CAPÍTULO 42

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REINICIOS

Las palabras fueron como un balde de agua para Kaleb. Sus ojos se abrieron ante la sorpresa de la noticia. Los ojos de Clarissa brillaban ante las lágrimas contenidas, hubo un instante de alejamiento ante la noticia. ¡Ella era la misteriosa madre de los hijos de su hermano! ¿Cómo demonios fue eso posible? ¿Clarissa? ¡Mierda!

Fue inevitable que se levantara de la cama sin importarle su desnudez. Pasó una mano por el cabello alborotándo aún más el largo flequillo. Caminó de un lado a otro por en frente de la cama. Clarissa se cubrió el cuerpo con las frescas sábanas mirándolo sin saber que más hacer. Mordió el labio inferior y jugueteó con la tela de la que se aferraba nerviosa.

Al principio cuando se decidió en confesarle confió en que sería lo mejor. Era una de las razones por las que estaba ahí. Llegó muy lejos para descubrir si todavía había algo todavía entre los dos. No era su intención hacer el amor, era lo último que pudo haber llegado a su cabeza, pero ahora que lo hicieron quizá lo más difícil fue la confesión que la mantenía como una parte separada de la familia.

Ella era la "mujer que se había prestado a una abominación en la que dos niños inocentes vivían con una pareja de degenerados", tal como lo habría descrito la ex esposa de Dallas en su libro sobre los King. Una mujer sin escrúpulos, sin decencia. Era como ser la peor mujer, incluso la llamó "Lilit". Fue divertido al leerlo, pero ahora estando ante Kaleb la inseguridad que la hubo acompañado toda la vida se hacía más intensa en ese momento. Miró a Kal caminar con pasos enérgicos frente a ella; ¿Qué podía hacer? ¿Quedarse ahí mirándole hasta que decidiera sacarla de su casa? ¿Darle alguna explicación sobre lo que hizo?

Se movió a la orilla y miró por la habitación buscando su ropa. Se levantó al encontrar su vestido muy cerca de la puerta.

-¿A dónde crees qué vas?

La pregunta de Kaleb la hizo sobresaltar, lo miró y se aferró a la sábana cubriendo su cuerpo. Abrió los ojos aturdida y asustada por lo que vendría.

- Debo... Irme... Yo... - lamió sus labios de repente secos -,  creo que es mejor. No sé cómo pude venir así sin avisar y pensar...

Movió la cabeza dejando que los ojos azules que por años se mantuvieron con ella y que cada noche llenaron sus sueños en la soledad de sus noches se encontrarán con los de ella, que ahora mismo estaban vulnerables a él.

- No vas a ir a ningún lado - replicó con voz tensa -, no hasta que hayamos hablado. Porque definitivamente tienes muchas cosas que explicar.

La tomó del brazo y la sentó a la orilla de la cama sentándose a su lado. Ella miró sus manos aún aferradas a la sábana. Él seguía desnudo mostrando su piel bronceada por el sol de Texas. Sus ojos se posaron en las fuertes piernas con suave vello dorado. Las miró por unos largos segundos incapaz de dejar de admirar la perfección masculina que por años....

- ¿Cómo fue qué pasó?

- Inseminación - respondió con voz ronca y antes de proseguir aclaró su garganta -. Ellos querían un hijo y la mujer que contrataron se arrepintió a último minuto, no había nadie más que ellos quisieran, además de que se tenían que hacer pruebas para evitar a una mujer con vicios o enferma y no querían perder tanto tiempo entonces, yo me ofrecí. - suspiró y juntó sus manos nerviosa -. Recién había entrado a la casa de retiro y les estaba tan agradecida por lo que hacían por mí. Panther no aceptó, él pensaba en ti y que yo era  tu chica, Además estaba tu recuperación y que quizá volviéramos a estar juntos.

Apretó los labios mirando sus manos aferradas blancas ante la fuerza de sus miembros tensos. Podía sentir la mirada de Kaleb sobre ella esperando sus explicaciones. Suspiró muy suavemente y volvió a pasar su lengua por los labios rígidos.

SAGA KING 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora