LA VIDA SIN ELLA
¡Qué demonios!...
El timbre sonaba sin descanso por toda la casa. La noche anterior se durmió casi al amanecer, fue imposible resistirse a la botella de licor que esa misma mañana dejó sobre la mesita de noche y la guitarra que era su favorita. A cabeza le dolía como si alguien le hubiese dado con un martillo y le hubiese destrozado el cráneo.
Se levantó como pudo y caminó por la habitación sosteniéndose de la pared hasta llegar a la puerta abierta. Miró el largo pasillo y gimió balbuceando algo que él mismo no entendió.
Tomó aire y siguió su camino esperando no encontrarse con su molesto primo o con sus hermanos. No tenía ganas de escuchar sermones. El de su padre había bastado para sofocarlo..
- ¿Qué quieres?...
Su voz se perdió al ver a la persona que estaba tras el escándalo en casa. Sus ojos rojos se abrieron. No imaginó que estuviera ahí mirándolo aireada con una mano en la cintura y otra pegada en el timbre.
Al fin el sonido se detuvo. La inesperada visita pasó como un bólido haciéndole perder el equilibrio. Se sostuvo del umbral para no caerse y se quedó unos segundos con los ojos cerrados dejando que el perfume llenara sus pulmones de recuerdos que hace tiempo dejó olvidados en su cabeza. Lanzó un suspiro e inclinó la cabeza antes de moverse y cerrar la puerta.
Dio media vuelta con la mirada en dirección a donde sabía que le estaría esperando.
Pasó una mano por su cabello despeinado y demasiado largo, lo alisó con sus dedos, hizo una mueca cuando notó lo desaliñado de su aspecto. Camiseta arrugada por haber dormido con ella, pantalones sucios por el queso y la capsup de los nachos que pidió a domicilio. Pasó una mano por ellos como si fueran a limpiarse con sólo ese gesto. Caminó buscando mantenerse tranquilo a pesar de que su corazón buscaba salirse del pecho.
Estaba en la sala, mirando el desorden del lugar. Su disgusto se palpaba desde donde se encontraba, Dallas bajó la cabeza sintiéndose culpable por todavía sentir los efectos del alcohol. Intentó mantenerse derecho, lo más normal posible.
-¿Qué está pasando contigo?
Dallas sintió un hueco en el estómago. Cruzó los brazos sobre su pecho como medida de protección, movió la cabeza evitando que un mechón cubriera su ojo.
- ¿No hay un abrazo? - inquirió intentando distraer el motivo por el que estaba ahí -, ha pasado un tiempo desde que estuviste aquí.
- Si, ha pasado tiempo - asintió tranquilamente aunque su expresión seguía siendo de reproche, disgusto, incluso tristeza. -, se nota que el tiempo no ha hecho nada por mejorar a mi estúpido hermano.
- ¡Eh, no tienes porque ser tan pesada conmigo! - replicó Dallas intentando bromear con ella -, ya sabes que cuando se trata de limpiar puedo hacerlo en un tiempo récord y...
- No me interesa la limpieza de la casa - le interrumpió seca -, lo que me preocupa es la manera en la que has estado comportándote estos últimos meses. No actúas como lo haría el Dallas que era mi inteligente hermano pequeño. El que me protegía y me daba consejos perfectos, el que soñaba con que su música alentara a otros a seguir su camino como lo hiciste tú. El que amaba a una mujer y que no le importaba lo que los demás pensaran acerca de las diferencias entre ambos...
La mirada de Dallas se volvió más sombría. Apretó la mandíbula mientras su cuerpo se tensaba.
- ¿Quién te pidio venir a verme? - demandó subiendo sus defensas buscando repeler a los ataques que se habían vuelto cada vez más continuos -. ¡Todos piensan que pueden decirme qué hacer con mi vida! ¿Creen qué por que eres mi hermana favorita voy a mandar todo a la mierda?, están equivocados.
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SAGA KING 3
AcakTercera y última parte de la saga de los King. Sucesos inesperados que vuelven en un caos el entorno de la adinerada familia. Sorpresas y el amor que espera triunfar al final.