35. Castigador

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Dylan

El sótano de mi casa estalla en gritos de agonía y súplica, los hermanos de mi papá están abajo quemando a nuestros atacantes.

Mis primos entran cargando vampiros en sus hombros y desaparecen en dirección al sótano.

Mi abuela camina de un lado a otro por toda la estancia alternando su atención en mi abuelo, mi madre y Rebekah mientras pide respuestas por todo lo que está ocurriendo.

—Estos son los últimos —anuncia mi padre entrando a la casa con Dexter detrás de él, quien lleva dos vampiros sobre sus hombros como si de sacos de papas se tratasen.

Me mantengo quieto en una esquina de la sala con mi espalda pegada a la pared y mis brazos cruzados sobre mi pecho.

Me encuentro sucio, escurriendo agua y con la ropa rasgada, fue una pelea bastante fuerte, de no ser por los trillizos y la aparición de mi padre, mi abuelo y mis tíos es muy probable que no hubiéramos ganado.

"Aunque no es una batalla del todo ganada porque ese idiota se llevó a Melanie..."

Cuando Dexter se encuentra en el sótano puedo oír más gritos desgarradores que me transportan de inmediato a ese lugar.

❁❁❁

Hace casi veinte años

—Neil, solo esperamos por ti, todo está listo. —me llama el jefe de celdas a lo lejos.

No respondo. Sostengo en mis manos el hacha y camino de manera lenta por el pasillo oscuro de las celdas del fórum.

Al final del pasillo doblo a la izquierda y entro al cuarto de castigos.

Siete vampiros se encuentran arrodillados en el salón de paredes rojas y baldosas blancas. Todos formando una fila frente a mí con manos y pies atados por cuerdas húmedas llenas de agua bendita. Les arde, puedo ver como se muerden el interior de las mejillas para no gritar.

—¿Información? —pregunto en dirección al jefe de celdas quien se encuentra en la esquina de la sala.

—James Eliot y pandilla —dice y una sonrisa perezosa danza por los labios del jefe.

Una sonrisa parecida a la suya se refleja por mi rostro.

—Con que finalmente tengo ante mi presencia al vampiro del que tanto he oído hablar.

Sostengo el hacha con fuerza al mirar de hito a hito a los siete hombres frente a mi sin saber exactamente cuál de ellos es el líder.

Camino lentamente de un lado a otro frente a ellos cuando quedo frente al número cuatro, ladeo la cabeza en su dirección y me pongo de cuclillas para mirarlo fijamente a los ojos.

—Eres el único que no se ve adolorido por el agua bendita en las cuerdas —le digo.

El hombre me mira con aires de grandeza. Como si a pesar de la situación él está bien.

—Puede que estos idiotas mueran, pero no yo —espeta con dureza —¿Crees que intimidas, Dylan...? Sí, se quién eres y créeme, si fuera a morir prefiero hacerlo por manos de castigadores expertos, ya sabes... Leyendas como tú abuelo o tu padre. No te lo tomes personal, niño, quizás algún día llegarás a sus niveles, pero ahora solo pareces un idiota con un hacha intentando asustar en vano.

Los vampiros a sus costados se las ingenian para reír y yo los imito. Me rio a carcajadas y me pongo de pie.

Veo como el jefe de celdas sonríe complacido cuando sostengo con fuerza el hacha y le parto el cráneo en dos al vampiro que se encuentra al lado derecho de James.

Dylan Neil [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora