CAPÍTULO 48

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TANTO MIEDO

La cabeza de Dallas era un caos. No había manera de que pudiera detener los pensamientos que pasaban por ella. Roger hizo lo posible para conseguir un vuelo privado y salir de inmediato a Nueva York. Desde que se había sentado en el sillón de suave piel gris no se movió, simplemente miraba hacia un punto pensando en Tatiana y en Max tan angustiado cómo se escuchó en el teléfono.

Estaba molesto por la forma en que habían manejado el asunto. El hermano de Tatiana había permitido que Max creyera que su mamá estaba muerta. El niño estaba tan angustiado que estaba seguro que ella había muerto porque la madre de un amigo suyo murió en un accidente de auto. ¡Nadie lo sacó de aquellos pensamientos! Dejaron que sufriera al imaginar a su madre muerta. Frunció los labios muy molesto.

¡Mierda! Todavía podía escuchar el llanto del niño mientras le explicaba que su madre no estaba muerta y que pronto volvería a estar con ellos. Suspiró y miró el cielo del atardecer rogando por que así fuera.

No debía dejar que se agotaran sus esperanzas. Todavía faltaba tiempo para que todo se arreglara y estaba seguro de que así iba a ser. Tatiana era suya, siempre lo había sido. No actuó de una manera correcta en aquellos años. Era un inmaduro y en la único que podía pensar era en su carrera, por lo que había peleado contra todos y todo.

Quizá haya sido una tontería pero en ese tiempo era importante para él y ahora, no estaba seguro de que alguna vez haya sido así. Porque al pensar en ello, todo por lo que peleó con uñas y dientes no valdría nada sin Tatiana; no importaba que ella estuviera a miles de kilómetros, lejos de él, pero viva.

Cerró los ojos y movió la cabeza, sintiendo como siempre que pensaba en su inmadurez un enorme peso en el pecho y remordimientos que apenas lo mantuvieron respirando por los últimos años y que se sentían como una sentencia de la que aún no era libre.

Unas horas más tarde ya fuera del avión y con la trámites ya hechos, apenas las puertas se abrieron él salió dejando todo atrás. No se preocupó por su equipaje, no se preocupó por nada, simplemente era su prioridad llegar lo más pronto posible a Tatiana. Quería verla, quería saber...

Desde que recibió la llamada, Panther intentó tranquilizarlo, pero no hubo nada que le hiciera sentir tranquilo. Habló de una cirugía y la posibilidad de que Tatiana pudiera motir ¡Mierda! Y él no estaba ahí. Los ojos se llenaron de lágrimas mientras se maldecía por ser un idiota.

- ¡Dallas, detente!

Hizo caso omiso a la voz a su espalda y continúo buscando la salida ansioso de estar cerca de ella. Las manos se apretaron en fuertes puños y apretó los labios sin titubear en su camino.

-¡Maldición Dallas! - gruñó la voz tras él -. ¿Quieres detenerte? ¿Cómo demonios sabes en qué hospital está ella?

- ¡Mierda!

Elevó la voz sin importarle en donde estaba. Miradas se posaron en él, la mayoría lo reconoció de inmediato. Volvió a balbucear una maldición apenas moviendo los labios y se detuvo en espera del molesto Panther.

¡Mierda mierda, mierda! Fue imposible detener a algunos fans que se acercaron a él para pedir fotos y autógrafos. ¡Maldito Panther! Hizo lo posible por terminar la oleada que cada vez se hacía más abundante. Sonrió apenas y miró a Panther que cruzaba los brazos apartado del grupo que iba creciendo cada vez más.

- ¡El último álbum es tan bueno que no dejo de escucharlo!

Dijo alguien a un lado y se obligó a sonreír. Firmó un último papel antes de que Panther se acercara apartando a las personas para rodear a Dallas como si fuera un guardaespaldas.

SAGA KING 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora