Capitulo 37

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CAPITULO 38

KAY

Dentro de la carpa había gente de todas las edades. Amontonados en pequeños grupos, ellos aplaudían a las parejas que danzaban en el centro. Había una banda que tocaba una alegre canción y las parejas daban vueltas y acrobacias. Dando una indirecta de que ellos sabían bailar y que nadie los podía superar.

Las mesas estaban distribuidas por toda la carpa. Era un espacio extenso, pero ni siquiera así daba abasto para tanta gente que buscaba distracción. Encontré una vacía, cerca de la pista y lleve a Atenea a sentarse.

Ella se sentó, con los ojos bien abiertos. Podía ver un atisbo de miedo en su mirada.

-¿Qué pasa?-le pregunte mientras ponía las manos en la mesa.

-No puedo hacerlo Kay-dijo frunciendo los labios con preocupación.

-Vamos cariño, ¿confías en mí?

Ella asintió a duras penas mientras entrelazaba sus manos.

Eche una mirada detrás de ella. Un cadete joven, quizás de mi edad, la observaba maravillado. Sonrió para sí mismo y empezó a caminar hacia la mesa. Yo lo fulmine con la mirada y agarre un puño del mantel blanco que tenia la mesa. El cadete, asustado, se largo.

Otro, a la izquierda de Atenea, hablaba con sus amigos, la vio y sus ojos se encendieron. Camino hacia la mesa y yo volví a fulminarlo con la mirada. Otro a su derecha hizo lo mismo y mientras trataba de interceptarlo un cadete llego a la mesa.

-¿Señorita quiere bailar?-pregunto otro cadete que no había visto. Le tendía la mano a Atenea y ella levanto la vista, confundida.

-¿Disculpe?-pregunto.

-¿Quiere…?

-Ella está conmigo-conteste levantándome de la mesa y poniéndome en medio de ellos.

-Pero no están bailando-afirmo mientras trataba de evadirme.

-Vamos a bailar Atenea-dije mientras la jalaba de la mano y la sacaba de ahí.

Ja, y Atenea pensaba que nadie la invitaría a bailar, que gracioso.

Atenea no dijo nada y fue justo detrás de mí. La banda empezó a tocar otra canción y las parejas se ubicaron en la pista. Yo tome a Atenea entre brazos y le susurre al oído.

-Copia mis movimientos.

Ella asintió y la canción comenzó.

Las parejas que estaban a nuestro alrededor tomaron el control rápidamente. Se movían tan sincronizados que daba la impresión de que lo había ensayado muchas veces. En cambio Atenea  yo, nos movíamos lento, la canción era muy popular, sabia los movimientos, pero me tomaba unos segundos que Atenea repitiera mis pasos.

No me importaba.

El público empezó a aplaudir y nos empezaron a señalar. Quizás lo hacíamos terrible.

Sin embargo me di cuenta de que no.

Las parejas que bailaban se hicieron a un lado y nos miraron con envidia, nosotros seguimos bailando. Atenea supo la técnica y bailo sin ningún esfuerzo, yo la levantaba del suelo y ella caía con un salto ágil y sordo, la tomaba entre brazos y ella seguía bailando.

Las luces nos enfocaron y yo le sonreí.

-Y dijiste que no eras buena bailarina…

Atenea se rio y apretó el paso. La levante encima de mis hombros y ella cayó de espaldas haciendo una marometa. Sus ojos prometían un reto, yo lo acepte inconscientemente.

I Promise YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora