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Calor acogedor, una extraña suavidad acompañada de un punzante dolor en su cabeza era lo que podía llegar a sentir. Ya no había rastro de todo el sufrimiento al que había sido sometido su cuerpo o del frío que entumecía sus extremidades, sino que todo se había vuelto cálido.
Lo primero que llegó a ver cuando abrió sus párpados fue un techo blanco bordeado de paredes color azul, sentía su mano ser sostenida por dos manos cálidas que la resguardaban del frío de la habitación. Se sorprendió al encontrar a Izuku ahí, durmiendo a su lado como si hubiera estado esperando pacientemente a que despertara.
Sí Izuku estaba allí significaba que ya la habían rescatado, estaba a salvo, ya no habrían más torturas o más ilusiones donde veía morir a sus hermanos una y otra vez. Podría volver a abrazar a sus amigos, a sus hermanos, cuando lo creyó imposible por la de innumerables veces que se sintió morir del dolor más la oscuridad engulliendola en cada noche, en un ciclo interminable donde se buscaba romper su voluntad o su sanidad mental. Ya no necesitaba esconder sus lágrimas o sus gritos, el tiempo de esconder su agonía acababa al fin, no habría más dolor, no más noches que aprisionar el llanto en su garganta y los gritos llamando a sus hermanos. Ya no más, pues ya estaba en casa.

Temió no estar a salvo por unos momentos, dudosa de que tanta felicidad pudiera ser posible para su mala suerte, acarició la mejilla del dormido chico queriendo creer que esa no sería otra terrible ilusión que terminaría en tragedia, apretando su corazón con dolor.

— Izuku-kun.— murmuró temblorosa, halló hermosos los orbes verdes al momento que se encontró con ellos, el tiempo pareció volverse eterno por un simple intercambio de miradas, tanto que esa semana habían parecido siglos a comparación del año en el que se había ido.— ¿Eres el Izuku-kun real? ¿Realmente eres tú?— su corazón latía con dolor en su pecho, queriendo creer que aquello era la realidad, que ella después de todo el dolor que había soportado fuera bendecida con la suerte de que aquella era la verdad.— ¿Realmente eres el Midoriya Izuku que tanto he anhelado?

Acariciaba su rostro, pasando las yemas de sus dedos con suavidad por sus mejillas, temerosa que de que se escapara como arena entre sus dedos si se atrevía a abrazarlo con mucha fuerza.
Izuku le sonrió, llenando su corazón de un cálido sentimiento y de la felicidad más pura que hubiera tenido nunca, de paz. Se lanzó rodeando su cuello con sus brazos, dejando ir la tensión y miedo que tanto tiempo había retenido, pegandose el cuello de su amigo mientras hablaba con la voz al borde de las lágrimas, casi balbuceando lo mucho que lo había extrañado.

— Tenía mucho miedo, Izuku-kun, quería ser fuerte pero tenía mucho miedo. Si yo moría ahí, no podría volver a verte, ni a nadie.— musitó no queriendo separarse de la calidez que aquel tiempo se le había negado.

—Fukuoka-san es muy fuerte, no te preocupes, ya no podrán hacerte daño. Te protegeré del mundo.— Izuku correspondió a su abrazo, Tomoe se aferró más a él. Si esa era otra terrible mentira, quería abrazar a la persona que causaba sensaciones raras en su pecho antes de despertar y ver que su sufrimiento aún no terminaba. Disfrutaría la calidez de aquella mentira antes de volver a lo gélido de una habitación de olor metálico y fétido.
No contó cuantos minutos pasaron hasta que decidieron poner espacio entre ellos, sin embargo, Midoriya mantuvo su contacto tomando su mano y entrelazando sus dedos.

Repentinamente, varias personas ingresaron a su habitación llenando el corazón de Tomoe de más felicidad de la que creía poder nunca tener. Todos sus amigos se encontraban allí sonriéndole o con sus típicas expresiones, dándole una bienvenida que había soñado desde el primer día de la separación. Ignoró las vendas que la cubrían y se lanzó a abrazar al más cercano, Shōto fue apresado por los brazos de la castaña quién balbuceaba en su cabello mientras se sostenía a su cintura con sus piernas. Él la bajó mientras que sus palabras no paraban, de un momento a otro, la calidez de un abrazo grupal fue lo único que sintió.

•Leon Heart• [BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora