CAPÍTULO 47

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VOLVER A EMPEZAR

La realidad regresó a su vida unos días después. Max volvió a la escuela y ella estaba haciendo arreglos para volver al trabajo. La noticia de su relación con Dallas ya era agua pasada y no había nada que detuviera su vida. Así que aquella mañana después de que llevara a Max a la escuela se vistió con un traje elegante de pantalón color gris perla y una blusa de seda de un azul vibrante, acomodó su cabello en un moño práctico y elegante, sin olvidar su bolso discreto, ideal para recuperar el trabajo que la hizo regresar a los Estados Unidos.

Entró en su auto de color blanco, de modelo reciente, regalo de su hermano mayor. Encendió el motor y condujo concentrada en el tráfico de la ciudad. Conocía muy bien aquella ruta, la había aprendido con su hermano como copiloto, así que se le hizo fácil seguir aquel camino evitando los nervios por estar en una ciudad relativamente nueva para ella.

Dió la vuelta en una esquina cuando el semáforo lo indicó y el mundo giró de una manera brusca arrojándola contra el parabrisas y aplastando su rostro con una bolsa de aire despeinando el moño que tanto tiempo le costó realizar.

Los neoyorquinos fueron testigos de aquel tremendo choque. Fue inevitable no darse cuenta de que él camión se saltó el alto y arrolló al automóvil compacto blanco con una mujer dentro.

*

Dallas aún se encontraba en Houston. Fue a casa a revisarla, contrató un equipo de limpieza e hizo arreglos pendientes. En la tarde comió con sus hermanos aguantando los comentarios llenos de ironía y burlas acerca de su relación con Tatiana.

- ¿Cuándo te vas a armar de valor y te atreves a declarar tu amor a Tatiana?

Dallas miró a Ryder morder burlón un bocado del más jugoso filete de todo Houston. Revolvió la ensalada de un tercio en su plato.

- Ella sabe que la amo -. Respondió tranquilamente -. No es ningún secreto, nunca le he mentido acerca de eso.

- Bueno, tal vez no - levantó los hombros y se recargó en su silla -, te hace falta hacerla tomar una decisión acerca del futuro juntos, sobre todo por el pequeño Dallas.

- Su nombre es Max.

- Max, después de todo ese niño es igualito a ti - cruzó los brazos -, necesitaría ser ciego para no darme cuenta. Volviste a nacer en ese niño, ojalá y no sea como tú.

- Eres un idiota - hizo una mueca que buscaba ser una sonrisa.

- Lo es - asintió Panther dando un bocado a su filete y agitó su tenedor señalando a ambos -. Tú también lo eres. Si no haces algo vas a volver a perder a la única mujer que ha logrado que entregues el corazón.

- Y lo dice el hombre que le escondió a su hermano pequeño el paradero de la mujer que amaba - replicó enviándole una mirada de reproche.

- No era algo que quise hacer - se defendió -, ella me hizo prometerle que no le diría -. Levantó los hombros -. Siempre cumplo mis promesas.

- Aún así - corto un buen trozo de su delicioso filete -, Kaleb tenía que saberlo.

- Bueno...

El timbre del móvil interrumpió la conversación. Dallas buscó su aparato algo distraído. Con un pequeño suspiro miró la pantalla molesto por la interrupción. Era un número que no conocía, masticó el jugoso filete y contesto esperando que Roger no estuviera haciendo de las suyas.

- ¡Papá!...

El llanto de Max lo hizo casi soltar el móvil.

-¿Qué pasa? - preguntó alarmado atragantándose.

SAGA KING 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora