CAPITULO 4

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DOLOROSA SORPRESA

Una sonrisa se dibujo en sus labios rojos mientras todos a su alrededor estallaban en carcajadas. No era una de esas reuniones en las que todos los del grupo se reunían con sus novias para pasar un rato de relax después de una semana de presentaciones, no, ésta era especial. La noticia había llegado por una llamada telefónica a Roger, el primo de Dallas y representante del grupo. Después de notificarles a todos los miembros habían decidido en hacer una reunión y festejar. Era algo más que merecido.

Tatiana no se encontraba muy bien. Había pasado una semana con gripe, con el trabajo hasta el tope que tenia que dejar listo para las vacaciones de invierno, así que había trabajado hasta la extenuación, pero no quería dejar solo a Dallas en la celebración de ser nominados por un premio en la industria musical como el nuevo grupo del año y ahora estaba  sentada junto a Dallas en la alfombrilla beige que cubría una parte del piso de madera de su sala. Esta noche tocaba en casa de Dallas y de Roger, quien se había mudado desde que Winona King, ahora Moran se casó.

Estaba segura que había regresado la gripe. Apartó algunos mechones rubios del contorno de su rostro simulando el gesto de oprimir los dedos en sus sienes buscando calmar el dolor de cabeza. No quería arruinar la celebración y preocupar de más a Dallas. Sonrió después de un comentario hilarante de una de las chicas ¡Oh diablos! Casi gruñó cuando un intenso dolor llegó hasta ella como si un rayo cayera sobre su cabeza. Se mordió un labio y volvió a sonreír esta vez con dificultad.

- ¿Estás bien?

Tatiana giró el rostro hacia una de las chicas que acompañaba a los integrantes del grupo. La miró a los ojos un poco confundida antes de controlarse un poco y asentir con una suave sonrisa.

- Si, un ligero dolor de cabeza - respondió deseando que así fuera, pero el dolor estaba convirtiéndose en una tortura.

Miró la botella de cerveza en su mano, apenas le había dado un sorbo, no le apetecía esta vez beber, así que la dejó a un lado y rodeó el brazo de Dallas y recargó su cabeza en el hombro. Dallas la miró de reojo y le dedico una de sus hermosas sonrisas. La rubia perdió el aliento por unos segundos y su corazón se aceleró mientras pensaba en lo mucho que le costó aceptar que estaba enamorada de ese chico y asimilar la diferencia de edades entre ellos. Dallas siempre insistía en que no le importaban los nueve años que les separaban, la amaba. Aún así a veces notaba que podían haber problemas en su relación por ello.

Estaban sus admiradoras que minimizaban la relación que había entre ellos. Sabia muy bien que Dallas y ella estaban muy unidos. Él era demasiado posesivo con ella y ella, intentaba no ser tan celosa cuando chicas como las que se había encontrado en el baño aquella ocasión tomaban cualquier oportunidad para acercarse a su novio. Suspiró agotada y sus ojos empezaron a cerrarse y parpadeó para que cualquier somnolencia se fuera y no se notara su cansancio.

Se apartó de Dallas y movió la cabeza intentando relajarse de la pesadez que se estaba apoderando de ella. ¡Maldita sea! Gruñó para sí misma. ¡Todo estaba siendo demasiado para ella! No tenia porque engañarse buscando ser una chica nueve años más joven, intentar llevar una vida que ya no era para ella. Tal vez era momento de detenerse y ser la Tatiana Drosky que siempre había sido y entonces cumplir sus sueños antes de que fuera demasiado tarde.

Levantó sus piernas cubiertas por unos ajustados vaqueros de diseño y las rodeó con sus brazos hundiendo su barbilla entre sus rodillas. Miró a el grupo y se sintió fatal ante las risas, los tragos de cerveza, los arrumacos de cada uno de ellos con sus parejas y los comentarios burlones que le recordaban a el instituto. Ellos eran jóvenes, incluso Roger Markus, el representante. Ella era la única persona madura que pensaba en una velada tranquila a la luz de la chimenea con una copa de vino y musica tranquila y relajante.

SAGA KING 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora