Tenia Que Acostarme Con El!

6.6K 92 3
                                    

Después de eso paso algún tiempo en el que no pasó nada con nadie, solo con mi esposo, sin embargo yo anhelaba encontrar a alguien, no solo para tener sexo, quería enamorarme, quería sentir mariposas nuevamente, queria disfrutar del sexo y de las caricias de alguien más, de repente apareció alguien que en definitiva tenía que estar en mi cama.
Era un hombre joven aunque no tanto como yo, era bastante mayor para mi, yo tenía 21 y el tenia 36, cuando lo vi por primera vez, solo llamó mi atención un poco pero nada más, pero al conocerlo un poco más, me volvió totalmente loca, era un hombre con experiencia, pero sobre todo muy inteligente, culto y estudiado, eso me exitaba tanto, que comencé a masturbarme casi todos los días pensando en él, en como sería en la cama, así que me decidí, él tenía que ser el siguiente si o si.
Al principio el nisiquiera me volteaba a ver, lo podía entender después de todo eramos completos extraños, pero por esas hermosas casualidades de la vida el se quedó sin casa, él no era de la misma ciudad que yo, estaba aquí solo para estudiar y trabajar, así que le rentaron un cuarto en la misma casa donde yo vivía, sabía que eso era lo que necesitaba para seducirlo y Acostarme con él y mi plan comenzó.
En general parecía que él no se fijaba en mi sin importar que hiciera, comencé a utilizar ropa más provocadora, por las noches cuando el estaba en la sala yo solía pasar por ahí en un diminuto short y una pequeña blusa sin nada abajo, como tenia que cruzar por el patio generalmente al pasar frente a el mis peones estaban duros y se marcaban perfectamente ya que mi blusa era muy delgada; aun así sentía que él no me veía, eso era para mi muy frustrante, en otras ocasiones, me metía al baño para lavarme los dientes cuando sabía que él pasaría para ir a su habitación, dejaba la puerta abierta y cuando lo veía venir me agachaba para enjuagarme y así con mi pequeño short dejar al descubierto una parte de mi trasero para que él lo viera y aun así parecía no ser suficiente, estas escenas las repetí varias veces sin conseguir ningún resultado.
En otras ocasiones me metía en su cuarto a platicar con él, me encantaba escucharlo, cuando hablaba de lo que había estudiado y lo que estudiaba ahora era tan sexy que mientras el hablaba estoy segura que yo terminaba tan húmeda y también creo que en más de una ocasión hice algún gesto que me delatara y le hiciera saber que me moría por él.
Nunca me había pasado algo similar, nunca había conocido a alguien con quien solo deseara tener sexo, con quien pasara días y noches enteras preguntándome como seria su miembro, que tan grande o que tan grueso, como serían sus caricias, en fin ya comenzaba a darme por vencida, hasta que una idea llegó a mi; si a mi me exitaba tanto su inteligencia quizá a él también eso le gustaría así que cambie mi plan de ataque, comencé a estudiar en la sala que era un sitio común, donde él podía verme cuando llegaba a casa.
Un buen día estaba yo sentada en una silla junto a la mesa del comedor que estaba junto con la sala, él salió de su cuarto y fue hacia donde yo estaba, me vio estudiando, me sonrió, y comenzamos a hablar de lo que estaba estudiando en ese momento, ese día yo traía una blusa de tirantes delgados sin nada abajo y un pantalón normal, no traía la pijama que usualmente usaba para intentar seducirlo, el se acerco a mi pues le pedí que me dijera si estaba bien en las operaciones que estaba realizando, se acerco por detrás, puso sus manos en mis hombros y reviso; después de decirme que estaba bien, comenzó a masajear mis hombros, yo me sentía ya tan exitada que lo estaba disfrutando de verdad, de repente sus manos comenzaron a abarcar más espacio en mi piel, se abrían paso entra la poca tela de mi blusa, mi respiración estaba cada vez más agitada, de pronto sus manos ya estaba bajo mi blusa y al ver que yo lo disfrutaba, comenzó a acariciar mis pechos, jugueteaba con ellos y yo lo disfrutaba, vaya que lo disfrutaba, se agacho y comenzó a besar mi cuello y oído mientras apretaba mis pezones y se daba gusto con mis pechos, de repente oímos que alguien entró a la casa y él se retiro y se fue rápido a su habitación, después ya cuando había más personas volvió y solo me sonrió.
Esa noche no podía dormir pensando en él, en sus manos, en sus caricias, en lo mucho que me hubiera gustado llegar más lejos, en lo feliz que estaba de que no le era tan indiferente, esa noche me toque como nunca y tuve uno de los mejores orgasmos que yo sola podría haberme dado.
Al día siguiente cuando nos quedamos solos en casa, el salió y me pidió que fuera a su habitación, ahí me beso y comenzó a acariciarme pero de pronto se detuvo, me pidió que fuera a cambiarme y que me pusiera mi pijama, esa que siempre tenia por las noches además me dijo que le exitaba mucho cuando me veía así, pero que tenía que disimular, fui rápidamente y me cambie, al volver me tomo con mucha fuerza, me beso y comenzó a acariciarme, pasando su mano por todo mi cuerpo, me acaricio los pechos, el trasero y la vagina, después metió su mano en mi short y en mi ropa interior y comenzó a meter su dedo, yo estaba tan mojada y tan exitada, que era totalmente suya, en aquel momento mi cuerpo no me obedecía, el podía hacer lo que quisiera con él y entonces me bajo la ropa, me tomo en sus brazos, me sentó en un escritorio y comenzó a penetrarme, tenía un miembro grande y se sentía tan rico, no se si de verdad era él o la manera en que todo se dio, pero disfrute esa embestida como nunca antes.
Terminamos rápido pues no estaríamos solos por mucho tiempo, al terminar me beso y salí de su habitación.
Después de aquel día lo hicimos un par de veces más pero ya no fue lo mismo, hasta que decidimos que era mejor dejarlo así y seguir siendo buenos amigos, sin embargo el recuerdo de aquel día es algo que aún me humedece, no solo el sexo sino también el saber que yo lo busque y yo lo conseguí.

Confesiones de una chica cualquieraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora