Pasión Árabe #1 [Completa]

Parte 33

NO. PODÍA. ESTAR. PASANDO.

Debía ser un mal sueño. porque, ¿Lina y yo hablamos normal como si fuésemos amigas? ¡Imposible! ¡Debía ser un sueño!

—¡Oh, no puede ser cierto! ¡Eres una perra!—soltó y la miré con el ceño fruncido.

¿Perra yo? ¡Perra su madre si quería!

—¡No es necesario que insultes!— exclamé molesta.

—No lo hice con esa  intención, Savannah—aseguró—. Hace mucho que ya no siento nada contra ti.

—Vaya, eso me alegra—dije con cierto sarcasmo, lo que la hizo fruncir su ceño y verme  de mal modo—. Bien, discúlpame—dije finalmente para evitar que esto pasará a mayores.

—Es que... ¿Qué haces aquí? ¡Estás embarazada!—dijo, casi en un grito. Lo que atrajo varias miradas curiosas hacia nosotras.

Genial, lo que me faltaba.

Gracias Lina.

(Nótese mi sarcasmo, por favor)

—Bueno, yo no sabía que tú estabas aquí—y eso era verdad. Ni siquiera sabía que se había ido de viaje. Según yo, seguía con Akram y su... ¡Oh madre!—¡¿Akram y tú estaban comprometidos?!—sus mejillas adquirieron un color carmesí ante la vergüenza y bebió un poco de su bebida.

—Sí...—Se rascó la nuca en un gesto incómodo.

—¿¡Cómo pudiste hacerles eso!?—dije medio molesta. Bueno, estaba muy molesta por eso. Kala y Akram se querían, y si ella no hubiera hecho nada de su barato chantaje, seguirían junto aún.

Eso podía asegurarlo.

—Lo siento, ¿Sí? Ahora baja la voz—observó como todos nos miraban y fijó nuevamente su vista en mí—. Eso está en el pasado.

—Pero Kala debe saberlo. Sí Akram le dice que...—me cortó de un solo con sus palabras.

—Ya le he contado a Kala sobre mí chantaje, ¿Feliz?—dudé un segundo antes de asentir con la cabeza. Eso era mejor a haberse quedado callada, cuando claramente pudo hacerlo.

Y no lo hizo.

Tal vez, después de todo, Lina sí tenía corazón.

«Debo estar mal de la cabeza para decir eso»

—Ya están juntos, ¿Sí? Oh algo así escuché. Últimamente no he ido a la mansión. Menos ahora que estoy lejos—habló un poco más tranquila—. Me enteré de tu desaparición gracias a los noticieros. Estoy segura que ninguno me lo hubiera dicho de haber seguido en contacto con ellos. Siguen creyéndome una perra y tal vez aún lo soy—dijo, e hizo una mueca de desagrado ante sus palabras.

—Bueno, para mí tienes un poco de corazón—hice una seña con mis dedos. El índice y el pulgar para que viera a cuan poco  me refería. Ella me vio mal y solté una carcajada antes de hablar otra vez—. No puedo creer que te contará todo solo así porque sí. Juro que eso nunca lo esperé.

—Ni yo—concordó—.  Pero es bueno verte y saber que estás bien—la vi fijamente y asentí en su dirección.

—También es bueno verte y saber que ya no eres la perra Lina—bromeé y ella volvió a empujarme un poco con su mano derecha.

—Como sigas diciéndome así iré a decirle a Amîr dónde estás—alcé ambas manos en señal de rendición—. Gracias.

—Espera, ¿No irás a decírselo? —negó con la cabeza—. ¿Por qué no? Podrías recuperar su amistad, por lo menos.