Capitulo 27

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CAPITULO 27

ATENEA

Parecía que estaba en un laberinto.

Un laberinto en el que no podía encontrar la salida.

En mi propio cuerpo.

¿Cuánto tiempo llevaba inconsciente? Bueno, más bien ¿Cuánto tiempo llevaba dormida?

No lo sabía, pero intentaba despertar, en serio que lo intentaba pero no podía. No encontraba mis ojos, no sabía donde estaban mis labios, ni siquiera sabía si estaba respirando.

¿Cuál es la estupidez más grande que he hecho? Porque si en realidad no fue caerme de una pared de escalinata en serio nose que cosas he hecho.

Fui una tonta, una completa idiota. Y lo peor, fue que lo hice por él. Lo hice por Kay.

Maldito Kay Moore.

Poco a poco empecé a sentir sensaciones. Sentí algo en mi mano izquierda. Como un cosquilleo, creo que era un roce. Alguien tomaba mi mano.

¿Keyra? ¿Kristen? ¿Quién era?

Mi respiración se fue reanudando. Pude respirar voluntariamente. Empecé a mover los dedos de mi mano derecha y los de mi izquierda también, esperaba que el que sostenía mi mano se diera cuenta.

Pasó el tiempo y no lo hizo.

Olí algo, como pastel. Alguien estaba horneando pastel. ¡Yo quiero pastel! ¿Por qué no me traen?

Ah, sí, se supone que estoy inconsciente, claro.

Mis ojos se empezaron a mover, con lentitud los abrí. Pero luego los entrecerré, demasiada luz.

Lo primero que vi. Fue a alguien dormir. Estaba dormido en mi estomago, debajo de mi pecho. ¿Quién era? ¿Y porque tenía mis mano entrelazada entre las suyas?

Era…

¿Era Kay?

Volví a cerrar mis ojos con fuerza. Wow, creo que estaba soñando. Kay…no puede ser el. ¡Si él me odia! ¡Me lo ha demostrado de tantas maneras!

¿Si él me odia porque está en mi regazo?

-¿Kay?-pregunte aun incrédula. No podía ser el.

Kay rápidamente se incorporo, vaya que se veía mal. Su cabello chocolate estaba despeinado en todas partes y sus ojos eran una especie de contraste entre el rojo y el azul.

Pero seguía siendo Kay.

-¡Atenea! ¡Atenea despertaste!- exclamo abrazándome con fuerza.

-Em, si, tranquilo- dije sonriendo.

El me soltó rápidamente, como siendo consciente de lo que estaba haciendo. Nose si fue mi imaginación, o Kay acababa de sonrojarse.

-Bien…-momento incomodo- ¿Cuál es el veredicto?

Kay sonríe burlonamente.

-¿Por qué no empezamos con el origen de todo esto? Digo, no estaría aquí si tu no tuvieras unos instintos asesinos…o más bien instintos idiotas, ¿Qué intentabas hacer Atenea? ¿Querías suicidarte?

Respire profundamente. Prefería al Kay de hace cinco minutos. El chico que dormía tranquilamente en mi regazo con mi mano entre las suyas. No a este, un idiota y cruel adolescente.

-No, no quería suicidarme- digo entre dientes- y ni siquiera veo porque me preguntas eso, no debe de importarte…comandante- me muerdo la lengua. Perfecto, Atenea, perfecto. Con esa revelación Kay sabrá porque andaba trepando paredes.

I Promise YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora