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Katsuki estaba detrás de unos escombros que Tomoe había hecho cuando dió un puñetazo al suelo, observando mientras tanto al villano y a Titania.
El pelirosa comenzó a caminar alrededor de la chica, pasando de vez en cuando sus manos por sus caderas y acariciando más de la cuenta su cintura, apreciando la figura de la adolescente. En la mente del lujurioso adulto, él ya estaba haciendo mil y una cosas con ese trabajado pero femenino cuerpo; en la mente de Tomoe, la cabeza de su atacante ya había explotado como un globo.

— Hey, ¿por qué no dejamos a todos estos imbéciles para ir a divertirnos un rato? — el hombre alzó las cejas y una sonrisa se curvó en sus labios. Sin ser parte del plan, tomó uno de los generosos senos de la chica, apretándolo entre sus dedos sin que llegase a ser doloroso.

Tomoe no gimió como el villano habría esperado que hiciera, sino que lo observaba con una expresión que no llegaba a identificar. En su inconsciente, realmente deseaba que aquello fuese el mismo deseo que estaba sintiendo por ella y no la actitud asesina que se había informado la heredera podría llegar a tener.

Katsuki utilizó la distracción que Fukuoka había creado más el impulso asesino que había brotado de lo profundo de su alma al ver a alguien tocandola de esa manera, sin que ella pudiese liberarse para hundirle el rostro de un puñetazo, y se lanzó a explotar al tipo. Grande fue su sorpresa al verse suspendido en el aire, pero eso únicamente consiguió que su enojo fuese en aumento.

— Mi nombre es Ryota, recuérdalo como el nombre de quién robó a tu querida.— haciendo uso de las habilidades de la fémina, Ryota lanzó al rubio contra una de las paredes más gruesas de la edificación, asegurándose de que no pudiese volver a ponerse en  pie en unos cuantos días.— No te molestes, cariño, pronto nos iremos de aquí.

Al momento de que el proclamado Ryota volteó, se encontró con una mirada inyectada en sangre. Los ojos de la fémina ardían de furia pero esa gran advertencia de peligro sólo hizo sonreír al de cabello rosado.

— ¿Que intentarás hacer ante eso, cariño? ¿Matarme? — soltó una desquiciada carcajada mientras que con su kosei aún en marcha, ordenó al cuerpo de la chica a caminar hasta él para cumplir con la promesa antes hecha.
Notó que la fémina comenzaba a moverse con dificultad, de manera más robótica que antes, hasta que finalmente cayó inconsciente al suelo. Absorto en ese extraño acontecimiento, se aproximó hasta la durmiente fémina en el suelo comprobando que por sus signos vitales continuaba aún con vida. Se quejó en voz baja, sin tener acceso a los kosei de Genética Perfecta, escapar de allí se hacía mucho más difícil.

Un escalofrío recorrió su espalda y por instinto, levantó la vista de su nueva obsesión, encontrando algo mucho peor que la mirada asesina de la heredera.

— Ella no va a matarte.— frente a él, se encontraba una de las personas rango SS en la lista de más peligrosos que él mismo había creado para casos extremos: Fukuoka Mikoto.
El pelirrojo sacudió sus elegantes ropas y apuntó detrás de Ryota sin expresión alguna en su rostro.
— Ellos sí.

No fue ni siquiera necesario voltear para cuando lo tomaron por detrás por sus ropas, enseguida su rostro y abdomen recibieron unos buenos puñetazos que lo hicieron volar hasta que el cuerpo del villano dió contra una pared, incrustandose en ésta.
Su mandíbula se había roto luego de un destello verde y sus ropas estaban calcinadas donde le habían atinado el golpe.
Sin que se le permitiera caer en la inconsciencia, fue tomado por el rostro. Ryota apenas pudo enfocar sus ojos entre los dedos de su nuevo atacante para apenas diferenciar la figura que iba a brindarle el golpe final.
Con una sonrisa macabra y los ojos rubíes destellantes de enojo, Katsuki habló con voz hostil sin alzar su tono.

— Muere, mierdecilla.— explotó el rostro del villano, haciendo caso omiso a lo que éste le intentaba rogar.

Bakugou sacudió sus ropas como si nunca se hubiera impactado contra concreto. Tomó por la ropa al villano, comenzando a caminar hasta donde se encontraban Deku y el mitad mitad.
A fin de cuentas, aquel golpe sólo había sido una cosquilla para él.
Teniendo en cuenta de que Tomoe con su ahora entrenamiento podría hasta haberlo lanzado fuera del estadio con sólo un movimiento, aquel villano estaba limitado a utilizar el poder de su amiga.

•Leon Heart• [BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora