CAPITULO 15
KAY
Me levante y me fui sin despedirme de Atenea. Ella no me había ofendido, no había sido su intención, por dios ella ni siquiera podría dañar una mosca.
Era solo la mención de Luna lo que me molesto.
La historia era hermosa y cruel. Sin embargo le halle una cierta similitud. Una cierta similitud con mi vida y con la vida de todos. ¿Acaso la vida no es siempre hermosa y cruel? ¿No se siente como oler una flor mientras te apuñalan con un cuchillo? ¿Acaso no es así? Tal vez yo tuviera 17 años, pero he conocido el peor lado de la vida a esta edad, se de lo que estoy hablando. Cuando te enlistas a la guerra desde tu infancia no te quedan muchas opciones.
Sin embargo sé que soy un idiota. Deje a Atenea sola, ni siquiera tuve el valor para decirle donde la había visto. Ella pensara que soy un retrasado y no la culparía.
Me fui alejando cada vez más de ese roble viejo y frondoso con las manos metidas en mi pantalón respirando profundamente después de estar ahí con ella.
Y el mismo infierno sabe que no podía respirar normalmente.
El estar ahí solo con ella sin testigos presentes me hacía querer besarla hasta que los dos olvidáramos nuestros nombres.
Sin embargo me contuve, y si fue muy duro.
Atenea era todo lo contrario a lo que yo creía o esperaba.
En mi sueño la veía como una persona fuerte y decidida…valiente.
Sin embargo era todo lo contrario.
Inmediatamente al conocerla supe que ella era muy diferente a las demás. No se preocupaba por su apariencia o por su talento, o por demostrar que tan buena era ante los demás. Atenea era diferente, algo más. Era sencilla y delicada, como una cachorrita, como una flor tardía en una noche de verano. Me parecía tan frágil y vulnerable…pero eso no fue por lo que me asombre.
Poseía una belleza muy difícil de encontrar, una belleza inocente. Ojos verde claro, como el de las plantas en primavera, me veían grandes, enmarcados por gruesas pestañas. Su cabello era largo y rizado color café claro, como del color del chocolate con leche. Sus mejillas continuamente rosadas estaban pobladas por diminutas- casi invisibles- pecas café caramelo. Era delgada y esbelta, no era muy alta, pero eso la hacía ver aun más hermosa. Era ágil, más que Nuria, que pensé que era la persona más ligera que conocía. Atenea la superaba, siempre se movía con delicadeza y feminidad, cuidando no interrumpir su danza cada vez que daba un paso.
Era soñadora, la escuchaba suspirar cuando me contaba la historia de la Luna y el Sol. Me pregunte como la sabría. Era inteligente, eso me di cuenta desde que la conocí. No cualquier persona tomaría la decisión de confiarle la vida de una amiga a un desconocido, solo si su vida está de por medio, no cualquier persona sabría historias de la mitología griega.
¿Cómo alguien podría no enamorarse de ella?
Era tan fácil caer en sus redes, era tan sencillo reírse con ella. Molestarla era algo muy entretenido, jugando con su mente, haciéndola enojar. Pensé que jamás reiría con tanta honestidad, hasta el día de hoy.
Sin embargo estoy cometiendo un gravísimo error.
No debo de hablar con ella, no debo de reírme con ella, no debo enamorarme de ella.
Traicionaría a mi nación con la peor de las traiciones. Estando con una mujer de Dimas. Su peor enemigo. Me darían la condena de muerte. Moriría al instante. Tampoco debo enamorarme de ella porque se las heridas que el amor deja a su paso. Lose por Luna y no quiero repetirlo de nuevo, no quiero pasar por eso otra vez.
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I Promise You
Bilim KurguEl mundo ha cambiado. Todo es diferente. "Con eso no se gana la guerra" La guerra. El unico pensamiento recurrente en la humanidad del año 2117. La codicia llevo a niveles extremos la desesperacion por el poder. Todo lo que alguna vez conociste esta...