Capitulo 45

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CAPITULO 46

ATENEA

El edificio me recuerda un árbol. Similar a algunos que el gobierno corto cerca del cuartel.

Me asombraba la facilidad con que estos caían, como si no pesaran miles de kilos, como si fueran demasiado débiles para soportar la fuerza de la maquina.

Veo la facilidad con la que el edificio se desploma, con la fuerza de un torbellino y la ligereza del viento en una noche tardía.

Entonces lo único que pienso es.

Kay.

Corro esquivando los pedazos de concreto que se que acabaran con mi vida en un abrir y cerrar de ojos. Nose si Kay ya salió o si sigue atrapado dentro, no me importa. Solo sé que lo encontrare.

Vivo…o muerto.

Salto los pedazos de metal que se interponen en mi camino, grito el nombre de Kay con todas mis fuerzas, y lo busco con la mirada. Pienso que el querría que me alejara del edificio cuanto antes, y sé que yo no le haría caso aunque mi vida dependiera de ello.

Que es justo lo que estoy haciendo.

No lo veo, no lo encuentro, mi corazón se agita salvajemente en mi pecho. Pero es Kay, debe estar vivo. Yo confió en el. No debo perder la esperanza, pues es lo único que nos queda.

Consigo llegar a casa, sin estar consciente de que lo hice. Kay sigue inconsciente y estoy empezando a perder el control. El edificio esta partiéndose en dos. El sonido es demasiado fuerte, un estruendo total. Trato de ignorarlo.

Entonces al fin puedo verlo.

Esta acostado, con los ojos cerrados, y tiene encima una viga de acero con casi el grosor de mi altura.

Mi corazón se detiene y estoy a punto de desplomarme.

Si el está muerto…

Quito esa idea de mi mente, corro a él, cayéndome y levantándome, así sucesivamente. En este momento puede caer un pedazo de metal y matarme, no despego los ojos de Kay.

Me es imposible aceptarlo.

Trato de quitar la viga de acero pero es demasiado pesada. Empiezo a derramar lagrimas de coraje. Quizás el siga vivo y por mi culpa muera, justo frente a mis ojos.

Sigo intentándolo, empujo con todas mis fuerzas. Es inútil, soy demasiado débil.

No es cierto. Kay esta muriéndose.

Debo hacerlo.

Sigo empujando, empujo con una energía que no creía tener. La viga se mueve, lentamente, pesa demasiado. Sigo empujando, pensando en coraje, ira y pérdida.

Logro quitarla por fin y jalo a Kay, debo sacarlo de aquí. El edificio está a punto de caer encima de nosotros.

Trato de levantarlo, pero tropiezo y me corto la rodilla. Estoy llena de rasguños. A lo lejos escucho un leve traqueteo, debe ser mi corazón, estoy a punto de perderlo.

Pero entonces, descubro que se hace cada vez más fuerte. Hasta que veo quien es.

Es Cook.

Logro soltarse del palo en el que lo ataba. Agradecida, subo a Kay en la silla de montar y me subo de un salto. Cabalgo con él lo más deprisa que puedo, escuchando el edificio derrumbarse

Kristen sale corriendo de casa, sonriente y alegre. Sin embargo se percata rápido de la situación.

-Yo ato a Cook, ¿te ayudo a llevarlo?-pregunte Kristen, son el semblante crispado y teñido de preocupación.

-Solo átalo-le digo mientras bajo a Kay-puedo con él.

Ella asiente mientras bajo a Kay. Grace me deja la puerta abierta para que pase y lo llevo a mi habitación.

Rápidamente abro los cajones de mi armario para tomar el kit de primeros auxilios que tengo. No puedo llevarlo al cuartel porque preguntara donde se lastimo y nose mentir. Nos descubrirían y estaríamos muertos. Dado que ahí está el único doctor de la región, tendré que hacerlo sola.

Veo lo que tengo. Gasas, banditas, agua oxigenada y unas pastillas. También un ungüento para la fiebre, pero nose si la tiene. Nose que hacer.

En el momento en que empiezo a sollozar Kristen entra a la habitación.

-¿Puedo ayudarte en algo?-me pregunta mientras se pone a mi lado.

-Nose que hacer-sollozo- nose que tiene.                              

Kristen rápidamente checa sus signos cardiacos, le abre los ojos que están en blanco y le da unos golpecitos en la garganta.

-Necesito que me pases 500 gramos de penicilina.

-¿Eres doctora?-le pregunto confundida.

-Si, pásame 500 gramos de penicilina.

Busco entre las pastillas que tengo, y encuentro por obra del cielo, una pastilla de 500 gramos de penicilina.

-Atenea…bueno, me las averiguare para que se la trague.

Entonces va a la cocina por un vaso de agua y regresa en cuestión de segundos. Le da la pastilla y le abre la boca para que esta pase por la garganta. Cuando lo hace Kristen se levanta.

-Eso lo hará dormir un par de horas, pero quitara la conmoción, no creo que tenga nada grave.

Entonces abrazo a Kristen, no porque me sienta obligada, sino porque en realidad le agradezco de corazón lo que ha hecho por él y por mí.

-Muchas gracias-le digo mientras la dejo.

-De nada-me repone con una sonrisa y sale de la habitación.

Me siento en seguida de Kay. Aun sollozando, me es imposible evitarlo. Lo veo, con los ojos cerrados y una parte cruel de mi mente me susurra que ya está muerto, mientras la otra me dice que no confíe en ella.

Me acuesto a su lado y entierro mi cabeza en su hombro. Abrazando el cuerpo de alguien que no está conmigo.

I Promise YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora