Too good to say sorry

16

- Le he desinfectado todas las heridas. No ha sido grave, por lo que se recuperará sin problema alguno. Como usted dijo, Peniel ha sido bastante benevolente, asi que no quedaran ningún tipo de marcas. – Christopher, o como mejor le conocían alli, Chan, bajó la mirada a una libreta con notas que había recogido mientras examinaba al Alpha. – Se ha dormido, pero si quiere ir a verlo, puede.

- No, creo que lo mejor esque quede así. Chan, hazme un favor y no preguntes.

- Eso siempre.

- Dale ropa limpia y libéralo. Ya no nos sirve de nada y solo nos produce gastos.

- Como usted diga jefe.

Chan se dio media vuelta y desapareció de la vista del omega. Jin se pasó la mano por la cara y se fue a su habitación. En el fondo, él sabía, que nunca se había merecido el cariño de su moreno, por lo que ahora le daría lo único que podía ofrecerle: su libertad.

Namjoon notó que alguien le sacudía los hombros. Todos los huesos le dolían, y notaba alguna que otra herida abierta. Aún no podía procesar lo ocurrido el día anterior, como Jin había cambiado en pocos segundos. Recordaba la cara de inseguridad con la que entró esa tarde al sótano, y lo peor de todo, esque Namjoon como Alpha, en vez de calmarle y escuchar todo lo que tenía que decir, se cegó por un estúpido ataque de celos. Pero las cosas no podían quedar así, él sabia que ese omega compartía con él algo más que varios besos o algunas miradas cómplices, compartía un destino.

Cuando se desperezó, pudo observar al médico que le atendió después de la brutal paliza dada por ese Alpha calvo con cara de ruso.

- ¿Viene a curarme las heridas otra vez? – Chan le miró con bastante lástima, no sabía porque había terminado ahí, pero no parecía un Alpha que le gustara mucho codearse con la mafia.

- No. Vengo porque me han mandado que te saque de aquí.

- ¿D-dónde está Jin?

- El jefe no desea verte, así que te irás antes de que despierte. Tienes que desinfectarte las heridas todos los dias hasta que esten completamente cicat... - Namjoon agarró el cuello de la bata del médico.

- Te he preguntado que dónde está Jin, no me hagas usar mi voz de mando, omega. – Chan abrió de par en par los ojos, y como pudo, se deshizo del agarre del moreno.

- No te lo voy a decir, porque no tienes que saberlo. Me han mandado que te acabe de preparar para salir antes de que el jefe despeirte. Así que acaba de adecentarte y sígueme.

Chan salió del sótano seguido de un Alpha bastante pensativo. Al llegar al hall de la gran mansión, Namjoon vió a dos figuras conversando de espaldas. Cuando se acercó lo suficiente, se paró de golpe y se quedo mirando fijamente a ese beta.

Taehyung al darse la vuelta, se le empezaron a aguar los ojos y se tapó la boca con una mano para evitar llorar. Haseok le agarró del brazo para intentar girar al beta pero este se resistió.

- Taehyung, no hables con él. – Hoseok aumentó la fuerza del agarre.

- ¡Suéltame Hoseok, me haces daño! – Taehyung como pudo se liberó y corrió hasta quedar en frente de su hermano. Le posó la mano en una de las mejillas, la cual estaba inflamada por un corte profundo. Tae empezó a llorar mientras veía las secuelas de su cobardía en el rostro magullado de su hermano mayor. – Yo... lo siento tanto. Se que no sirve de nada, pero Jackson me obligó a mentirle a Jin amenazándome con la vida de papá.

- Tae, no sigas. – Namjoon cerró los ojos y cogió aire. - ¿Dónde está Jin? Dímelo, por favor.

- Está en su despacho, en el piso de arriba, la tercera habitación a la derecha.

El moreno miró las escaleras y corrió hacia ellas. En el séptimo peldaño giró hasta reencontrarse con la mirada de su hermano pequeño.

- No llores, no estoy enfadado, solo dolido. ¿Sabes lo que más me duele de todo esto? Que aún con todo lo que ha pasado, yo seguiría siendo capaz de dar la vida por ti, y tú nunca lo harias por mi.

Namjoon acabó de subir las escaleras y fue en busca de la tercera puerta a la derecha. La abrió sin pedir permiso y entró, encontrando delante de él a su omega, detrás de un gran escritorio repleto de papeles y con la mirada perdida. El moreno podía poner la mano en el fuego que Jin ni siquiera se había percatado de que alguien había entrado en el despacho. El Alpha cerró la puerta detrás suyo y avanzo hasta quedar enfrente del gran escritorio.

Jin, al percibir el olor del Alpha, levantó lentamente la mirada, encontrándose con unos ojos oscuros que le miraban profundamente. Una lágrima le recorrió la mejilla al ver los golpes y heridas que el moreno tenía en su rostro. Bajó la mirada y la apartó de él.

-Creía que a estas horas ya te habrían llevado lejos de aqui.

-¿De verdad ibas a echarme sin ni siquiera despedirte? - Jin volvió a subir la cabeza hasta que ambas miradas volvieron a coincidir.

- ¿Por qué quieres seguir hablando conmigo? Namjoon, mírate, mira lo que te he hecho. Te he secuestrado, te he separado de los tuyos y he hecho que sufrieras de forma inhumana por un simple engaño. Tú... deberías salir de aquí, no es un lugar para un Alpha como tú. Alejate de mi mientras estas a tiempo. - Namjoon empezó a reírse de forma sarcástica.

- Parece que aún no has entendido nada Jin. Jamás me voy a separar de ti, porque nuestros destinos...

-¡ Deja la mierda de los destino! No te das cuenta, ¿verdad? Te mereces a un omega bueno, que tenga una vida de la que enorgullecerse. Que te de una familia y que  te ame incondicionalmente. Alguien... que no se odie a si mismo. Yo, quiero que seas feliz, por eso, te pido por favor, que te vayas y no vuelvas. Vete antes de que todo esto me consuma. 

- ¿Sabes? Tienes razón. Que le den al puto destino, es una mierda. Me da igual, que le jodan, porque una cosa te voy a decir, aunque mi destino no fueras tú, aunque quisiera una estúpida casita en el campo con una hermosa omega de buena familia que se quede en casa horneando putas galletas y tener catorce niños perfectos con su estúpida cara, todo eso, para mi no vale nada. No vale nada porque en ese futuro, en ese destino, en como mierdas quieras llamarlo, no estas tú.