Parte 5

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Me desperté al sentir demasiado calor,  así que abrí los ojos y noté que ya estaba claro. Por eso mismo pensé en levantarme, pero al sentir como algo ejercía un poco de presión sobre mi cintura, me alarmé. Hasta que recordé que era Amîr quién estaba junto a mí con su brazo sobre mi cintura.

Solté un suspiro ante eso y recordé la pesadilla que tuve anoche donde él era el protagonista principal y me hacía mucho daño, al igual en que me mentía. Pero traté de convencerme de que  solamente eran imaginaciones mías, de que nada de eso era verdad por más que tuviera un poco de miedo sobre lo que Amîr podría llegar a hacerme. Y, durante unos minutos, estuve meditando sobre eso hasta que finalmente mi cabeza terminó por creer en lo que le decía y no en lo que había soñado.

Intenté levantarme otra vez, ya que me surgieron las ganas de ir al baño,  pero Amîr hizo más fuerza sobre mi cintura, dejando en claro de que no planeaba soltarme.

—Vuelve a dormir —musitó medio dormido.

Lo miré con incredulidad.

— ¿No irás al trabajo? —Le pregunté y él no respondió—. Amîr, estoy hablando contigo, no con la pared —me quejé y él soltó un gruñido por lo bajo antes de abrir uno de sus ojos y verme fijamente.

—Hoy quiero pasar el día junto a mi esposa —aseguró y lo miré con asombro.

— ¿Hablas enserio? —No pude evitar preguntar a lo que él solamente respondió cerrando sus ojos nuevamente.

—No te duermas —me moví bajo su agarré y él me pegó más a él en respuesta a mi acción—. Te estoy hablando enserio, Amîr. Necesito ir al baño —Me quejé nuevamente al ver como se quedaba inmóvil otra vez, así que volví a moverme hasta que sentí algo raro cerca de mí.

—Si te mueves de esa forma, ni tú ni yo volveremos a dormir —Al escucharlo decir eso me quedé callada, hasta que una risa nerviosa brotó de mi garganta haciendo que él me viera a los ojos mientras preguntaba—: ¿Te puse nerviosa, acaso?

—No —Me negué y él sonrió mientras besaba mi frente para después soltarme y darme chance de ir al sanitario.

Al salir de allí miré hacia la cama, hallando como él aún permanecía sobre ella, lo que ocasionó que sonriera ante eso antes de buscar un atuendo para salir a correr un poco, ya que no lo había dejado de hacer cuando comenzaron los preparativos de la boda.

Cuando estaba por salir de la habitación, Amîr habló:

— ¿A dónde vas? Vuelve a la cama, Savannah —Dijo y sonreí sin darle ninguna respuesta al respecto. Gruñó—.  Estoy hablándote... —Se quejó ante mi silencio y lo miré con burla.

—Lo sé, no estoy sorda —me defendí antes de acercarme un poco a él—. Solamente saldré a correr un rato, tú sigue durmiendo si eso quieres —Amîr alzó su cabeza de la almohada y me miró directamente mientras fruncía su ceño, tratando de entender lo que le decía.

— ¿A correr? —Preguntó y luego suspiró—. Debes estar bromeando —se quejó antes de dejar caer su cabeza sobre la almohada.

Lo miré sin saber qué decirle hasta que él finalmente habló, haciéndome saber de qué iría junto conmigo a correr. Lo miré con asombro unos minutos, pues de verdad no me había esperado esa reacción por su parte, pero de igual forma me limité a decirle que lo esperaba abajo, lo cual logró que él hiciera un puchero tierno en su cara.

Al llegar a la planta baja observé cómo está estaba vacía, a excepción de algunos de los trabajadores que pasaban rápidamente por allí. Y al ver que estaban por hacer la limpieza en esta parte de la casa, decidí salir al jardín para hacer unos cuantos estiramientos en lo que Amîr bajaba de la habitación.

Pasión Árabe #1 [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora