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Jungkook entró por la puerta principal del local. Le llamó la atención lo elegante que era para tratarse de un simple prostíbulo, por lo que pudo deducir de donde venía su gran fama. En la recepción pudo ver la lista de chicos que ofrecían sus servicios esa tarde. 

Chicos disponibles el día de hoy

- Rocketman (Beta)

- Sweet Suga (Alpha)

- Red Savage (Omega)

- Titanium orgasm (Beta)

- El seminarista (Alpha)

- Spiderfingers (Gama)

-  Firulais (Alpha)

Habia ido allí con la intención de investigar el paradero de Namjoon, pero ya de paso quería pasárselo bien, por lo que pidió estar un rato a solas con el único omega de la lista, Red Savage.  Esa misma tarde había vuelto a discutir con Kihyun y empezaba a estar harto. No de él, sino de su estúpida inseguridad. No sabía cuantas veces se peleaban por el mismo tema a la semana, pero ya era repetitivo, si él no quisiera que estuvieran juntos, habría hecho lo posible por romper ese lazo. Quizás se habían unido en un noche tonta de borrachera, pero Jungkook en el fondo sabia que le quería, aunque eso no bastara para serle fiel. Nunca se lo había dicho, pero tenía un pequeño problema con el sexo y era que no podía parar. Lo que Kihyun no entendía era que para él mismo, volver por las noches con el mismo omega le resultaba poco más que imposible, por lo que el hecho de que siempre volviera a él, tendría que ser una señal de que su corazón le pertenecía, aunque tuviera que compartirlo sexualmente con otros.

Recorrió el pasillo que le conduciría  a la habitación de Red Savage. Cuando le quedaban dos puertas para llegar, un ruido interrumpió sus pensamientos. Un hombre se despedía de uno de los trabajadores detrás de él, aunque lo que más le llamó la atención fue el hecho de que conocía esa voz. Cuando notó que el dueño de esta se empezó a alejar, se giró para comprobar sus sospechas. Era Jb, el compañero con derechos de su amigo Winwin, aunque lo más curioso esque su olor era diferente, era más dulce.

Cogió el teléfono para hacer una llamada y mientras giró el pomo de la puerta. Llevaba el móvil en la oreja, entró de forma brusca en la habitación y al levantar la vista todo se paralizó. No podía creer que alli, en un prostíbulo de un barrio de Seúl, hubiera encontrado a su pareja destinada. Sus miradas se conectaron y sus respiraciones empezaron a ser más pesadas. El chico delante suya dio un paso y le susurró de forma casi inaudible:

-Hola, soy Red Savage, aunque tú me puedes llamar Lee Know.

Jungkook  no podía formular palabra alguna, hasta que alguien en la otra línea de la llamada le contestó.

-¿Si?

- W, tengo noticias.

- ¿ De Namjoon?

- No, de tu omega.

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Jin miraba los datos que le había proporcionado Daesung a través del monitor, parecía que las cosas por Japón se estaban relajando poco a poco. Además, uno de sus socios, Hyungwon, el cual estaba encargado de recolectar toda la información que hubiera en los medios sobre el secuestro de Namjoon, le había dicho que poco a poco se dejaba de hablar del tema.

Habían pasado varias horas desde que había dejado a Peniel con el moreno en ese sótano, para sufrir exactamente lo mismo que le hacia Key cuando le encerraba a él allí. Recordaba todas las veces que había llorado por ese monstruo, y él, en ese mismo instante, se había convertido en lo que más odiaba. Pero debía hacerlo, aunque él mismo fuera el que más sufriera por ello. Si Namjoon estaba metido en toda la movida con Jackson, le habría engañado y habría puesto de forma consciente en peligro a toda su familia, cosa que no podía permitir. Taehyung se lo había dejado bastante claro sin pretenderlo, Namjoon estaba en estos momentos de mierda hasta el cuello. Quería seguir apostando por su inocencia, pero tenía la misión de proteger a su organización, aunque con ello tuviera que enterrar a su propio corazón.

Too good to say sorryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora