Izuku había perdido la cuenta de cuanto tiempo había estado rodeando a Tomoe con sus brazos. Su timidez e inseguridad ahora gritaban en su oído para que se alejara de la femenina presencia, pero el tembloroso cuerpo entre sus brazos le impedía moverse o hacer caso de sus inseguridades en ese momento.
Se había percatado de varias cosas mientras ella mantenía el rostro pegado a su cuello. Tomoe no había crecido en lo absoluto en ese último año, antes sus alturas habían estado igualadas más ahora él le ganaba por algunos centímetros. Su cabello le hacía cosquillas en las mejillas.
Hacía algún rato se había percatado de que sus rodillas habían cedido a la gravedad y al cansancio. Sabía bien que esa chica podía hacer cosas increíbles pero no mientras estuviera tan agotada. Si decidía soltarla en ese momento ella daría de lleno contra el suelo pues era él quién la había estado sosteniendo por la cintura todo ese tiempo.
Tomoe ahora estaba más calma, su respiración se había tornado tranquila y ya no sentía que las lágrimas mojaran su camiseta.
Los debilitados brazos de Fukuoka lo rodeaban acercando sus cuerpos, buscando calor y no dejando espacio para el aire, mas ese abrazo no era asfixiante y a Midoriya, más allá de su vergüenza y su corazón latiendo rápido, no le importaba tenerla tan cerca. Era un hombre tímido, sí, pero se negó a que su timidez le sacara lo que tanto tiempo había anhelado.
Hasta ese momento, no se había dado cuenta de cuanto necesitaba y quería ese contacto, aunque no podría admitirlo en voz alta. Se aventuró, con una mano temblorosa, a deleitarse con el calor de su piel mientras que con su otro brazo sostenía a su amada de entrar en contacto con el frío suelo.
Fue con su mano derecha, primero subiendo titubeante por su espina dorsal que era cubierta por la delgada ropa de hospital, acariciando apenas con las yemas de sus dedos índice, medio y anular. Dio un respingo al encontrarse con la piel desnuda a la altura de los hombros, parando allí un momento, esperando tal vez un golpe o una queja por parte de la fémina. Aunque en esos últimos 10 minutos la había estado abrazando, quería tener su aprobación para acariciar su piel desnuda.
— Fukuoka-san, ¿puedo yo...? — susurró agachado su cabeza para hablar cerca de su oído, con voz trémula por su acto de valentía y la mezcla de sentimientos que en ese momento podrían doblar sus rodillas.
La respiración de Tomoe se había tornado un poco más pesada, sus palmas abiertas en la espalda de Izuku se habían cerrado gradualmente en puños agarrando su camiseta y había acercado más su rostro a su cuello, tanto que sus labios estaban pegados a su piel. Asintió levemente con su cabeza, sorprendiendo a Izuku quién esperaba una negativa de su parte.
La mano derecha del varón siguió su camino, hallando suave su piel y agradable su calor. Las yemas de sus dedos se encontraron con algo doloroso, tanto para él como para ella, las dos cicatrices más pequeñas que la tapa de una botella, eran la irregularidad que halló de camino al inicio de su cabello.
Cerró los ojos cuando las imágenes del día anterior aparecieron nuevamente y de nuevo esos lamentos llenaron sus oídos. Profundizó tu toque, delineando con suavidad el inicio de las ciacatrices y el final de éstas, buscando aliviar todo dolor que pudiera haber dejado algún rastro y el dolor de su alma que le recordaba junto a esas imágenes que no había llegado tarde, pero tampoco había llegado a tiempo.
La fémina se tensó cuando las caricias llegaron a ese punto en específico, un lugar que había dolido tanto, que ahora dejaba cicatriz y que Izuku acariciaba de manera tan dulce, como si no fuera otra horrenda imperfección que debería hacerla sentir insegura de su belleza. Estaba insegura, ¿y si él creía que no era bonita por todas sus cicatrices viejas y nuevas? Las que se habían sumado a su colección ahora eran más gruesas y en lugares a simple vista, donde no siempre podría ocultarlas.
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•Leon Heart• [BNHA]
Fanfic[Izuku×OC] SINOPSIS Rechazada por años por las personas del exterior e incluso por los miembros de su propia familia al poseer lo que algunas personas llamarían el kosei más fuerte que haya existido, Tomoe nunca se dejó llevar por lo que esas perso...