UNA RAZÓN
Bajar despacio las escaleras le hacía sentir como un anciano. Su mano fue directamente a una parte de su vientre. Todavía no estaba del todo bien, ya habían pasado un par de meses desde el incidente y su recuperación iba bien, sin embargo él no sentía que fuera así. Se sentía algo vacío como si le hubieran quitado algo que hasta ahora estaba siendo imposible de recuperar.
Él sabía que era, pero trataba de evitar pensar en ello. Seguía doliendo y ya estaba cansado de sentir dolor. Apretó las mandíbulas y bajó el siguiente escalón mirando hacia la sala en donde personal preparaba el lugar para la noche.
No dejaba de sorprenderse ante la noticia de que su hermano iba a casarse con una total desconocida.
Estaba al tanto de todo lo que estaba pasando con Dallas por su madre ahora que estaba viviendo en la mansión que sus padres tenían en Houston. Ella pasaba la mayor parte del tiempo ahí por su trabajo en la fundación, su padre iba de vez en cuando para visitar a sus hijos y tener tiempo con su esposa.
Bajó el último escalón. Caminó hasta la puerta que llevaba a la terraza, la deslizó hasta sentir la brisa calida y salió mirando hacia la piscina en donde Winona, su hermana lidiaba con su hermosa primogénita.
- ¡No corras cerca de la piscina, puedes caer!
La niña continuaba corriendo mientras reía jugando con su madre.
Winona lanzó un suspiro dejando caer una esponjosa toalla en la tumbona. Siguió con la mirada a su hija hasta descubrir a su hermano más pequeño. Dibujó una gran sonrisa en su rostro dándole una cordial bienvenida.
- Kaleb.
- Winona.
- No seas tan formal Kal - replicó acercándose a él y rodearlo en un abrazo -. No hemos sido muy cercanos pero me gustaría tratar más contigo.
- Claro, podemos conocernos mejor - asintió abrazándola con cariño -. Todavía tengo unos días libres de la universidad.
- ¡Oh!, lo siento no recordaba...
- No hay problema, me siento mejor, ya casi no duele - la tranquilizo con una sonrisa.
- Bueno, el casi no duele es decir mucho - dijo pasando una mano por su corto cabello.
- Pues, al menos ya puedo moverme por la casa - levantó un poco los hombros -. Es aburrido estar encerrado en cuatro paredes todo el día.
- Lo entiendo - le sonrió -. Tú estás acostumbrado a el aire libre. La mayor parte del tiempo lo has pasado en el rancho.
- Si, extraño estar en el rancho pero mamá insistió en que viviera en Houston hasta que estuviera mejor - le explicó -. El hospital está cerca y no hay muchos riesgos de una recaída.
- Es mejor, Abby tiene razón. Ella está preocupada por ti - sus ojos azules buscaron a su hija que corría alrededor de la piscina bajo la atenta mirada de Ricky -. Haría lo mismo por mi hija. Ya sabes, protegerla. - regresó la mirada a Kal -, después de lo que pasó con Anita y tío Ian.
Kal asintió juntando los labios evitando comentarios. No quería hablar de aquello, era un episodio de su vida que quería olvidar. Sobre todo a alguien en especial.
Su cuerpo no pudo evitar tensarse. Sus sentimientos buscaban una manera de escapar de donde lo tenía guardado.
Unos ojos grises grandes y hermosos brillando mientras lo miraba después de los ratos que pasaban juntos, aquéllos momentos que buscaba desesperadamente olvidar y que insistían en regresar por las noches una y otra vez. Se apartó de Winona como si ella fuera a adivinar lo que estaba pasando en su interior. No quería que nadie supiera lo que significó que Clarissa desapareciera de su vida.
ESTÁS LEYENDO
SAGA KING 3
RandomTercera y última parte de la saga de los King. Sucesos inesperados que vuelven en un caos el entorno de la adinerada familia. Sorpresas y el amor que espera triunfar al final.