractivo por lo que inmediatamente le dije que si, brindamos terminamos de cenar y esa misma noche nos fuimos a un motel en donde le demostraría si valía la pena o no pagarme.
Desde luego ambos quedamos encantados, por tanto decidimos seguir con el trato, yo no sabía bien a lo que se refería con "reuniones clandestinas" pero eso era algo que me interesaba conocer, y creo que en verdad valió la pena aceptar.
La primera vez que me llamó para que lo acompañara me pidió que vistiera formal, con un vestido de noche lindo y además agregó que utilizará lencería linda y muy sensual.
Llegamos a una casa muy grande y linda, antes de bajar del auto me pidió que me pusiera una máscara y el también se coloco una, al entrar pude ver que había mucha gente, había meseros repartiendo copas de distintas bebidas, había mujeres muy bellas y hombres de todo tipo, parecía una fiesta muy elegante, sin embargo después de un rato las luces se bajaron y él me pidió que me quitara el vestido y me quedara solo en ropa interior, al igual hicieron las demás chicas, todas nos quedamos solo con la lencería y la idea era que nosotras los dejáramos tocarnos mientras ellos jugaban a las cartas pues parecía ser como un casino clandestino, claro que ya ahí no solo te tocaba tu acompañante, si otro hombre quería acariciarte tu lo dejabas, también podíamos besarnos con otras mujeres para entretenimiento de ellos, la pasábamos muy bien, era muy sensual sentir como te veían los hombres, también sentir como los exitabas al besarte y acariciarte con otra mujer, al final de la noche nos fuimos a una habitación para tener sexo, ahí conocí también a otros hombres y fue así como me convertí en scort.
Pero aún a este punto no sabía todo el mundo que existía detrás de esas mascaras y fiestas elegantes.
Al dirigirnos a la habitación pude ver puertas entre abiertas en donde no solo había parejas, eran cuartos en donde podías ir a "jugar" en ellos se realizaba cualquiera de tus fantasías o las de tu pareja.
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Confesiones de una chica cualquiera
FantasyUna historia llena de desamor y sexo en la que una chica narra su travesía de cama en cama buscando algo que ya veremos si logró encontrar o no.