Pasión Árabe #1 [Completa]

Parte 23

Capítulo dedicado a: a25678z

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Tenía dos opciones: la primera era decirle quién era Tate. La segunda, y la que me parecía mejor, era no decirle quién era, porque sabía que esto no se lo tomaría a bien.

Porque Tate... Era Tate. Quisiera o no, él formaba parte de mi pasado. Y no quería que formará parte de mi futuro. Al menos no ahora. Entonces, ¿Por qué la vida se empeña en hacerme esto? ¿Acaso era un delito querer ser feliz? ¿Estar tranquila? ¿¡Qué!?

—Savannah... ¿Lo conoces? —Con un gesto me indicó que se refería al chico que estaba del otro lado, justo en el carro deportivo negro.

Era una preciosidad de carro. No voy a negar lo evidente.

Pero ese no era el punto.

—Yo... Sí —dije finalmente—. Es una larga historia, y vamos tarde para la primera reservación, así que cuando el semáforo se ponga en verde, nos iremos.

—Savannah, el semáforo se puso en verde desde hace dos minutos atrás —señaló y suspiré con pesadez.

Joder, ¿Qué me ocurría?

Sin prestarle más atención a eso, puse el carro en marcha. Supuse que Tate entendería la indirecta de: "vete por otro camino. Mejor si es al infierno" pero claramente no era así.

Venía detrás de nosotros.

Intenté parecer tranquila, pero sabía que estaba fallando en el intento.

Esto no podía estarme sucediendo.

Me detuve en un lugar público y me quité el cinturón de seguridad. Suspiré y giré mi cuerpo todo lo que me fue posible hacerlo y me centré en Amîr, quien solo me miraba con bastante curiosidad.

—¿Alguna vez has escuchado que todos tienen un secreto oscuro? —Pregunté, esperando su respuesta.

—Sí, pero... ¿A qué viene eso? ¿Él es tu secreto oscuro, acaso? —Cuestionó antes de alzar su ceja derecha en mi dirección.

—Digamos que sí y no. Es complicado —dije finalmente porque en verdad lo era.

—Savannah... Sea lo que sea. No importa. No quiero saber algo que tú no deseas contar —aseguró con tranquilidad—. Si le conoces está bien, sino también. Todos tenemos secretos en la vida. Así que, pon en marcha el carro y vamos a disfrutar del día. A eso hemos venido, ¿Me equivoco? —Negué con la cabeza.

Tenía razón. Veníamos a disfrutar de un grandioso día. En el que me pasé pensando horas y horas para que todo saliera bien. Así que, dejando atrás a Tate y su repentina aparición, proseguimos con lo planeado.

Lo llevé al parque al que solía ir a jugar cuando era pequeña.
Compramos unos helados en el parque y nos dedicamos a hablar de cosas triviales. Luego lo llevé a una plaza y le mostré el lugar donde solía venir a jugar videojuegos con papá. Era todo un caos últimamente ahí dentro. Sabía que se había vuelto popular desde que, no sé qué famoso, había venido a participar a una competencia que habían organizado. Así que apenas pudimos disfrutar nuestra estancia ahí. Luego fuimos a comer unas buenas hamburguesas donde solía trabajar. Sí, durante una temporada trabajé. Mis padres estuvieron de acuerdo con que aprendiera a valorar el esfuerzo que ellos hacían. Y qué mejor que pasar por eso mismo.

El trabajo.

Tuve buenos y malos días allí. Pero al final era un buen recuerdo.

Amîr me prestaba atención con todo lo que le decía. Le relataba todo y él parecía encantado con eso. En ningún momento me interrumpía. Entonces, me decidí a llevarlo a mi lugar favorito. El lugar quedaba algo lejos, eso sí. Pero valía la pena salirnos de lo programado. Aparque el carro en el primer lugar libre que hallé y lo apagué. Me bajé y Amîr me siguió. Tan pronto como estuvo a mi lado, entrelazó nuestras manos como hacía desde el primer momento que fuimos al parque.