SAGA KING 3

CAPÍTULO 38

UN BUEN ENCUENTRO

Intentó ser lo más discreto posible. No quería una sorpresa con la prensa o los buitres que estaban en busca de un nuevo escándalo. Bajó del taxi y enseguida entró al edificio con la cabeza baja. No sé detuvo ni para criticar el edificio, simplemente se internó en el lugar como si fuera inquilino. Se detuvo frente a él antiguo ascensor. Movió ambas puertas como si lo hiciera cotidianamente y entró algo nervioso.

Era la primera vez que lo hacía en un aparato tan antiguo, además de que ese era el menor de sus preocupaciones, su mente se mantenía a la expectativa acerca de los resultados de su visita.

Tatiana le había pedido aquel!a reunión. Dallas tenía una ligera idea acerca de lo que ella quería hablar. Únicamente había quedado un punto después de que se desató de aquel video y fotos en donde ambos...

¡Demonios! Pasó una mano por el cabello alborotándole un poco. No podía tolerar que un momento maravilloso para él se convirtiera en un escándalo que ahora estaba perjudicando a Tatiana, no lo hubiera esperado en un reencuentro. Tendría que haber sido diferente, un poco a lo que había mantenido en secreto en su cabeza. Miró los números de cada piso que iba subiendo. La campanilla sonó al llegar al piso cuatro. Nervioso movió las puertas con descuido lo que le hizo tardar un poco más de lo normal.

Jadeante dio un paso fuera cuando logró mover el mecanismo correctamente. Miró el pasillo buscando visualmente la puerta del departamento. Le asombró el luminoso espacio y la sencilla alfombra gris, se detuvo frente a la puerta. Dió un paso y limpió sus manos en los vaqueros nervioso antes de tocar.

Tatiana abrió la puerta recibiéndolo con una sonrisa algo forzada. Le dejó pasar como una perfecta anfitriona. Lo guió hasta la sala.

- ¿Algo de beber? - le ofreció.

Dallas miró la sencilla sala que le hizo recordar a misma habitación de aquella casa en Houston. Al parecer su hermosa Tatiana seguía siendo la misma mujer de la que se había enamorado años atrás.

Podía sentir la serenidad y lo confortable a medida que se acercaba a uno de los sillones para tomar asiento.

- Siéntate por favor - señaló el lugar mientras ella hacía lo mismo en frente a él.

Dallas se quedó unos segundos sin moverse perdiéndose en el brillo de su rubio cabello a la luz de la lámpara junto al mueble. Un cosquilleo recorrió sus manos ante una gran necesidad de sentir la textura de aquella cabellera. ¡Hacía tanto tiempo que lo hizo! Era una de las razones que le llevaron tiempo dejar de extrañar por las noches.

Se dejó caer pesadamente y lanzó un suspiro que buscaba la manera de relajar su cuerpo. Entrelazó los dedos en su regazo y cruzó una pierna como lo haría un verdadero vaquero.

- Es mejor que vayamos al grano - dijo Tatiana mirándolo con la seriedad que necesitaba para mantenerse serena ante él -. Julian me ha dado una días para arreglar todo este lío. Parece que el consejo se ha mostrado simpatía por lo que ha pasado. Aunque no sé cuánto tiempo vaya acabarse su paciencia. O la mía -. Pasó una mano por un corto mechón que fue directamente hasta sus ojos. Apretó los labios y dejó salir el aliento atorado en su garganta -. Mira Dallas, voy a ser sincera contigo. Regresé a América después de tanto tiempo y acepté el trabajo porque te encontrabas lejos de aquí, nunca imaginé que nuestros caminos volvieran a encontrarse. Todo se veía simple; yo trabajaría tranquilamente mientras mi hijo estaría en una excelente escuela y viviríamos sin tener ningún problema y ahora... La realidad es completamente diferente.

Tatiana se levantó caminando hasta la ventana cubierta por una elegante cortina marrón
semitransparente. El brillo de la lámpara exterior se asomaba mostrándole a Dallas la línea sobre su frente que anunciaba su preocupación. Ella se giró y lo miró sin ocultar o que estaba sintiendo en ese momento.