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 Kim Namjoon amaba la vida que tenia. Era un joven cambia-formas león Alpha de 20 años con un futuro muy prometedor. Nunca le había faltado de nada, o de eso se encargaba su padre omega Suho. 

Desde que el magnate Kris Wu  les había abandonado en circunstancias desconocidas, este se había encargado de todos los negocios familiares.  Nunca hablaban de ello. Ni él, ni su padre, ni su hermano menor Kim Taehyung. Es más, Suho se había encargado de cambiar el apellido de sus hijos al suyo propio para poder eliminar todo rastro de aquel que fue su pareja destinada.  Hoy por hoy, aun la gente se pregunta que fue del cabeza de familia, y lo que más desconcertaba a los medios: como un omega había podido sobrevivir  a la rotura del lazo con su pareja destinada.

Llevaba una vida muy ajetreada para su corta edad. No tenia mucho tiempo libre. A Namjoon eso no le importaba en lo más minimo. Habia pasado una buena adolescencia, o eso es la imagen que daba. 

Sus años de instituto los había pasado en uno de los mejores internados masculinos del país. Dominaba varios idiomas, entre ellos el inglés, el japonés y el español.   Terminó toda esta etapa antes de tiempo. Su mente era brillante. Con 20 años y recién graduado en empresariales, estaba en la cabeza de las listas de hombres más ricos y cotizados de Corea. 

Su suerte en el amor, en cambio, había sido nefasta. Había estado con algún que otro omega, pero a su parecer, ninguno era suficiente para él. Por fuera podría parecer muy frío, pero mantenía la idea de que en algún momento lo encontraría. Encontraría a esa persona por la que merecería la pena dejarlo todo y no mirar atrás. Alguien, que por fin, se dignara a conocerle de verdad y no le juzgara. 

Su hermano Kim Taehyung, en cambio, era todo lo contrario a él. Con 18 años y sin ningún tipo de vergüenza. Un beta seguro de si mismo, el cual dejaba huella por donde pasaba. Sin ningún propósito fijo en la vida. y sin ganas de anclarse a nada. Disfrutaba de cada momento como si fuera el último. Había estado en la cama tanto de omegas como alphas, y algún que otro beta. Se enorgullecía de todo ello, aunque al final del día no tuviera a quien contarle sus hazañas. Su hermano estaba demasiado ocupado en sus asuntos como para tenerle una mínima consideración. No sabia en que invertía su tiempo libre, y tampoco le preocupaba.  Solo sabia que Namjoon era mucho mejor que él. Era más alto, más guapo, más listo... y sobre todo, era un Alpha. Se lo habían recordado toda su vida. No entendía como nadie  se daba cuenta de que el no había decidido nacer asi. Habría dado lo que fuera por nacer Alpha. Por ver alguna pizca de orgullo en los ojos de su padre Kris, antes de que Suho le echara de casa.  Todas sus miradas de odio y sus palabras hirientes habían convertido a Taehyung en alguien que  ni él mismo conocía. 

Desde hacia algunas semanas se veía a escondidas con un Alpha llamado Seokjin. No sabía mucho de su vida.

Kim Seokjin en cambio, si que conocía a Taehyung. Conocía todos los nombres de Seúl. Era uno de sus trabajos como líder de la mafia más importante de Asia. Un tigre albino Alpha de 23 años. El más joven en su posición. Guapo, decidido e imponente. Después de la muerte de su padre Key unos años atrás, se había vuelto el único apoyo de su otro padre, el omega Heechul. Sobreprotector con los suyos. Todo lo que se esperaría de cualquier Alpha decente. 

Lo que no se esperaría, que detrás de toda esa faceta, se ocultara un omega, aterrado de su propia existencia. Se odiaba, había olvidado cuando empezó todo. No sabia si desde que su difunto padre lo culpara de no poder estar con quien de verdad amaba o desde que este mismo le arrebatara su infancia con numerosas palizas. 

Él sabia que su padre no le odiaba, pero su animal interior si lo hacia. Su padre intentó escaparse antes de casarse con su amante. Le hablaba de lo poco que duraba la felicidad, y que si en algún momento la llegaba a conocer, que no se encariñara de ella. Se lo había contado en una de sus numerosas borracheras después de haberle encerrado en ese dichoso sótano. Detestaba ese lugar.

Todo cambió el dia que el otro hombre decidió dejar este mundo. Recordaba exactamente ese momento. Un Alpha llamado Bruno Mars, había decidido quitarse la vida. Su nota de suicidio solo contenía dos frases:  Prometo que en la próxima vida llegaremos a estar juntos.  Siempre tuyo, BM. Su padre no volvió a levantar la cabeza. Las palizas se volvieron constantes. Su animal interior lo tenia completamente dominado. Durante esos momentos, no había atisbo de humanidad, solo actuaba la ira y la rabia que sentía el animal de Key por la muerte de su pareja destinada. 

 Su padre, al que siempre había respetado, había estado enamorado de otro Alpha. Una pareja prohibida y señalada por muchos. Nunca pudo llegar a ser feliz. Al cabo de unos años, su tigre decidió que era hora de cumplir la promesa que Bruno le había hecho. 

No se pudo defender jamás. Lo intentó, lo hizo con todas sus fuerzas. Lo único que consiguió es que su propio tigre decidiera abandonarle. Ya habían pasado 8 años desde que no sabia nada de él. Nunca llegó a tener un celo, y si lo había tenido, la cantidad de supresores que tomaba se había hecho cargo de que no se enterara. Se perfumaba para oler a Alpha. Se ejercitó para ser tan alto y tan fuerte como uno. Se fue transformando hasta el punto de que olvidó su propia naturaleza.


















Esta es nuestra primera historia. Esperemos que os guste. Le hemos puesto mucho cariño al primer capitulo. Quedan más y mejores. Sentimos de antemano si hay algún error en la escritura. Nos gustaria que nos lo dijerais para poder ir mejorando. Nos vemos a la próxima!!






Too good to say sorryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora