Capítulo 02: ¡Ejecútenlo!

1.2K 151 54
                                    

Soñé con Súcubos esa noche, por suerte no hubo un desastre en mis pantalones debido a ello, si saben a lo que me refiero, y no se en que momento fue pero mi tranquilo sueño, cambio a uno donde me estaba ahogando lo que me obligo a despertar, para notar que en serio me estaba ahogando, Safira se había posado casi encima de mi cara y sus pechos me estaban asfixiando.

— ¡Safira tiempo fuera, tiempo fuera!

La palmee como pude pero estaba rendida.

—Lex... no seas rudo conmigo...

Maldita sea, esta rendida, esto es lo que debió sentir Lilith esa vez que la encontré.

— ¡Despierta con un demonio!

Llene mi mano con electricidad y le di una gran nalgada a Safira, con eso despertó y al ver lo que estaba haciendo se me quito de encima.

— ¡Haaaa! Joder que sensación tan desesperante.

Eso sí que fue feo.

— ¡De verdad lo siento Lex no me di cuenta!

—Haa... Hakuna Matata.

— ¿Eh?

—Hakuna Matata no te estreses, no te preocupes, fue solo un accidente.

Un accidente que casi me mata.

—Más bien discúlpame a mí por eso.

Mi mano se marcó en su trasero, la electricidad era para que el espasmo la hiciera reaccionar en caso de que la simple nalgada no fuera suficiente.

—No debe disculparse por eso, si gusta de hacer eso, a mí no me molesta en absoluto..

No metas ideas en mi cabeza Safira, la tentación es muy grande y ese trasero también lo es.

—Olvidemos eso. Prepárate para salir, te recomiendo ponerte algo que lo cubra, si Nana lo ve, no sé qué pueda pensar.

—Entiendo, ¿y qué haremos hoy?

—Ya tenemos la ubicación del próximo General. Nos podríamos ir, pero hay un camino largo de aquí a la próxima ciudad, así que las dejare turistear un poco para que puedan distraerse y así comprar cosas para abastecernos, tómense el día para que hagan lo que quieran.

—Si así lo quiere.

Me cambie la camiseta siendo observado por Safira, definitivamente esos son los ojos de una depredadora, un día de estos Safira va a ser su movida, ya mi cadera lo puede sentir. Al salir nos topamos con las chicas, y bajamos a desayunar, para explicarles lo que ya le dije a Safira.

— ¿El día libre?

—Sí, vayan a pasear por allí y cómprense lo que quiera, claro con moderación pero ya saben algo bonito, ropa, accesorios, lo que quieran, son chicas deben darse sus gusticos.

—Gracias Lex.

—Es lo menos que puedo hacer, han estado trabajando duro estos días, se merecen un día para despejarse y darse un relajo.

Así me gusta verlas con unas sonrisas en sus cara, menos a la chupasangre, desde que está con nosotros no se ha reído ni una mísera vez, a veces me provoca a garrarle los cachetes y jalárselos con fuerza y decirle: "¡Sonríe maldita sea, sonríe!".

— ¿Y tú qué harás?

—Me iré a las afuera a entrenar solo un rato, hay unas cositas que quiero perfeccionar por mi cuenta, las veré para mediodía o para la tarde no se preocupen.

—De acuerdo.

Bien ellas tendrán una mañana de chicas y yo podré seguir haciendo lo que me pegue la gana, jajajajaja será un buen día.

Life Reform.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora