Recuperando tu ser |Grimmjow y tu|

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En una semana he podido progresar mucho con Mina. Ella está encantada con Dai y siempre me ayuda con él. Su estado de ánimo mejoró considerablemente en los últimos días, aunque a veces se despierta llorando y corre a mi cuarto para acostarse conmigo. De vez en cuando se queda mirando a la nada y repentinamente sus lágrimas empiezan a caer. Pero ya sabía que no iba a ser fácil, perdió a su mamá, y vio en persona como su padre la mató.

Suspiro y termino de vestir a Dai. Mina se colocó un Shihakusho parecido al mío pero en tonos celestes y lleva su pelo corto bien peinado. En todo este tiempo Grimmjow ha tratado de que me aleje de la pequeña, pero logró que yo me aleje de él. He escuchado por parte de Kira que Grimmjow se la pasa más tiempo en el bar que en el trabajo. No tengo idea de dónde debe estar durmiendo ya que no lo dejo entrar a casa. Pero trato de no pensar en ello aún si me duele la situación.

--¿Vamos?-- suelto con una sonrisa extendiendo mi mano a Mina.

--Si-- dice feliz corriendo a mi.

Salimos y a paso tranquilo caminamos hasta el escuadrón.

--¿____? ¿Puedo entrar a la escuela de Shinigamis?-- pregunta Mina avergonzada.

--¿Mm? Claro, aunque tu eres cien por ciento arrancar no veo problemas en que te entrenen-- contesto acariciando su suave cabello.

--____-- escucho detrás de nosotros.

Al darme la vuelta me sorprendo de ver a Grimmjow ebrio y desaliñado. Me agacho para entregarle a Mina al pequeño Dai y le pido que se adelante. Ella insegura asiente y me hace caso.

--¿Qué quieres Grimmjow?-- suelto cuando los pequeños ya no están a la vista.

--Por favor, debes alejarte de esa cosa, yo me encargo de hacerla desaparecer si quieres-- murmura algo ido por el alcohol.

--¡Bankai, Kami No Shi!-- grito enojada y lanzándome contra Grimmjow.

Si no entiende por las buenas, deberé abrirle los ojos por las malas. No puedo creer que él piense en matar a una pequeña, a su hija.

Él se queda quieto pensando que no seré capaz de lastimarlo, pero cuando se da cuenta de que voy en cerio parece despertar un poco y se protege sacando su espada.

--¿En cerio crees que te dejaré tocarle un solo pelo a esa niña? Si tan solo te tomaras el maldito tiempo de conocerla verás que tiene un enorme cariño solo para ti-- digo entre lágrimas sin dejar de atacarlo.

Estábamos destrozando gran parte del Gotei ya que él también empezó a atacar con fuerza, parece como si se estuviera descargando.

--¡¿Qué mierdas están haciendo ustedes dos?!-- logro escuchar la voz de mi abuelo.

Lo ignoro por completo y sigo atacando a Grimmjow. Él libera su zampakuto y empezamos a darlo todo en la pelea. No me siento mal por luchar contra él, de echo, siento como si estuviera liberando gran parte del peso que siento en mi ser. Y presiento que él está igual.

--¡Debes quererla!-- suelto de repente estando un poco más cerca de él.

--¡Jamás, no puedo querer algo que no viene de ti! Esa niña no es nadie-- suelta en un gruñido.

--¡Eres un maldito terco, un egoísta!, ¡Te piensas que yo estoy bien cuidando a la pequeña que tuviste con otra mujer y no es así, pero ahora ella necesita de gente que la cuide y la quiera! Demonios Grimmjow, no puedo hacerlo sola-- suelto ya más calmada deteniendo la pelea.

--Necesito que te hagas cargo, así como Mina nosotros también debemos aprender a quererla, ella no tiene la culpa de nada-- susurro sintiendo cálidas lágrimas caer por mis mejillas.

--No puedes mirar hacia otro, ya no-- me quejo mirando sus ojos celestes, dándome cuenta que él está conteniendo las lágrimas.

--No puedo, ella-- dice frustrado anulando la liberación.

--Lo sé, sé que es difícil, pero es una niña, imagina cuán difícil puede ser para ella si nosotros estamos así.

--Diablos-- se queja tapando su rostro.

Me acerco a él y lo abrazo sintiendo sus lágrimas en mi hombro. Cierro los ojos y muerdo mi labio en un intento desesperado por reprimir mis sollozos y lágrimas. Acaricio su cabello y trato de calmar su pesar con palabras.

--Todo estará bien Grimmjow, juntos podremos superar cualquier cosa.

Él se separa de mi y me mira a los ojos. Sujeta mis mejillas y pega sus labios a los míos en un necesitado y desesperado beso. Su sabor con tiene algo de alcohol, pero realmente no me importa mucho en este momento.

--Ustedes, ¡A mi oficina en este momento!-- suelta mi abuelo con enojo.

Con la mirada gacha obedecemos y sin soltar nuestras manos entrelazadas empezamos a caminar detrás de mi abuelo.