CAPÍTULO 24

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RESENTIMIENTOS

No era que se hubiesen quedado sin palabras, pero nadie sabía que decir. La noticia había llegado de manera sorpresiva. Frank King se aclaró la garganta pasando una mano por su bien cortada barba. Buscó la mano de su esposa y la estrechó buscando un apoyo que no sabía si llegaría ante la brusquedad del momento.

En su cabeza no cabía que hubiera llegado hasta tal extremo que todo el mundo en la sala del rancho estuviera sin palabras. Estaba seguro de que en cualquier momento alguien dejara escapar una carcajada y anunciara una broma, una de muy mal gusto por cierto.

Apretó con firmeza la mano de su hermosa y amada esposa, ella correspondió ajustando sus dedos entre los de él, era una manera de entenderse entre ellos. Quería darle calma y seguridad y recibir lo mismo a cambio. Se aclaró la garganta y buscó la manera de romper aquel incómodo silencio.

- Está si que es una... Sorpresa Dallas - miró a su hijo que se mostraba satisfecho de si mismo -. No esperaba que te apresuraras a un compromiso tan serio después de la que pasó con Tatiana.

- Eso es parte de mi pasado - replicó sin darle importancia -. Ahora mismo estoy buscando un cambio en mi vida y sé que Francine es la indicada para llevarlo a cabo.

Frank miró a la joven que se mostraba tímida a su lado.

Tenía un bonito cabello color miel cayendo en ondas hasta sus hombros. Bonitos ojos marrones de largas pestañas, una nariz como la de una muñeca y labios llenos y de boca pequeña. No podía negar que era bonita. No del tipo de su hijo, él siempre las prefirió más seguras de sí mismas, exitosas, nunca se sintió menos ante ellas, al contrario ellas tenían el poder de llevarlo hasta su máximo potencial.

Ella era más bien tímida, no con una personalidad muy definida. Ella esperaba que Dallas la protegiera como el macho que esperaba que él fuera. Su hijo no era alguien que le gustara ser quién llevara las riendas de la relación. Él buscaba a una mujer fuerte que hiciera la mayor parte y simplemente se dejaba llevar. Esa fue la razón por la que su relación con Tatiana funcionó hasta que ella o el destino los llevaron a separarse.

- Está bien - asintió Frank dibujando una sonrisa. Miró a la joven y extendió una mano -. Bienvenida a la familia.

Todos los presentes en la sala se miraron sin saber que hacer o que decir. La primera que le ofreció la mano fue Abigail envolviéndola en un sus datos abrazo y dándole un beso en la mejilla.

- Disculpa la sorpresa pero no creímos que Dallas quisiera sentar cabeza con tanta premura - comentó amable.

- Gracias señora King.

La joven se mostró sonrojada evitando mirar a el resto de la familia de Dallas King. Su corazón estaba a punto de salirse de su pecho, nunca en su vida imaginó que algo así pudiera estar pasando. Ella se habia conformado con lo que llegaba así vida, sabia que al terminar su carrera trabajaría como terapeuta en algún centro sin importancia, estaría rodeada de adictos sin nombre que serian mandados por la corte para estar encerrados librándose de unas adicciones que siempre tendrían. Ella intentaba hacer bien su trabajo consciente de que nada de eso iba a servir.

Se resignó a hacer eso hasta que pudiera retirarse con una sencilla pensión junto con un marido más bien aburrido y unos hijos que muy pronto se olvidarían de ellos... Y ahora estaba en la sala de unos de los ranchos más acaudalados de Texas, con la familia King reunida mirándola como si no pudieran creer que Dallas la hubiese elegido a ella de todas las mujeres que estuvieron con él todo este tiempo, incluida Tatiana Drosky que se desvaneció de su vida después de la larga relación que tuvieron.

Levantó la barbilla y es sonrió a el resto de sus hermanos. Miró a cada uno en la sala. No podía negar que eran muy atractivos, incluso sus parejas parecían ser como la portada de un libro de romance. La esposa de Ryder King era pequeña y delgada, se notaba frágil, pero al mismo tiempo fuerte y hermosa. Admiró sus grandes ojos verde oliva y los rasgos rusos que eran evidentes. El compañero de Panther King también era muy atractivo, alto, aunque no tanto como el mestizo poseía un cuerpo bien trabajado que se notaba bajos sus tropas ajustadas. ¡Vaya! Se guardó un suspiro y mantuvo la sonrisa intentando no parecer asustada o emocionada por lo que estaba pasando.

SAGA KING 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora