Pasión Árabe #1 [Completa]

Parte 18

Capítulo +18

¿Era acaso un sueño? ¿Oh pesadilla? ¿Por qué debía sucederme esto a mí? ¿Por qué, eh?

Seguía observando el rostro de Amîr con esa enorme sonrisa de superioridad que se cargaba encima. Él, después de todo, sabía el efecto que su muy trabajado cuerpo tenía sobre mí. ¿Para qué mentir? ¡Me gustaban mucho los hombres así! Pero sin exagerar, claro está. Siempre hay que tener un intermedio, y Amîr estaba en él.

—¿Verte tal y cómo eres? —Pregunté, haciéndome la que no estaba enterada de lo que él había dicho o a lo que se refería.

¿Pero qué hacía? ¿Decirle que si y ya? No, claramente no.

Sí quería, que le costará

Oh al menos que me conquistará.

«¿Estás segura que no lleva ni un poco de ganancia en ese aspecto?»

Amîr alzó su ceja derecha y asintió con la cabeza.

—Tal y como lo oyes —respondió.

Tragué saliva y mi vista, siendo traicionera, bajó hasta donde estaba la toalla y el inicio de esa "V" que se perdía bajo la tela de la toalla.

Joder, esto no iba bien.

¿Y el porqué?

1. El hecho de que él esté así.

2. Se veía muy confiado. ¿Me creía muy fácil acaso?

3. Tenía código rojo.

Sí, por código rojo me refería que mi periodo estaba por hacerse presente, lo cual no era nada... Agradable, ni mucho menos así que digamos que me gustaría hacer algo con él en ese estado en el que me encontraría dentro de poco. Porque ¿A quién sí le gustaría con semejantes cólicos?

—Solo mira y verás —rodé los ojos mientras que Amîr se alejaba un poco y dirigía sus manos hacia el borde de la toalla. Un suspiro salió de mí, lo cual ocasionó que él sonriera aún más. Sí es que es posible. Empezó a hacer como un "baile" o algo parecido, tratando de parecer sensual. Y al no poder aguantar más, le pregunté:

—¿Acaso eres un experto en baile exótico? —Se detuvo y se aclaró la garganta, mientras analizaba su respuesta.

—Si miramos el efecto que...—Solté una carcajada. Haciéndolo fruncir el ceño y verme sin entender el por qué de mi reacción. ¿Estaba de broma, cierto?—. ¿Qué es lo que te parece gracioso? —Cuestionó.

—Tú —le dije sencillamente—  Tú y todo eso de que eres un experto en baile exótico. ¡Por favor! —Él suspiró inconforme con mi respuesta.

—Hay muchos hombres gay que son expertos en eso, gay y no gay, pero un hombre también puede ser experto en eso, señorita. No solo es exclusividad para las mujeres —comentó seguro de que eso me haría cambiar de opinión.

Me incorporé de la cama por completo y me crucé de brazos, viéndolo todavía con una sonrisa burlona en mis labios.

—Tienes razón —dije e, inmediatamente, sonrió y asintió con la cabeza, dándome a entender que eso era lo que esperaba escuchar—  Los hombres gay lo saben hacer muy bien —su mirada se tornó diferente y su sonrisa, que anteriormente era de satisfacción, se volvió en una mueca—. Y son más calientes que tú —dije y toqué su pecho con mi dedo índice,  después hice como si no me había quemado en un intento por molestarlo aún más—. El desayuno debe de estar listo —le dije mientras besaba la parte de su cuello y, posteriormente, caminar hacia la salida de la habitación.