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El tic tac que indicaba el paso del tiempo ya colmaba su paciencia, ese gran reloj era una antigüedad que a Kurogiri le fascinaba pero para él era tan solo un pedazo de chatarra que pulverizaría en cuanto el mayor se distrajera por mucho tiempo.
La misión iba sobre ruedas, el objetivo estaba casi cumplido. No había salvación para quien ya había caído en el más profundo abismo de la desesperación.
Movía su vaso con jugo de un lado al otro, esperando un cambio en el líquido que nunca sucedería por arte de magia. Las incontables quejas de sus rehenes le estaban comenzando a parecer igual de molestas que aquel viejo reloj.
Kurogiri había insistido en llevar a esas tres personas hasta allí, podía intuir el porqué, pero al final le parecía igual de inútil. No había forma de extorsionar a los gemelos más que con su hermana menor, aquellos tres eran tan solo una carga, bien lo había dicho la chica loca obsesionada con el héroe.

El mayor se había ido hace tan solo unos minutos para cerciorarse de que todavía tenían a la pequeña Tomoe a su disposición, le tocaba a la nueva evitar que los héroes se hicieran con ella. Aunque la mayor parte del plan estaba completa, aún nada era seguro, necesitaban ablandar todavía más esa voluntad de acero y hacerla quebrar hasta el llanto. Ese era el objetivo final e Illusion solo había hecho que derramase lágrimas una vez, para cuando lo intentó de nuevo Tomoe había tomado de nuevo el control sobre sí.
A ese punto, le parecía más complicado meterse en la mente de un psíquico que acabar con el héroe número uno.

Un nuevo ruido se sumó a esa irritante sinfonía, cada paso que daba la persona que se dirigía a esa habitación era dado lento, eran pasos pesados que hacían eco en las derruidas paredes. Tomura sabía perfectamente que esa persona no podía ser su aliado, casi podía oler la ira del individuo al otro lado de la vieja puerta de madera.

   — Te has ganado muchos apodos durante tu carrera de héroe, carrera que debiste abandonar junto a tu hermano pero has retomado hace poco. Uno de los poderosos Fukuoka, quién pasó de tener un kosei que apenas le permitía hacer crecer una flor a tener el suficiente poder como para enfrentarte a una asociación criminalista entera. ¿Cuánto más tardarás en mostrar tu rostro, Fukuoka Makoto?— la burla era lo que más se notaba en la voz de Tomura, había estudiado con cuidado a aquel héroe en particular desde que había posado sus ojos en Tomoe.
El mayor de cinco, sin saber del desgraciado presente dentro de su propia familia. Fuerte luego de lidiar por años con un kosei problemático; amable algunas veces, sentimental casi siempre, pero lo más temido de sus emociones era la explosiva ira que podía guardar. Acumular el enojo parecía ser uno de los defectos por genética en aquella familia de monstruos.
Las bisagras de la puerta chirriaron de forma muy aguda. Shigaraki estaba de espaldas a la puerta y no pretendía voltear, fue el sonido de un cuerpo dando de manera brusca contra el suelo lo que le hizo apartar la mirada de su vaso y dirigirse a su enemigo.

    — Has perdido, Shigaraki Tomura.— sentenció el pelirrojo con su bota aplastando la espalda del hombre inconsciente en el piso.
En completo silencio, observó al caído tratando de hacer que su mente procesara lo aquello significaba. Comenzó a rascar su cuello a lo primero como si fuera una leve picazón pero pasado unos segundos sus uñas estaban cubiertas de su propia sangre. Aquello no podía estar pasando, no otra vez. Había asegurado todo para que no volviera a suceder lo del año anterior, se había deshecho de Chisaki incluso, hasta se había tomado el trabajo de estar lo más alejado de la luz solar para que el kosei de los gemelos se viera inutilizado, pero todos sus esfuerzos habían sido en vano. Veía su plan desmoronarse frente a sus ojos hasta quedar en el suelo al igual que Kurogiri, quién no parecía ser capaz de abrir ni un solo portal ni siquiera para que él pudiera darse a la fuga.

   — ¡No me estés jodiendo! ¡Se suponía que tu kosei era inútil sin el sol! — Makoto río seco, sus ojos brillaron letales lo cual no cuadraba con la sonrisa que se veía en su rostro.

•Leon Heart• [BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora