Capítulo 34

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Rosalie POV

Habíamos decidido hacer una comida para celebrar que Ayleen había venido de visita. Le había tenido que insistir en que se quedará con nosotros ya que quería irse a un hotel para no molestarnos, cosa que negué totalmente y le recalqué que ella no era ninguna molestia.

Era mi mejor amiga, ¿cómo podría pensar que sería una molestia para mí? Si hasta me hacía ilusión tenerla aquí, me hacía revivir tiempos en los que hacíamos pijamadas en nuestras casas. Incluso Nat quería robármela pero el estar embarazada me daba cierta ventaja en los chantajes.

Mi excusa fue que tenía que estar más tiempo conmigo porque luego tendría un bebé que no me dejaría dormir. Funcionó a la perfección.

Ayleen se estaba dando un baño mientras Alex y yo íbamos a la tienda a comprar algunas cosas que nos faltaban para la comida. No me di cuenta en qué momento tomamos tantas chucherías Alex y yo hasta el momento en que pagamos todo.

-Es por si Ayleen tiene antojo de algo- le dije a Alex cuando echábamos las bolsas en el carro.

-Claro, Ayleen.... Querrás decir tú.

-¡Ella es nuestra invitada!- exclamó fingiendo indignación por su acusación.- Debemos tratarla bien para que quiera volver pronto.

-Extrañas hacer pijamadas y comprar muchos hot cakes, ¿verdad?- asiento sin ningún gramo de vergüenza y Alex ríe.

-Además, es tú culpa que tenga antojos, Joshua me hace tener antojos.

-Claro, échale la culpa a mi pobre niño que no ha nacido y no puede defenderse- Alex toma mi abultado vientre y se agacha un poco para estar más cerca.- Pero no te preocupes, pequeño, yo te protejeré de mamá.

-Calla y súbete al auto- le doy un manotazo y el ríe.

-¿En serio seguirás sin dejarme manejar? El doctor ya dijo que podía hacerlo mientras no excediera límites.

-No me importa lo que dijo el doctor, yo soy tu doctora y aún no estás autorizado para manejar.

-Chispita, no me gusta que manejes en ese estado.

-Estoy embarazada, no enferma o ciega, Aldrich.

-Lo sé, pero tienes 38 semanas, me da miedo que te choquen.

-Alex, igual si tú manejaras y nos chocaran, yo estaría en el auto. El que yo no maneje no significa que no me va a pasar nada. Creéme que tengo ojos de búho cuando manejo; y sobre todo porque llevo conmigo a los dos grandes amores de mi vida.

Alex sonríe y me da un rápido beso.- De acuerdo ojos de búho, hay que ir a casa.

Regresamos y Ayleen ya estaba resplandeciente, había dormido sus 8 horas seguidas en una cómoda cama y no en un asiento de autobús, se había duchado y había comido el almuerzo que le había dejado preparado.

-Ya te estás preparando para cuando Joshua vaya a la escuela le eches lonche, ¿verdad?

-Obvio- replico riendo.

-Está preparándose para echarme lonche a mí- interrumpe Alex y Ayleen suelta una carcajada.

-Pero qué iluso eres.

-¡¡Oye!!- réplica Alex inmediatamente.- ¿Verdad que me echarás lonche para ir al trabajo?

-No lo sé, depende de cómo te comportes conmigo- le guiño un ojo y niega con su cabeza.

-Claro, se aprovechan ahora para hacer un complot porque son dos mujeres contra éste pobre e indefenso hombre, sólo dejen que mi hijo nazca y ahora sí van a temer.

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