CAPITULO 49

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ALGO INEVITABLE

Los días iban pasando muy aún no tomaba valor para entrar a la habitación en donde Tatiana se recuperaba. Miraba la puerta desde la esquina en donde se había instalado. Caminaba de un lado a otro ante las miradas de doctores y enfermeras.

Al principio uno que otro miembro del hospital se le acercó pidiendo fotos o que firmara algún autógrafo, pero algunos días después sólo lo miraban. Había llegado a ver un gesto de lastima que buscaba evadir manteniendo la mirada en los deportivos de lona que cada día se veían más sucios.

Hundió las manos en los vaqueros y miró de reojo la habitación de Tatiana.

- ¿Cuánto tiempo lleva ahi?

La pregunta interrumpió la aplicación del esmalte en las uñas. Lena miró a su amiga aún pálida, pero cada día más recuperada y giró la cabeza hasta en donde su cuñado paseaba sin descanso distrayendo a cada uno de los miembros del hospital. Una pequeña sonrisa apareció en sus labios antes de regresar la mirada a su amiga continuando con su trabajo.

- Desde el primer día -. Respondió satisfecha -. No se ha movido de ahí. Nadie ha logrado que lo haga.

- Tampoco lo han hecho venir a visitarme - dio Tatiana sin ocultar su amargura.

- Tiene miedo - anunció -, creo que no está seguro de como reaccionaras si se acerca.

- No puedo hacer nada - gruñó ella con fastidio -, me duele la cabeza y me mareo un poco si me muevo. No estoy lista para una pelea.

Lena rió y miró a Dallas por unos segundos antes de posar sus ojos en su amiga.

- Te ama.

Tatiana movió la cabeza y apartó la mirada bajándola a sus manos entrelazadas a su regazo.

- De verdad lo hace - tomó suavemente sus manos buscando sus bonitos ojos verdes -, estaba muy angustiado cuando se enteró de tu accidente. De inmediato viajó hasta aquí. Por suerte Roger aún seguía en la ciudad. Él ayudó mucho.

Tatiana se aferró a su amiga. Sus ojos se volvieron brillantes por las lágrimas atrapadas en ellos y miraron a Lena. Movió la cabeza buscando las palabras para expresar lo que por algún tiempo la atormentaban.

- Lena yo...

- Buenos días - la voz amable del doctor las interrumpió .

Dallas miró al doctor entrar a la habitación de Tatiana, se sentía como un maldito voyeur mirando cada día la habitación de Tatiana, no se atrevía a acercarse. Temia que ella lo echase del hospital. ¡Mierda! Quizá se lo merecía, pero aún era padre de Max y... Lanzó un suspiro. ¡Era una jodida mierda! ¡Ya habían pasado muchos años y todo se había arreglado! ¿Verdad? Miró la habitación aún con los doctores revisando a su mujer.

Tenía que hacer algo y ya era el momento.

Abrió la boca dejando pasar el aire. Pasó ambas manos por su cabello y tomó valor para acercarse.

Se detuvo en la puerta con las manos en los bolsillos de sus vaqueros. Miró a los sonrientes ocupantes. No parecía que hubiera algún problema con la salud de Tatiana.

- ¡Ah! Señor King - el doctor sonrió amistoso -, está aquí para las buenas noticias.

Varios pares de ojos se posaron en él. Dallas frunció un poco el ceño y se acercó a la cama donde Tatiana se veía pálida y hermosa. Deseó acercarse y rodearla con sus brazos. ¡Dios, la amaba tanto!

- ¿Cuáles son las buenas noticias?

- Voy a dar de alta a la hermosa Tatiana - anunció satisfecho -. Le haremos unos últimos estudios y ella saldrá. Puede darle las noticias a la familia. ¿Siguen ellos aquí?

SAGA KING 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora