Capítulo 9

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Rosalie POV

-¡¡Es un idiota!!- grité por enésima vez mientras golpeé el bote de basura logrando que éste se volcara.- ¡¡Se atreve a coquetearme, a mandarme flores, a traerme comida, a enseñarme nuevas caricaturas, a ser lindo conmigo, a llevarme café al trabajo, a defenderme de Sebastian y su ira, y después de tantas salidas se le olvida el pequeño detalle de decirme que tiene un hijo!!

-Es un patán de primera- concuerda Nat aunque sé que sólo lo hace para seguirme la corriente y no porque realmente lo crea.

-¿Ahora cómo voy a tener que aguantarme las ganas de patearle el trasero cada vez que lo vea? ¡¡Si hasta se sienta con nosotros en la hora de comida!!

-Dile a Sebastian que le deje mucho trabajo para que no salga a comer.

-Claro como si fuera eso posible, es capaz de dejar las cosas para ir a comer y hacer mi vida imposible. ¡¡Pero no le volveré a hablar!!

-Trabajan juntos- Nat dice lo obvio.

-No hablaré con él más que por cosas del trabajo. Ya no más salidas, no más nada.

-Simio, ¿esperabas que después de 5 años el no tuviera una vida amorosa? ¿Qué él te esperaría siempre? La vida continúa.

-¡¡No me estés diciendo lo que ya sé, Nat!!- espeto más enfadada conmigo misma que con ella.- En estos casos sólo debes de decirle insultos a Alex y ofrecerme un trago. ¡¡Necesito una congestión alcohólica en estos momentos!!

Nat se carcajea y yo me dedico a verla feo. Es una mala hermana.

-¿Quieres ir a beber?- pregunta sorprendida.

-Por favor, Geo está dispuesta también a acompañarnos.

-Entonces vamos a arreglarnos, hoy iremos a embriagarnos.

Me puse mi mejor vestido, ese que me hacía sentir como la chica más sexy del mundo, unos tacones marca diablo que alargaban un montón mis piernas y me maquillé ligeramente. Habíamos llegado las tres mosqueteras al bar favorito de Nat, rápidamente nos hicimos de una mesa y un guapo mesero se nos acercó apenas posamos el trasero en el taburete.

Nat se encargó de pedir un montón de bebidas para nosotras, tomé shot tras shot, bailamos y sobre todo sudamos a más no poder, el tiempo pasaba muy rápido y mi nivel de alcohol iba aumentando en mi organismo. Se sentía jodidamente bien estar así, me sentía ligera, aunque mi vejiga no.

-Necesito un baño- le grité al oído a Geo y ella asintió para después dar un gran sorbo a su trago, Nat estaba bailando con un chico muy guapo que nos había regalado bebidas a todas.

Salí con pasos tambaleantes hacia el baño, había una corta fila para entrar y a regañadientes tuve que esperar. Apenas era mi turno y se desocupó el primer baño corrí hacía él, subí el vestido, bajé mi ropa interior y vacíe todo el alcohol que había estado ingiriendo en las últimas horas. Me arreglé una vez más la ropa antes de salir, lavé mis manos y tomé mi celular para verificar la hora.

Tenía dos llamadas perdidas de Alex. Presioné para borrar esa notificación pero mi torpeza visual y manual ya estaba muy avanzada, terminé marcando.

¿Por qué quería embriagarme? Ah sí, porque Alex era un idiota que no merecía mi tiempo ni un segundo más, un idiota que tenía una sonrisa linda, un cerebro magnífico, un sentido del humor muy bueno, una personalidad encantadora y unos ojos preciosos... ojos que había heredado su hijo.

Joder.

Recordé que aún no terminaba la llamada que había comenzado y me apresuré a presionar el botón para colgar pero ya era demasiado tarde, él ya había contestado. Me coloqué el celular en la oreja para al menos escuchar su voz.

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