Dulce Tormento

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Después de aquella experiencia volví a estar soltera, aunque no por mucho tiempo, ya que tan solo unos días después de aquello alguien volvió a mi vida.
Se trataba de él chico que había sido mi primer novio, el se había ido a Estados Unidos algunos años antes y creí que jamás lo volvería a ver, sin embargo aquel día estaba sentada afuera de mi casa acompañada de una amiga cuando lo vimos, era él y yo no lo podía creer! Estaba frente a mi después de casi diez años de no verlo y después de varios de no saber de él, había regresado y no solo eso también había ido a buscarme.
Ese primer día comenzamos a hablar de nuestras vidas, de lo que habíamos hecho en esos años, de porque había regresado de porqué me había buscado etc. Platicamos un par de horas hasta que ya era muy tarde y entonces le dije que tenía que irse pues ya era muy tarde, el me dijo que no recordaba dónde estaba la casa a la que había llegado, que si se podía quedar y ya con luz de día podría volver, sabía que eso era solo un pretexto pero igual acepte, le ofrecí quedarse en el sillón de mi casa en la sala, pero me dijo que quería quedarse en la habitación que como se quedaría sólito en la sala y también accedí, ya en la habitación claro que me beso, él y yo jamás habíamos llegado a nada cuando fuimos novios ya que el me respetaba mucho pues yo estaba muy chiquita, pero ese día no lo hubo, me beso, me recostó en la cama y me hiso el amor por primera vez, con caricias tiernas, besos lentos, pero al mismo tiempo pasión en sus ojos y deseo en sus movimientos, fue una linda noche y me gusto hacerlo con él, sin embargo no sabía para dónde iba esto.
Comenzamos a pasar los días juntos y aunque el había dicho que no quería volverse a casar y que prefería estar solo, parece que conmigo cambió su idea pues muy pronto comenzó a pedirme que me fuera con él, amueblamos su casa, pasábamos días enteros juntos, pero también teníamos mucho sexo, sexo muy diferente al de la primera vez, era sexo apasionado como el que a mi me gustaba, quizá porque se dio cuenta que ya no era la misma niña tierna que él había conocido.
Ahora me hacía suya con muchas ganas y con mucha fuerza, sus caricias me estrujaban, le encantaba ponerme a gatas tomarme del cabello y penetrarme duro, también era aficionado de las nalgadas, me volvía loca, disfrutaba cada momento, cada segundo mientras estábamos haciendo el amor.
Era el mejor en la cama, sin embargo la relación sentimental no fue la mejor, el era controlador y yo una chica libre, el quería una ama de casa y yo éxito profesional, el era de carácter muy fuerte y yo no soportaba que me hablaran mal, éramos totalmente opuestos, pero en el sexo nos complementabamos tan bien.
La relación fue difícil pero seguimos adelante, el inicio su propio negocio, un bar, yo le ayudaba y apoyaba en lo que podía, trataba de siempre estar con él cuando me necesitaba, sin embargo pasó el tiempo y la relación se seguía deteriorando, hasta que un día entró a trabajar ahí una chica que aunque yo no la conocía no me caía bien, los días sábado yo me iba temprano a mi casa del bar y un amigo en común era el que me llevaba, ese sábado yo le comente mi inquietud, el me dijo que no tenía de que preocuparme, que el la conocía y era una buena chica, que gran error.
Al día siguiente fui a buscar a mi novio a su casa ya que no había llegado a la mía, que gran error, pues al llegar lo encontré con ella, estaban ahí en la misma cama donde tantas noches yo había estado, me di la vuelta fui a la sala donde rompí cada foto que teníamos juntos, en esa sala que elegimos juntos, el me pidió perdón me dijo que habláramos después, le dije que no y que no lo quería volver a ver, le di una cachetada y me fui.
Me lastimó tanto el orgullo, me dolía más pensar que perdería frente a ella que el hecho de perderlo a él, eso era lo que realmente me dolía el orgullo, la vanidad, pero estaba dispuesta a no dejarme y me dispuse a quitárselo de la misma manera para que sintiera lo mismo que yo, se que no fue la mejor idea pero vaya que me divertí.
Comencé a buscarlo nuevamente, sabía que el me quería a mí, así que buscábamos ambos pretextos para que yo fuera al bar mientras ella no estaba, la primera vez me beso y le dije que no lo volviera a hacer que yo no era como ella, se disculpo y claro después accedí, en varias ocasiones nos encontró juntos, algunas abrazados, otras solo juntos, yo pensaría que cualquier mujer en esa situación lo dejaría pero ella no, no sería tan fácil.
Yo sabía que tenía que hacer algo más drástico que el hecho de que ella solo imaginara las cosas, un sábado por la noche estaba con mis amigas ahí, el me había servido un trago en el que el vaso tenía un poco de chile en polvo, le dije que sabía más rico si estaba en sus labios, él volteo a ver donde estaba ella y ella había salido un momento así que me beso y justo en ese momento ella entró y nos vio besándonos, delante de todos en el bar, amigos, conocidos, clientes, yo estaba muy contenta y ella se salió muy enojada y yo diría que hasta humillada, el fue tras de ella y logró que lo perdonara, eso a mi no me gustó y para darle celos a él me fui un poco ebria con mi primo que también estaba ahí, si ese primo del que ya les conté y que era obvio que aun quería algo más, él no quería dejarme ir, sabía que algo podía pasar, y enojado me detenía, me dijo que su amigo me llevaría pero su amigo estaba más ebrio que yo y ademas estaba con su novia y quería irse con ella, creo que esa noche todos queríamos sexo y el lo sabía y se enojaba porque yo estaría con alguien que no era el, claro al final no pasó nada con mi primo, pues ambos prometimos que no pasaría de nuevo.
Aún así la tipa esa no lo dejaba así que decidí hacer mi última jugada, tener sexo en sus narices, me dispuse a ir al bar con mi mejor amiga, ya ahí el y yo hablábamos del frío que hacía y de que rico sería estar en casa y en la cama juntos, yo lo rete a que no se animaba a estar conmigo de nuevo, el me dijo que si lo haría, yo asegure que decía eso porque en ese momento no se podía y no tenía forma de demostrarlo, me dijo - vamos allá arriba y te lo demuestro- arriba había una pequeña bodega y la entrada estaba a la vista de todos, acepte y fui yo primero, después llegó él, y tuvimos sexo, con la misma pasión e intensidad que si estuviéramos en la cama pero también lleno de adrenalina por estar casi a la vista de todos incluso de ella.
Salimos de ahí, su dados, fatigados, cansados era más que evidente lo que había pasado, mi amiga y yo nos fuimos, yo esperaba que el fuera a buscarme después de que ella lo dejara por eso, pero eso nunca pasó, ella le perdonaba todo aun cuando él la humillar a de esa manera, fue entonces que entendí que era mejor dejarlo ir, yo tenía mi vida en pausa y no solo eso, yo también me estaba humillando al permitir que un hombre que no me daba mi lugar siguiera teniendo mi cuerpo y fue entonces que decidí alejarme, dejarlo ir y terminar ya con eso que al final a mi tampoco me hacía feliz y me estaba marchitando poco a poco.

Confesiones de una chica cualquieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora