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Un golpe, dos, tres... la puerta no dejaba de sonar sacándolo de su perfecta concentración. 

- ¡Adelante!.- Volvió a fijar la vista en el dichoso papeleo que le había mantenido ocupado todo el día.

- Veo que no te pillo bien, mejor será que vuelva en otro momento.

- No papá, pasa, no te preocupes, puedo acabar esto más tarde. 

Suho se dio media vuelta y miró de arriba a bajo a su hijo. No sabía en que momento había crecido tanto ni cuando se había puesto tan guapo. Sería fácil encontrarle a un buen omega para poder darle nietos, a diferencia de su hijo menor. Tae en los últimos años se había convertido en alguien incorregible, maleducado y con muy poco respeto hacia su  familia. Tampoco le culpaba, él sabía que todo esto era culpa del estúpido de su padre. Si Kris hubiera sido un buen padre, podría tener una relación muy distinta a la que tiene con sus dos hijos.

- Quería decirte que estas haciendo un buen trabajo en la empresa. Me han dicho que tu relación con los empleados es impecable y tu dedicación al trabajo es digna de admirar. Estoy orgulloso de ti hijo.

- Gracias papá, es muy importante para mi que me digas esto. Ahora si ya has terminado, tendría que seguir con esto ya que los papeles no se van a rellenar solos.

-Si, ya me voy, solo una última cosa. Se que la última vez me dijiste que dejara el tema, pero deberías tomártelo más en serio. Sabes que un buen matrimonio podría ser muy ventajoso para nosotros, además, ya es hora de que tu animal encuentre a un buen omega para que le de cachorros.

Namjoon se quedó serio escuchando cada palabra que salía de la boca de su padre.

-Si lo que quieres es que me case con alguien que no conozco o con alguien a la fuerza, ya sabes mi respuesta. Prefiero esperar y hacer las cosas bien, antes de precipitarme y tener una vida que no deseo solo por haber escogido la decisión equivocada. Así que si me disculpas, necesito seguir con el trabajo, ha sido un placer hablar contigo papá.

- Algún día te tendrás que casar y lo sabes. Solo quería repetirte que deberías replantearte todas las opciones que tienes. - y tras estas palabras salió del despacho de su hijo.

Namjoon odiaba cuando su padre sacaba este tema, y últimamente era casi todos los días. No entendía como él, el cual sabia en primera persona lo que era el dolor por la rotura de un lazo, le podía decir a su hijo que se casara y se uniera a una persona de por vida sin amor. 

Después de estar un rato más con los impresos, decidió tomar un descanso. Salió a la puerta de su casa, sacó un cigarrillo de la cajetilla que tenía guardada en el bolsillo trasero del pantalón y se lo puso en los labios. No tardó en encenderlo y darle la primera calada. Ese sentimiento de paz que le otorgaba fumar no lo conseguía con otra cosa, era reconfortante a la vez que relajante. 

Entonces vio a su hermano aproximarse a la casa. El semblante de Tae al ver a Namjoon apoyado en el marco de la entrada, cambió a uno completamente serio. Pasó de largo, ni siquiera levantó la vista cuando entró en la casa. Namjoon cada vez estaba más desconcertado, Tae era su único hermano y le dolía cuando le trataba asi, pero lo peor era, que no sabía por qué lo hacía. Que Nam recordara, nunca le había tratado mal, ni siquiera le había hecho algo malo. Es más, él recibía todos los golpes por parte de su padre Kris que iban destinados a Taehyung. Aún recuerda cada moratón y cada rasguño. Tae no se merecía nada de lo que ese monstruo quería hacerle, por eso él le provocaba siempre. Eso Tae no lo sabia y nunca se lo diría, era un secreto entre su padre y él. Era un acuerdo para que su pequeño hermano y su padre Suho pudieran estar a salvo de ese hijo de puta.

Se quedó perdido en sus pensamientos un rato, hasta que algo llamó su atención. Un coche, estacionado en doble fila, que le recordaba a Kit, el del coche fantástico, su serie favorita. Se quedó maravillado con su carrocería. Su colilla estaba a punto de consumirse, asi que la tiró al suelo y la apagó con el pie derecho. Al levantar la vista otra vez, se puso pálido. El conductor de ese coche, no era otro que Jackson, su excompañero de internado. 

Se miraron por unos segundos, Jackson sonrió siniestramente y arrancó el coche. Esa noche, a Namjoon le costaría dormir.











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Too good to say sorryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora