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Corría, estaba llegando tarde cuando se suponía que había quedado con sus amigos para ir al Centro Comercial. El festival deportivo se acercaba, un poco más atrasado que el año anterior, pero más violento que cuando estaban en 1er año.

Las chicas querían comprar protectores, cosas personales y algunas cosas para entrenar de las que no les habían hablado, mientras que los chicos iban más centrados en el entrenamiento.
Llegó finalmente, siendo regañado por su amiga Uraraka e insultado por Katsuki y su mal humor.

-Vamos, Deku-kun, se nos hace tarde.- ya estando todos, comenzaron a caminar por el centro comercial.

-¡Uraraka-san! ¡Esperanos! - las chicas se adelantaron a ellos. No era de extrañar que siempre se separaran cuando quedaban en ir al Centro comercial todos juntos. Los muchachos suspiraron resignados aumentando un poco el paso.
Katsuki maldecía con Kirishima a "las estúpidas" de sus compañeras por siempre adelantarse, mientras que Todoroki hablaba amenamente con su amigo.
La mirada del peliverde se desvió del bicolor, quedando en algo, mejor dicho, alguien detrás de él. Su mente le jugó una mala pasada cuando sus ojos captaron una figura femenina de cabello castaño un poco después de los hombros que caminaba a paso grácil.
Se disculpó con Todoroki, siguiendo a la fémina. Para su mala suerte, varias personas se cruzaron en su camino hasta que la perdió de vista. La frustración no se hizo esperar, suspiró profundamente.
Ese año sin saber nada de la chica que le gustaba lo estaba haciendo perder la cordura y ahora alucinaba. Volvió algo triste con sus compañeros.

¿Estaría bien? ¿Que tan fuerte se había vuelto? Si bien hasta Japón habían llegado noticias de la joven heroína que se estaba acercando al top 10 de las clasificaciones de héroes de América sin haber terminado sus estudios, no había certeza de que realmente fuese ella.
Desanimado, acompañó a sus amigos a una tienda para tomar algo, hacía calor y una bebida fría no les venía mal.
Un alboroto se formó fuera, había gente gritando y con sus refrescos fueron a ver qué era lo que sucedía. La gente susurraba sobre la chica que estaba en el medio del lío y cuando llegaron al frente, todos los espectadores ahogaron un grito de horror.
Abrazando a un niño protegiéndolo con su cuerpo de una botella de vidrio lanzada por un hombre joven, estaba una chica de cabello castaño corto con un tapabocas, completamente vestida de negro.
La sangre comenzó a teñir su cabello gradualmente llegando a mojar su nuca y ella volteó.
Nada más reconocer la forma de su rostro y esa aura de peligro, el trío destacado de la clase A se puso alerta.

Cinco minutos antes.

Bajó del auto con buen humor, sacándose el gran saco que le habían obligado a ponerse y tirándolo por alguna parte dentro del vehículo. Sin esperar a que sus acompañantes bajarán, se echó a caminar, siendo alcanzada más tarde.

-¿No piensas esperarnos? - no prestó real atención a lo que le estaban diciendo, su atención estaba más en las personas que paseaban felices o en los jóvenes que paseaban con sus amigos.

Mientras iban caminando, una mujer fue lanzada desde un negocio. Estaba golpeada y la sangre salía de su nariz y boca. Un tipo con una botella de alcohol en mano salió de un local insultando a la fémina en el suelo, diciendo atrocidades de ella que ni había escuchado a su extrañado Bakugou pronunciar tales cosas a ninguna chica.
Estaba a punto de golpearla y Tomoe a punto de golpear al tipo, pero un niño con un hematoma en la mejilla se interpuso.

-¡No golpees a mi mamá! ¡Mamá no hizo nada!- lágrimas gruesas caían de sus grandes ojos mientras que gritaba aquellas palabras. Algo se rompió dentro de la mente de la castaña en cuanto vio cómo el hombre iba a golpear al niño con la botella de vidrio de su mano y al ver como este cerraba los ojos con fuerza, esperando el impacto.
El sonido del vidrio quebrándose en miles de pedazos llenó la calle. Los espectadores de aquel horrible escenario contuvieron el aliento ante aquella atroz escena: ella se había interpuesto entre el agresor y la víctima, abrazando de manera protectora el frágil cuerpo del infante.
La botella había golpeado justo detrás de su cabeza, la sangre no se hizo esperar y comenzó a gotear al suelo.
Soltó al niño dejando que abrace a su madre quien lloraba desconsolada mientras trataba de limpiar la sangre de sus heridas. La vista de madre e hijo fundiéndose en un abrazo fue suficiente para que castaña ignorara la punzante herida de su cabeza poniéndose de pie.

Los alumnos de la clase 2-A intentaron adelantarse para detener el disturbio y por otro lado comprobar sus sospechas, pero la gente no hacía más que amontonarse frente a ellos, siendo así imposible pasar y quedando sólo como espectadores.

Por otro lado, los acompañantes de la chica supieron al momento de que se levantó que eso no iba a tener un buen final, al menos no para el agresor. Los ojos de la fémina estaban tan gélidos que al polo le sobraban grados para igualarla.
Una de sus manos tocó la herida sangrante quedando unos segundos observando su fluido vital.
Nadie más que el agresor logró verlo mas cuando Fukuoka Tomoe volteó, una sombra de peligro cubría su rostro, las piernas del hombre comenzaron a temblar e hizo el inútil intento de huir.
Tomoe lo tomó por el cuello y sin hacerle daño, lo colocó boca abajo en el suelo con ayuda de sus poderes, inmovilizándolo.
Podría haber perdido un poco la cordura pero sabía que si tocaba al hombre, todo caería sobre ella. Se agachó de la manera menos femenina posible, separando sus piernas y apoyando sus bazos en sus rodillas.

- Míralos.- mangoneó con voz gutural. Tomando los cabellos rubios del hombre con una mano, levantó su cabeza obligándolo a mirar a la madre e hijo.- ¿Es tu esposa? - él asintió aterrado.- ¿Es tu hijo? - volvió a asentir.
-¿Por qué la has tocado?- el hombre comenzó a llorar pidiendo perdón y culpando al alcohol. El sombrío rostro de la adolescente no cambió un ápice.- ¿Por qué la has tocado?

-Ella... ¡Esa zorra no entiende que es sólo mía! - el último brillo de bondad desapareció en los ojos mieles de la castaña. El hombre gritó de dolor pero ella no se había movido ni un centímetro.

En el momento en el que el hombre gritó, los aspirantes a héroes se adelantaron, empujando a la gente para detener la tortura sea cual sea que aquella misteriosa chica estaba aplicando sobre el hombre.
La de cabellos cortos se levantó, luego de haber dejado a la mujer y al niño a cargo de gente que le aseguró cuidarlos. Emprendió paso hasta su hermano, diciéndole que ya podían retirarse. Makoto la arrastró fuera de allí hasta el hospital más cercano, quitándoles la oportunidad de interrogación a los más jóvenes.

Bakugou se quedó mirando fijamente la espalda de la fémina, recordando todo lo que había intentando olvidar durante ese año. Para cuándo quisieron darse cuenta, el rubio había salido corriendo a quién sabe dónde.

Katsuki llegó a la residencia de la Academia subiendo las escaleras como un rayo y entrando de golpe a su habitación. Fue directo a su viejo calendario del año pasado que sabía que por alguna razón debía guardarlo.
Su respiración se cortó más de lo que ya estaba. Revisó la fecha en su celular, viendo que el mismo día pero del año anterior estaba marcado en rojo.
Ya había pasado un año desde su partida y como ella había prometido, había vuelto.

-Estúpida.- tapó su boca para que nadie viera la pequeña y casi inexistente sonrisa que se formó en su rostro.

***

Ni que fuera tan cruel, par favar.

-Nynia

•Leon Heart• [BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora