Dylan Neil [✔️]

30. Tensión

Melanie

—Dylan...

—Sí, así me llamo —responde ladeando una sonrisa.

—Lo siento, pero tengo demasiadas preguntas.

—No lo sientas —me mira unos segundos y vuelve la vista a la carretera. Ya nos encontramos camino a Themox.

—¿Qué es el Carrusel de las Brujas? ¿Por qué Wen dijo que lo sintió fuertemente en mi mano? ¿Debo preocuparme?

—No, nada de eso —niega y su respuesta me tranquiliza más de lo que debería —Honestamente no entiendo porque Wen lo dijo, creo que si una bruja está entre nosotros ya lo habría notado.

—Explícame mejor.

—Sabes cómo funciona un carrusel, ¿verdad?

—Sí, normalmente son caballos de plástico que suben y bajan en círculos.

—Bueno, cuando una mortal pasa tiempo con una bruja y ambas comparten historias de altas y bajas juntas un lazo invisible se va creando.

—¿A qué te refieres con altas y bajas?

—Me refiero a todo, Melanie —dice —Alegrías, tristezas, risas, llantos... peleas, y mientras más tiempo pasas con esa bruja las líneas invisibles en tus manos se hacen más fuertes y perceptibles ante cualquiera bruja... Así como Wen que con solo darte la mano supo de inmediato que tú has pasado tiempo con-

—¿Una bruja? —me rio nerviosa —Eso es una locura.

—Pues sí parece una locura.

Es todo lo que dice respecto al tema.

❁❁❁

A la mañana siguiente el olor a chocolate me hace abrir los ojos.

Parpadeo un par de veces y bostezo. Veo el techo de la habitación de Blue y con suma pereza me quito la sábana y me pongo de pie sintiendo el frío ante el suelo de madera. Es una mañana lluviosa como las anteriores.

Como Blue no tiene baño privado voy directo al pasillo para usar el que se encuentra allí. Hago mi rutina que es orinar, luego cepillar mis dientes y finalmente lavar mi rostro con un poco de agua para quitar la pereza. Una vez termino salgo y mientras avanzo a las escaleras el olor a chocolate es ahora más intenso, así que dirijo mis pasos directo a la cocina.

—¡Buenos días, Mel! —Ashton es el primero en saludarme, se encuentra sentado en una de las sillas altas de la isla que movió justo al lado del refrigerador.

—¿Castigado? —pregunto con mi horrible voz de recién levantada.

Ashton borra su sonrisa y se cruza de brazos haciendo un puchero.

Sonrío al dar en el clavo. La señora Celeste está batiendo el chocolate caliente en la estufa y antes de girarse deja la cuchara de madera sobre la superficie junto a la estufa.

—Hola, Melanie. Blue salió a comprar cosas para el desayuno, no debe tardar, se llevó mi auto.

—Uh, está bien —respondo y llevo mis manos a mi cabello desordenándolo. Camino hasta una de las sillas de la isla y tomo asiento —¿Qué fue lo que hizo Ashton?

La señora Celeste mira a su hijo y bufa. Me rio sin poder evitarlo. Giro a verlo y sigue en la misma posición de brazos cruzados.

—No puede levantarse hasta que el desayuno esté servido —dice —No ha hecho más que desastres al intentar, según él, ayudarme a preparar el chocolate. —señala a Ashton —¡Mira su pijama! Tiene más azúcar que otra cosa.